Esta historia comenzó con un asesinato, el de Nora Allen, la madre de un muchacho llamado Barry que, años después, se convertiría en Flash cuando un relámpago le derramara encima una estantería repleta de productos químicos.
El hombre más rápido del mundo, policía científico de profesión, se pasó buena parte de su carrera tratando de resolver un asesinato. Al final, descubrió al culpable, su archienemigo Eobard Thawne, y viajó al pasado para tratar de evitar la tragedia. Y lo consiguió a costa de modificar toda la realidad.
Fue con ese cambio radical con el que empezó la miniserie Flashpoint en 2011, escrita por Geoff Johns y dibujada por Andy Kubert. En efecto, Nora seguía viva, pero el mundo era muy distinto del que conocíamos. Barry nunca se había convertido en Flash. El Batman de Gotham City no era Bruce Wayne, sino su padre, un hombre atormentado que había visto cómo tiroteaban a su pequeño delante de él. Superman nunca había salido del encierro forzoso al que se le había sometido cuando su nave había llegado a la Tierra desde el malogrado Krypton. Y Aquaman y Wonder Woman, el rey de Atlantis y la reina de Themyscira, se habían declarado una guerra que ya había arrasado Europa Occidental. Atormentado por aquella realidad infernal, Barry hizo lo imposible para revertirla, aunque para eso tuviera que retroceder al momento en que él mismo había impedido que muriera su madre. Pero el resultado no fue exactamente el que él esperaba.
El Nuevo Universo DC, también conocido por su nombre en inglés, The New 52, arrancó justo después de Flashpoint en el que fuera uno de los reinicios más osados de la historia de la editorial. Buena parte de sus personajes comenzaron de cero para hacerlos más acordes al siglo XXI, y Johns tuvo mucho que ver en aquellos cambios, no solo como director creativo de la editorial, sino también como escritor de Liga de la Justicia, la serie medular de la nueva etapa. Con dibujantes tan relevantes como Jim Lee, Ivan Reis, Doug Mahnke o el recién descubierto Jason Fabok, Johns narró desde los orígenes de la era superheroica, con la fundación del grupo por parte de un puñado de héroes novatos que apenas se conocían (ni se soportaban, en algunos casos), hasta tramas centrales para el resto de series de la línea, como Maldad eterna, cuya miniserie central realizó junto al dibujante David Finch. En ella, entre otras cosas, convirtió a Lex Luthor en héroe, con lo cual plantó una de las semillas que germinarían en la reciente La guerra de Darkseid, cuya conclusión conduce directamente a los hechos que se estás a punto de leer.
La Liga de la Justicia de Johns y compañía no fue la única etapa memorable que nos dejó el nUDC. En manos de Brian Azzarello y Cliff Chiang, Wonder Woman adquirió cotas de calidad altísimas que pasaban por dar mayor protagonismo a unos dioses del Olimpo de tono contemporáneo que conformaron un drama familiar donde las puñaladas traperas tenían tanto peso como las peleas superheroicas o mitológicas que emprendía la protagonista, que incluso terminaría adoptando el manto de diosa de la guerra. Los propios Johns y Reis dieron mayor relevancia que nunca a Aquaman durante una etapa crucial que asentó la popularidad del rey de Atlantis, quitándole ese lastre de personaje menor que lo ha acompañado durante buena parte de su trayectoria. Y de paso, renovaron a algunos de sus enemigos y presentaron un elenco de secundarios que sigue dando juego hoy en día. Por su parte, Superman quedó en manos de Grant Morrison y Rags Morales, que contaron los primeros tiempos del Hombre de Acero en Metropolis para devolverlo a sus raíces, esto es, a la lucha contra las injusticias sociales, mientras hacía frente a amenazas cósmicas como solo pueden surgir de la mente del famoso guionista escocés. En cuanto a Batman, cuya historia no empezó de cero aunque sufriera notables alteraciones cronológicas, Scott Snyder y Greg Capullo narraron la única epopeya que se ha mantenido durante los cinco años de andadura del nUDC. Con sagas como las que han tenido como adversario al Joker, la magnífica revisión que fue Origen y la presentación del Tribunal de los Búhos, han entrado por derecho propio en el exclusivo grupo de autores de referencia de la franquicia más conocida de DC Comics. Y sin salirnos de ella, tuvimos Grayson, surgida de los eventos de Maldad eterna, donde el Robin original y posterior Nightwing se convirtió en un magnífico agente secreto de la mano de Tom King, Tim Seeley y Mikel Janín.
