¿Quién no ha oído hablar del número 2 de Batman? Aquel excelente ejemplar contiene el primer episodio de la nueva etapa de Detective Comics. Cuando se publicó la versión norteamericana, las sorpresas fueron tantas y tan grandes que los comentarios positivos no se hicieron esperar. Algunos lectores se asombraban del espectacular final de aquel tebeo. Por el contrario, otros se maravillaban con el cambio de estilo de Tony Daniel. El artista lleva años dibujando y escribiendo cómics para las distintas cabeceras del Caballero Oscuro, pero justo a partir de aquel número empezó a utilizar un tono mucho más sombrío y adulto. Muchos se preguntaron cómo era posible. Nadie cambia su estilo narrativo de la noche a la mañana.
Ciertamente, Tony es un escritor camaleónico que suele pillar desprevenido al lector porque dibuja demasiado bien. Casi todo el mundo lo conoce mejor por su faceta artística. Eso es algo bastante lógico dada su trayectoria. Este genio desembarcó en el mundo del cómic en 1993 con los lápices de Elementals. Después se encargó de X-Factor para Marvel Comics. En 1995, Tony ya se había convertido en un dibujante casi regular de Spawn. Todas estas eran series muy populares en aquellos momentos.
Evidentemente, el arte de Daniel se había hecho un hueco en el corazón de sus seguidores, pero el ilustrador decidió que quería más. Aprovechó la libertad creativa que le ofrecían en Image Comics para crear su propia colección en 1997: The Tenth. Ese fue el inicio de la no tan conocida carrera como escritor de Daniel. Los guiones de aquella creación primigenia sirvieron para que Tony se diese cuenta de que disfrutaba tanto narrando como dibujando. Eso le empujó a inventar otras cabeceras como Adrenalynn, F5 y Silke. ¿Cuál fue el resultado? El recién estrenado literato vendió dos de estas historias a Hollywood: Adrenalynn y F5. No ofreció Silke a nadie porque quería definir él mismo el guion de la película. Entre 2001 y 2002, Daniel inició una asociación con James Bonny, un guionista que ha llegado a vender sus escritos a Steven Spielberg. En definitiva, Tony lleva años trabajando para el séptimo arte y aprovecha su labor cinematográfica para mejorar sus cómics, que ya son buenos de por sí. En el caso de Detective Comics, decidió potenciar la experiencia visual con un uso narrativo que difiere en parte con su anterior trabajo en Batman. Pero no nos engañemos, no es un cambio de estilo.
La verdad es que Tony Daniel es un autor polifacético que jamás se ha limitado a una única forma de escritura.
Enrique Ríos
Ciertamente, Tony es un escritor camaleónico que suele pillar desprevenido al lector porque dibuja demasiado bien. Casi todo el mundo lo conoce mejor por su faceta artística. Eso es algo bastante lógico dada su trayectoria. Este genio desembarcó en el mundo del cómic en 1993 con los lápices de Elementals. Después se encargó de X-Factor para Marvel Comics. En 1995, Tony ya se había convertido en un dibujante casi regular de Spawn. Todas estas eran series muy populares en aquellos momentos.
Evidentemente, el arte de Daniel se había hecho un hueco en el corazón de sus seguidores, pero el ilustrador decidió que quería más. Aprovechó la libertad creativa que le ofrecían en Image Comics para crear su propia colección en 1997: The Tenth. Ese fue el inicio de la no tan conocida carrera como escritor de Daniel. Los guiones de aquella creación primigenia sirvieron para que Tony se diese cuenta de que disfrutaba tanto narrando como dibujando. Eso le empujó a inventar otras cabeceras como Adrenalynn, F5 y Silke. ¿Cuál fue el resultado? El recién estrenado literato vendió dos de estas historias a Hollywood: Adrenalynn y F5. No ofreció Silke a nadie porque quería definir él mismo el guion de la película. Entre 2001 y 2002, Daniel inició una asociación con James Bonny, un guionista que ha llegado a vender sus escritos a Steven Spielberg. En definitiva, Tony lleva años trabajando para el séptimo arte y aprovecha su labor cinematográfica para mejorar sus cómics, que ya son buenos de por sí. En el caso de Detective Comics, decidió potenciar la experiencia visual con un uso narrativo que difiere en parte con su anterior trabajo en Batman. Pero no nos engañemos, no es un cambio de estilo.
La verdad es que Tony Daniel es un autor polifacético que jamás se ha limitado a una única forma de escritura.
Enrique Ríos