Eccediciones
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Una siniestra bibliotecaria

 El capítulo de la serie original Green Lantern de este mes sirve como transición entre la derrota de los Sinestro Corps y la próxima gran saga de la serie, la que tendrá como coprotagonista a la Tribu Índigo y en la que, por fin, conoceremos al detalle el origen de los representantes de la compasión. Además, por si fuera poco, este episodio también deja entrever elementos de los planes que Geoff Johns tiene para la franquicia a medio plazo y que pasan, como ya hemos visto en entregas anteriores, por la creación de un “Tercer Ejército” del que todavía sabemos muy poco salvo que traerá mucha cola. El dibujante elegido para dar un descanso a Doug Mahnke es Michael Choi, un artista curtido en Image Comics que, durante los últimos meses, ha realizado diversas portadas para DC Entertainment.

El capítulo en cuestión nos presenta a un nuevo personaje que resulta conocer bien a Sinestro, y también recupera a la bibliotecaria más extraña del Universo DC: la perversa Lyssa Drak, antigua portadora del Libro de Parallax. Con tan rotundo volumen entre manos, debutó hace unos pocos años en el complemento del número 18 de la anterior colección estadounidense de Hal Jordan. Johns y Dave Gibbons, dibujante que entonces también escribía Green Lantern Corps, ya estaban preparando La Guerra de los Sinestro Corps, la épica saga que consolidó definitivamente la era dorada de esta franquicia, y les pareció buena idea presentar poco a poco a los integrantes de aquel ejército del miedo que no tardaría en atacar. Así, durante unas entregas, ambos autores se enfrascaron en la narración de los orígenes de personajes como Despotellis o Karu-Sil, y todo ello de la mano de Lyssa Drak.

Como vemos, su función, aparte de ser un miembro más de los Sinestro Corps, era la de actuar como maestra de ceremonias que abría y cerraba aquellas historias que incluía el Libro de Parallax con la excusa de contárselas a Amon Sur, recién llegado que aún no se había iniciado. Su papel era similar al de personajes míticos como Caín y Abel, de House of Mystery y House of Secrets respectivamente, o Creepy y Eerie, presentadores de las revistas homónimas publicadas por la editorial Warren. En todos estos casos, las historias que introducían pertenecían al género de misterio y terror, y la referencia hecha por Johns y Gibbons no era gratuita. Los relatos de Drak poco tenían que envidiar a aquellas horripilantes historias sobre vampiros y demás criaturas; al fin y al cabo, era imprescindible que los Sinestro Corps dieran miedo.

Pero el formato no rendía homenaje solo a los clásicos del horror estadounidense, ya que también servía como tributo interno a los cómics de Green Lantern publicados en los años 80. En aquella época, eran frecuentes los Relatos del Cuerpo de Green Lanterns con los que se presentaba a personajes nuevos que, según el caso, terminarían incorporándose como secundarios a las historias principales. Por aquello de añadir un poco más de contenido, Johns y Gibbons también dieron algunas pinceladas del trasfondo de Lyssa Drak. Una de ellas era su procedencia, el planeta Talok IV, que se encuentra en el mismo sistema solar del que procede Sombra de la Legión de Superhéroes, un dato que delataba la piel azul de la presentadora. Pero esta no se limitaba a contar cuentos a Amon Sur. En el último de aquellos complementos, se desveló que era la responsable de unas cámaras especiales en las que se recluían durante bastante tiempo los aspirantes a miembro de los Sinestro Corps. Era allí donde, tras haberse entrenado en combate con Arkillo, se preparaban psicológicamente para ser siervos del vil korugariano y, por extensión, del mismísimo Parallax. Con un currículo breve pero intenso, Drak participó activamente en La Guerra de los Sinestro Corps. De hecho, fue ella quien capturó a John Stewart y Guy Gardner y quien, en principio, debería haber conseguido que ambos cedieran al yugo de Parallax, lo cual se terminó desechando para que Kyle Rayner tuviera más peso como villano involuntario de la trama. Al final del conflicto, fue a parar a la cárcel, donde no renunció a seguir contando sus truculentas historias. Una de ellas trataba sobre Kryb, la miembro de los Sinestro Corps que raptaba a los hijos recién nacidos de los Green Lanterns para guardarlos en la espeluznante jaula que tenía como espina dorsal. Poco antes de La noche más oscura, Drak escapó y, mientras buscaba su preciado Libro de Parallax, se topó con un volumen aún más horrendo: el Libro Oscuro, el que hablaba de la profecía que serviría como detonante para la saga. Fue allí donde la encerró Scar, la Guardiana del Universo corrompida por la oscuridad, que la obligó a desaparecer durante una breve temporada. El responsable de su liberación fue Krona, otro Guardián caído en desgracia, que pretendía que Drak fuera la encargada de custodiar un libro nuevo, el suyo, que no tardaría en reescribir la historia del universo que él tenía pensado dominar. Sucedió aquello durante El día más brillante, la saga donde vimos casi por última vez a esta malhechora de piel azul. Su siguiente aparición estelar se produciría ya en La Guerra de los Green Lanterns, cuando siguió las órdenes de su liberador para encerrar a los aliados que Hal Jordan había hecho en los demás ejércitos del espectro emocional y a los que liberó con ayuda de Rayner. Actualmente, se podría decir que Lyssa Drak va por libre, ya que Krona está muerto y, por lo tanto, no le debe ningún favor. No obstante, sigue siendo tan peligrosa como siempre, como descubre el propio Sinestro en este cuaderno. Y no es lo único que averigua nuestro protagonista korugariano, ya que va a obtener muchas pistas de aquello que decíamos que nos tiene reservado Geoff Johns sobre la creación de un Tercer Ejército. Como vemos, la futura trama promete la dosis habitual de emoción y sorpresas a las que nos tiene acostumbrados el guionista desde hace varios años. Y seguro que Drak aparecerá en algún momento, a ser posible escondida en alguno de sus amados libros.

Fran San Rafael