Al principio, el universo pertenecía a la oscuridad. Entonces, llegó la luz, un fulgor blanco y cegador que predominó durante 700 años hasta que, al sufrir el ataque de su contrapartida, se dividió en siete colores que canalizaban las emociones de los seres vivos. Así nacieron la luz roja de la rabia, la naranja de la avaricia, la amarilla del miedo, la verde de la fuerza de voluntad, la azul de la esperanza, la índigo de la compasión y la violeta del amor. Esas energías emocionales se pueden controlar, canalizar... y convertir en la base de ejércitos que están condenados a enfrentarse o aliarse según las circunstancias y la afinidad que exista entre ellos.
Los diversos Cuerpos fueron uno de los pilares de la anterior etapa de Green Lantern, ya que dieron mucho juego como generadores de tramas y de personajes secundarios que surgían a medida que Geoff Johns presentaba y definía a cada uno de ellos. Teniendo en cuenta el partido que se les sacó, no es de extrañar que sigan vigentes en el Nuevo Universo DC. En este caso, es Kyle Rayner quien se ve sumido en solitario en un arcoíris de anillos que, como ya vimos el mes pasado, han empezado a acecharlo, lo cual ha propiciado la llegada de un puñado de secundarios a quienes repasamos en las próximas líneas.
Yrra Cynril, más conocida como Fatalidad, es la veterana del grupo, una vieja enemiga de Kyle con quien se enfrentó por primera vez en 1997, año en que la crearon Ron Marz y Darryl Banks. Se trata de la única superviviente del planeta Xanshi, mundo que quedó destruido por culpa de un error garrafal cometido por John Stewart, otro de los Green Lanterns de la Tierra. Ella se salvó porque se encontraba fuera de su mundo natal, concretamente en Okaara, cuyos guerreros la habían entrenado para ser una de las mejores luchadoras del universo.
Con semejante formación, Yrra decidió vengarse de todos los agentes de los Guardianes, pero tuvo la desgracia de llegar en la época en que Kyle era el único que quedaba. Su papel como villana se diluyó en fechas más recientes, cuando la capturaron las Zamaronas y la convirtieron en una Zafiro Estelar, esto es, en una de las mujeres que manipulan la energía violeta del amor. Es por esto por lo que ha decidido perdonar a Stewart, pero su enemistad con Kyle se remonta a tanto tiempo atrás que habrá que ver cómo se comporta en próximos episodios.
El resto de estos Nuevos Guardianes son personajes creados por Johns con ayuda de dibujantes como Ivan Reis, Shane Davis o Ethan Van Sciver una vez establecida la existencia del espectro emocional. El primero de ellos es Arkillo, miembro de los Sinestro Corps, el ejército del miedo. Nacido en Vorn, era un poderoso guerrero que, por sus muchas cualidades, se convirtió en mano derecha de Sinestro y, como tal, en entrenador de los nuevos reclutas. Su ferocidad es comparable a la de pocos villanos del Universo DC, y en esta colección tendrá ocasión de seguir demostrándolo.
Mucho menos conocido es Munk, agente de la Tribu Índigo, los portadores de la compasión. De él solo sabemos que es el segundo de su organización y que ha colaborado en alguna ocasión con el Cuerpo de Green Lanterns; no obstante, en ocasiones se ha insinuado que los suyos son antiguos delincuentes sometidos a esas baterías con forma de bastón que siempre llevan a cuestas. Por suerte, muy pronto descubriremos muchas cosas sobre ellos, y será en estas mismas páginas.
No podemos olvidarnos, por supuesto, de Bro’Dee Walker, alias Saint Walker, un hombre desgraciado cuyo mundo, Astonia, estuvo a punto de morir. Para evitarlo, se marchó con su familia a la cima de una montaña donde esperaba encontrar al profeta del dios en quien tanto creía. Aunque los suyos fueron muriendo por el camino, Bro’Dee logró su objetivo y averiguó que el mesías era él, tras lo cual envió a su pueblo un mensaje de esperanza que salvó el planeta. Poco después, lo eligieron para inaugurar el Cuerpo de Blue Lanterns, los agentes que canalizan la luz azul de la esperanza.
Menos afable por definición es Bleez, la Red Lantern del grupo. La doncella de Havania, una de las más bellas por su físico y por sus alas, fue apresada por los Sinestro Corps, que la vejaron, la torturaron e incluso le arrancaron las alas. La traumática experiencia la convirtió en candidata perfecta a portadora de un anillo rojo de la rabia, emoción que deja a sus agentes convertidos en monstruos sin corazón que, con la excepción de su líder, Atrocitus, carecen de personalidad propia, cosa que podría cambiar muy pronto.
