Eccediciones

Un Flash-Forward

Es lo raro de los superhéroes: que mantenerlos muertos suele ser más difícil que matarlos. Queremos que nuestras fantasías se basen en la realidad, que los defectos de nuestros perso­najes sean reales y que sus sacrificios tengan peso. A veces, eso significa que nuestros héroes favoritos tienen que morir. Esos momentos, por poco frecuentes que sean, nos recuerdan por qué amamos a nuestros héroes. Pero ahí es donde empieza el conflicto. Mantenerlos muertos significa no disfrutar de ellos todos los meses. Aun así, al resucitarlos, nos arriesgamos a minimizar su heroísmo, la tragedia de su muerte o la fuerza de su sacrificio. Los apreciamos demasiado para hacer eso.

También es cierto que, cuanto más tiempo pasa muerto un personaje, más importancia se otorga a su regreso y a mayor escrutinio se le somete. Si un personaje vuelve de la muerte tras haber estado ausente seis meses o un año, su regreso viene acompañado por algún lector que murmura en la sección de novedades: “Ya sabía yo que lo resucitarían”. Pero si un personaje lleva difunto varios años, es un acontecimiento. Desde luego, los 23 años de ausencia de Barry Allen encajan en esta última categoría.

Si se piensa bien, es casi inconcebible que Barry estuviera fuera tanto tiempo. No se trata de ningún superhéroe de segunda sino de un estandarte. Es el personaje que dio pie a la Edad de Plata en Showcase núm. 4, el que nos presentó el Multiverso en The Flash núm. 123 y el que contribuyó a fundar la Liga de la Justicia en The Brave and the Bold núm. 28. Se podría decir que cuenta con una de las dos o tres mejores galerías de villanos del mundo del cómic, y también con mi villano favorito de DC (retomaré esto más adelante). ¡23 años! Hace que la ausencia de 10 años de Hal Jordan parezca un parpadeo.

Supongo que una de las cosas que ayudaron a mantener a Barry al margen del mundo de los vi­vos fue lo que hizo cuando murió. Hay héroes que mueren salvando a un ser querido, otros que salvan su amada ciudad o incluso su planeta natal. Pero Barry impidió que el universo entero quedara borrado de la existencia. Si hubiera hecho eso y hubiera vuelto unos meses después, seguro que habría minimizado uno de los principales acontecimientos de la historia del cómic.

Lo único que hay que decir es que, para resucitar a Barry Allen, más vale no pifiarla. Si un héroe vuelve de forma satisfactoria, su regreso se recuerda con cariño. Si lo hace de manera desas­trosa, ingresa en la tradición del mundo del cómic. No hace falta que dé nombres, pero todos sabemos a quién me refiero. Aún nos seguimos quejando hoy en día. Y es una responsabilidad enorme para que un guionista se la eche sobre las espaldas. Lo cual me conduce a la última razón por la que Barry faltó tanto tiempo: esperábamos al guionista correcto para resucitarlo.

Durante los últimos 23 años, ha habido muchos grandes guionistas, y algunos han escrito Flash. Una vez más, no hace falta que dé nombres. Todos sabemos de quiénes se trata. Compramos sus series todos los meses. Pero para acometer esta tarea, el único que me viene a la cabeza es Geoff, que posee la destreza, el conocimiento y, sobre todo, la afinidad suficiente con el personaje para emprender este reto y salir victorioso. Tanto para Geoff como para mí, la muerte de Barry Allen en Crisis en Tierras Infinitas fue uno de aquellos momentos que leímos cuando nos introducíamos en los cómics y cuyo impacto nos vincularía al medio durante años. Estos momentos mágicos suelen tener lugar cuando se es joven, y te acompañan durante mucho tiempo. En los cómics, es una tradición. Y me parece que es mejor así, porque, en muchos casos, el joven cuya imaginación queda atrapada en un instante lo cuidará mejor que alguien que tiene detrás varios años de historias.

Que Geoff abordara Flash: Renacimiento más como un honor que como una tarea ratifica que fuera la persona adecuada para contar esta historia. En términos narrativos, el retorno de Barry no era tan peliagudo. Lo más complejo era la importancia emocional de su regreso y el impacto que tendría en el Universo DC. Y ahí es donde destacan los cómics de Geoff.

También agradezco que el Flash Reverso formara parte del relato. No sé si es por el llamativo disfraz amarillo y el emblema del rayo sobre un círculo negro o porque sus fechorías incluyeron el asesinato de Iris, la esposa de Barry, antes de que estas cosas fueran habituales en los cómics; pero siempre que el Flash Reverso bendice una portada, no puedo evitar echar un vistazo al interior.

Por fuerte, veloz o inteligente que sea un superhéroe, todos tienen el mismo punto flaco. Todos son susceptibles a una historia mala. Y eso los derrota más deprisa que cualquier arma de su archienemigo. Nunca he leído un cómic malo de Geoff, y Flash: Renacimiento no es ninguna excepción. ¡Que lo disfrutes!

MATT CHERNISS
LOS ÁNGELES (CALIFORNIA), ENERO DE 2010

Matt Cherniss es director de Desarrollo de Fox Broadcasting Company, donde ha trabajado en series tales como Glee o Blanco humano (basada en el cómic homónimo publicado por ECC). Sus trabajos anteriores para FX incluyen el desarrollo de series como Nip/Tuck: A golpe de bisturí, Rescue me, Sons of Anarchy, Daños y perjuicios o It’s always Sunny in California. Aparte de a su trabajo principal, se dedica a escribir cómics a tiempo parcial y es ávido lector a tiempo completo. 

Artículo publicado originalmente en las páginas de Flash: Renacimiento ¡Ya a la venta!