Todas las etapas mencionadas, y el resto de las surgidas en el nUDC, empezaron con un nexo en común: una misteriosa señorita encapuchada llamada Pandora que parecía tener las claves de por qué el mundo no era exactamente igual que como era antes de Flashpoint. Su presencia dio pie a varias teorías, una de las cuales pasaba por el mantenimiento del Multiverso, uno de los elementos definitorios de la historia de DC. No en vano, ¿qué sería de las aventuras de Superman, Batman, Green Lantern y compañía sin universos paralelos y tierras alternativas? El concepto regresaría por todo lo alto con la muy notable Tierra 2 iniciada por James Robinson y Nicola Scott, que rejuvenecieron de forma drástica a los héroes más clásicos de la casa, y estallaría en aquel experimento fascinante que fue El Multiverso, donde Morrison y algunos de los mejores dibujantes de la casa exploraron con todo detalles las vicisitudes de los habitantes de mundos donde, por ejemplo, los héroes se aburrían tanto que eran carne de prensa rosa o donde los nazis habían conquistado la Tierra. Y todo con la excusa de una amenaza imposible de vencer que obligaría a los héroes de diversos mundos a unir fuerzas al más puro estilo de Morrison, con una narrativa osada y un derroche inagotable de imaginación.
No obstante, había ciertos aspectos del pasado que se echaban de menos en el nUDC. Uno de ellos eran las relaciones personales que habían existido entre ciertos personajes. Por ejemplo, antes de que Barry Allen forzara el cambio de realidad, Lois Lane y Superman estaban felizmente casados. Después, eran buenos amigos, pero ella salía con un compañero periodista y él entablaba un polémico romance con Wonder Woman que se ha prolongado prácticamente hasta las últimas entregas de las series Superman y Superman/Wonder Woman. Mucho más sonado era el caso de Green Arrow y Canario Negro, que, tras décadas de relación tormentosa e intermitente, habían contraído un matrimonio que cayó en el olvido tras Flashpoint de tal forma que apenas se conocían.
El segundo elemento que echábamos de menos era el de legado. Tradicionalmente, todos los héroes del Universo DC han tenido a alguien en quien fijarse y a cuya altura aspiraban a estar. La Liga de la Justicia, por ejemplo, había nacido a la sombra de la Sociedad de la Justicia de América, el grupo de hombres misteriosos de la Segunda Guerra Mundial que, ya en la vejez, seguía en activo y compartiendo aventuras con héroes y heroínas más jóvenes que los idolatraban. En el nUDC, la JSA jamás había existido salvo en aquellas versiones rejuvenecidas que veíamos en Tierra 2 y aún vemos en Sociedad de Tierra 2, escrita por Daniel H. Wilson y Dan Abnett y dibujada por Jorge Jiménez. Por otra parte, casi todos los “compañeros del héroe”, los ayudantes juveniles que tenían pesos pesados como Flash, Aquaman o Green Arrow habían crecido y adoptado otras identidades para ceder su puesto a adolescentes aguerridos que los tenían como referencia inmediata. Geoff Johns, precisamente, basó los inicios de su carrera en los cómics en un dominio absoluto de ese concepto de legado, desde su Stars and S.T.R.I.P.E. hasta sus célebres etapas en Flash, Jóvenes Titanes o la mismísima JSA.
Las relaciones del pasado y, sobre todo, la idea de legado son el pilar en que se apoya Universo DC: Renacimiento, el cómic que tienes entre manos y que da paso a una nueva etapa de nuestros personajes preferidos. Estos elementos, tan añorados por muchos aficionados, regresan, al parecer, para quedarse. Y lo hacen de una forma profunda, emotiva y trascendental que hace de este especial un cómic imprescindible para los seguidores del Universo DC, sean nuevos o veteranos.
Fran San Rafael
Artículo introductorio publicado en las primeras páginas de Universo DC: Renacimiento ¡Ya a la venta!