Así pues, ya tenemos en marcha a estos Nuevos Guardianes... o a casi todos ellos. Como hemos visto en este número, aún falta que haga acto de presencia el Cuerpo de Orange Lanterns, cuyo único representante es el codicioso (pero paradójicamente entrañable) Larfleeze. Tranquilos, porque no se hará mucho de rogar. Eso sí, a juzgar por las portadas originales, es muy posible que no sea él el agente de la avaricia que se incorpore al reparto de secundarios de las nuevas aventuras de Kyle Rayner.
Fran San Rafael
Los diversos Cuerpos fueron uno de los pilares de la anterior etapa de Green Lantern, ya que dieron mucho juego como generadores de tramas y de personajes secundarios que surgían a medida que Geoff Johns presentaba y definía a cada uno de ellos. Teniendo en cuenta el partido que se les sacó, no es de extrañar que sigan vigentes en el Nuevo Universo DC. En este caso, es Kyle Rayner quien se ve sumido en solitario en un arcoíris de anillos que, como ya vimos el mes pasado, han empezado a acecharlo, lo cual ha propiciado la llegada de un puñado de secundarios a quienes repasamos en las próximas líneas.
Yrra Cynril, más conocida como Fatalidad, es la veterana del grupo, una vieja enemiga de Kyle con quien se enfrentó por primera vez en 1997, año en que la crearon Ron Marz y Darryl Banks. Se trata de la única superviviente del planeta Xanshi, mundo que quedó destruido por culpa de un error garrafal cometido por John Stewart, otro de los Green Lanterns de la Tierra. Ella se salvó porque se encontraba fuera de su mundo natal, concretamente en Okaara, cuyos guerreros la habían entrenado para ser una de las mejores luchadoras del universo.
Con semejante formación, Yrra decidió vengarse de todos los agentes de los Guardianes, pero tuvo la desgracia de llegar en la época en que Kyle era el único que quedaba. Su papel como villana se diluyó en fechas más recientes, cuando la capturaron las Zamaronas y la convirtieron en una Zafiro Estelar, esto es, en una de las mujeres que manipulan la energía violeta del amor. Es por esto por lo que ha decidido perdonar a Stewart, pero su enemistad con Kyle se remonta a tanto tiempo atrás que habrá que ver cómo se comporta en próximos episodios.
El resto de estos Nuevos Guardianes son personajes creados por Johns con ayuda de dibujantes como Ivan Reis, Shane Davis o Ethan Van Sciver una vez establecida la existencia del espectro emocional. El primero de ellos es Arkillo, miembro de los Sinestro Corps, el ejército del miedo. Nacido en Vorn, era un poderoso guerrero que, por sus muchas cualidades, se convirtió en mano derecha de Sinestro y, como tal, en entrenador de los nuevos reclutas. Su ferocidad es comparable a la de pocos villanos del Universo DC, y en esta colección tendrá ocasión de seguir demostrándolo.
Mucho menos conocido es Munk, agente de la Tribu Índigo, los portadores de la compasión. De él solo sabemos que es el segundo de su organización y que ha colaborado en alguna ocasión con el Cuerpo de Green Lanterns; no obstante, en ocasiones se ha insinuado que los suyos son antiguos delincuentes sometidos a esas baterías con forma de bastón que siempre llevan a cuestas. Por suerte, muy pronto descubriremos muchas cosas sobre ellos, y será en estas mismas páginas.
No podemos olvidarnos, por supuesto, de Bro’Dee Walker, alias Saint Walker, un hombre desgraciado cuyo mundo, Astonia, estuvo a punto de morir. Para evitarlo, se marchó con su familia a la cima de una montaña donde esperaba encontrar al profeta del dios en quien tanto creía. Aunque los suyos fueron muriendo por el camino, Bro’Dee logró su objetivo y averiguó que el mesías era él, tras lo cual envió a su pueblo un mensaje de esperanza que salvó el planeta. Poco después, lo eligieron para inaugurar el Cuerpo de Blue Lanterns, los agentes que canalizan la luz azul de la esperanza.
Menos afable por definición es Bleez, la Red Lantern del grupo. La doncella de Havania, una de las más bellas por su físico y por sus alas, fue apresada por los Sinestro Corps, que la vejaron, la torturaron e incluso le arrancaron las alas. La traumática experiencia la convirtió en candidata perfecta a portadora de un anillo rojo de la rabia, emoción que deja a sus agentes convertidos en monstruos sin corazón que, con la excepción de su líder, Atrocitus, carecen de personalidad propia, cosa que podría cambiar muy pronto.
Así pues, ya tenemos en marcha a estos Nuevos Guardianes... o a casi todos ellos. Como hemos visto en este número, aún falta que haga acto de presencia el Cuerpo de Orange Lanterns, cuyo único representante es el codicioso (pero paradójicamente entrañable) Larfleeze. Tranquilos, porque no se hará mucho de rogar. Eso sí, a juzgar por las portadas originales, es muy posible que no sea él el agente de la avaricia que se incorpore al reparto de secundarios de las nuevas aventuras de Kyle Rayner.
Fran San Rafael