Otros enlaces de interés:
Previa de Universo DC: Renacimiento
Avance del plan de publicación de Renacimiento
Artículo: ¡El Renacimiento del Universo DC ya está aquí!
El hombre más rápido del mundo, policía científico de profesión, se pasó buena parte de su carrera tratando de resolver un asesinato. Al final, descubrió al culpable, su archienemigo Eobard Thawne, y viajó al pasado para tratar de evitar la tragedia. Y lo consiguió a costa de modificar toda la realidad.
Fue con ese cambio radical con el que empezó la miniserie Flashpoint en 2011, escrita por Geoff Johns y dibujada por Andy Kubert. En efecto, Nora seguía viva, pero el mundo era muy distinto del que conocíamos. Barry nunca se había convertido en Flash. El Batman de Gotham City no era Bruce Wayne, sino su padre, un hombre atormentado que había visto cómo tiroteaban a su pequeño delante de él. Superman nunca había salido del encierro forzoso al que se le había sometido cuando su nave había llegado a la Tierra desde el malogrado Krypton. Y Aquaman y Wonder Woman, el rey de Atlantis y la reina de Themyscira, se habían declarado una guerra que ya había arrasado Europa Occidental. Atormentado por aquella realidad infernal, Barry hizo lo imposible para revertirla, aunque para eso tuviera que retroceder al momento en que él mismo había impedido que muriera su madre. Pero el resultado no fue exactamente el que él esperaba.
El Nuevo Universo DC, también conocido por su nombre en inglés, The New 52, arrancó justo después de Flashpoint en el que fuera uno de los reinicios más osados de la historia de la editorial. Buena parte de sus personajes comenzaron de cero para hacerlos más acordes al siglo XXI, y Johns tuvo mucho que ver en aquellos cambios, no solo como director creativo de la editorial, sino también como escritor de Liga de la Justicia, la serie medular de la nueva etapa. Con dibujantes tan relevantes como Jim Lee, Ivan Reis, Doug Mahnke o el recién descubierto Jason Fabok, Johns narró desde los orígenes de la era superheroica, con la fundación del grupo por parte de un puñado de héroes novatos que apenas se conocían (ni se soportaban, en algunos casos), hasta tramas centrales para el resto de series de la línea, como Maldad eterna, cuya miniserie central realizó junto al dibujante David Finch. En ella, entre otras cosas, convirtió a Lex Luthor en héroe, con lo cual plantó una de las semillas que germinarían en la reciente La guerra de Darkseid, cuya conclusión conduce directamente a los hechos que se estás a punto de leer.
La Liga de la Justicia de Johns y compañía no fue la única etapa memorable que nos dejó el nUDC. En manos de Brian Azzarello y Cliff Chiang, Wonder Woman adquirió cotas de calidad altísimas que pasaban por dar mayor protagonismo a unos dioses del Olimpo de tono contemporáneo que conformaron un drama familiar donde las puñaladas traperas tenían tanto peso como las peleas superheroicas o mitológicas que emprendía la protagonista, que incluso terminaría adoptando el manto de diosa de la guerra. Los propios Johns y Reis dieron mayor relevancia que nunca a Aquaman durante una etapa crucial que asentó la popularidad del rey de Atlantis, quitándole ese lastre de personaje menor que lo ha acompañado durante buena parte de su trayectoria. Y de paso, renovaron a algunos de sus enemigos y presentaron un elenco de secundarios que sigue dando juego hoy en día. Por su parte, Superman quedó en manos de Grant Morrison y Rags Morales, que contaron los primeros tiempos del Hombre de Acero en Metropolis para devolverlo a sus raíces, esto es, a la lucha contra las injusticias sociales, mientras hacía frente a amenazas cósmicas como solo pueden surgir de la mente del famoso guionista escocés. En cuanto a Batman, cuya historia no empezó de cero aunque sufriera notables alteraciones cronológicas, Scott Snyder y Greg Capullo narraron la única epopeya que se ha mantenido durante los cinco años de andadura del nUDC. Con sagas como las que han tenido como adversario al Joker, la magnífica revisión que fue Origen y la presentación del Tribunal de los Búhos, han entrado por derecho propio en el exclusivo grupo de autores de referencia de la franquicia más conocida de DC Comics. Y sin salirnos de ella, tuvimos Grayson, surgida de los eventos de Maldad eterna, donde el Robin original y posterior Nightwing se convirtió en un magnífico agente secreto de la mano de Tom King, Tim Seeley y Mikel Janín.
Todas las etapas mencionadas, y el resto de las surgidas en el nUDC, empezaron con un nexo en común: una misteriosa señorita encapuchada llamada Pandora que parecía tener las claves de por qué el mundo no era exactamente igual que como era antes de Flashpoint. Su presencia dio pie a varias teorías, una de las cuales pasaba por el mantenimiento del Multiverso, uno de los elementos definitorios de la historia de DC. No en vano, ¿qué sería de las aventuras de Superman, Batman, Green Lantern y compañía sin universos paralelos y tierras alternativas? El concepto regresaría por todo lo alto con la muy notable Tierra 2 iniciada por James Robinson y Nicola Scott, que rejuvenecieron de forma drástica a los héroes más clásicos de la casa, y estallaría en aquel experimento fascinante que fue El Multiverso, donde Morrison y algunos de los mejores dibujantes de la casa exploraron con todo detalles las vicisitudes de los habitantes de mundos donde, por ejemplo, los héroes se aburrían tanto que eran carne de prensa rosa o donde los nazis habían conquistado la Tierra. Y todo con la excusa de una amenaza imposible de vencer que obligaría a los héroes de diversos mundos a unir fuerzas al más puro estilo de Morrison, con una narrativa osada y un derroche inagotable de imaginación.
No obstante, había ciertos aspectos del pasado que se echaban de menos en el nUDC. Uno de ellos eran las relaciones personales que habían existido entre ciertos personajes. Por ejemplo, antes de que Barry Allen forzara el cambio de realidad, Lois Lane y Superman estaban felizmente casados. Después, eran buenos amigos, pero ella salía con un compañero periodista y él entablaba un polémico romance con Wonder Woman que se ha prolongado prácticamente hasta las últimas entregas de las series Superman y Superman/Wonder Woman. Mucho más sonado era el caso de Green Arrow y Canario Negro, que, tras décadas de relación tormentosa e intermitente, habían contraído un matrimonio que cayó en el olvido tras Flashpoint de tal forma que apenas se conocían.
El segundo elemento que echábamos de menos era el de legado. Tradicionalmente, todos los héroes del Universo DC han tenido a alguien en quien fijarse y a cuya altura aspiraban a estar. La Liga de la Justicia, por ejemplo, había nacido a la sombra de la Sociedad de la Justicia de América, el grupo de hombres misteriosos de la Segunda Guerra Mundial que, ya en la vejez, seguía en activo y compartiendo aventuras con héroes y heroínas más jóvenes que los idolatraban. En el nUDC, la JSA jamás había existido salvo en aquellas versiones rejuvenecidas que veíamos en Tierra 2 y aún vemos en Sociedad de Tierra 2, escrita por Daniel H. Wilson y Dan Abnett y dibujada por Jorge Jiménez. Por otra parte, casi todos los “compañeros del héroe”, los ayudantes juveniles que tenían pesos pesados como Flash, Aquaman o Green Arrow habían crecido y adoptado otras identidades para ceder su puesto a adolescentes aguerridos que los tenían como referencia inmediata. Geoff Johns, precisamente, basó los inicios de su carrera en los cómics en un dominio absoluto de ese concepto de legado, desde su Stars and S.T.R.I.P.E. hasta sus célebres etapas en Flash, Jóvenes Titanes o la mismísima JSA.
Las relaciones del pasado y, sobre todo, la idea de legado son el pilar en que se apoya Universo DC: Renacimiento, el cómic que tienes entre manos y que da paso a una nueva etapa de nuestros personajes preferidos. Estos elementos, tan añorados por muchos aficionados, regresan, al parecer, para quedarse. Y lo hacen de una forma profunda, emotiva y trascendental que hace de este especial un cómic imprescindible para los seguidores del Universo DC, sean nuevos o veteranos.
Fran San Rafael
Artículo introductorio publicado en las primeras páginas de Universo DC: Renacimiento ¡Ya a la venta!
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Previa de Universo DC: Renacimiento
Avance del plan de publicación de Renacimiento
Artículo: ¡El Renacimiento del Universo DC ya está aquí!