La mayoría de los personajes de cómic suelen ser esclavos de su propio pasado. Eso que llamamos “continuidad” y que se considera la línea temporal y argumental válida para un personaje y para el devenir de sus acontecimientos llega a veces a convertirse en un lastre a la hora de que un equipo creativo pueda ofrecer nuevos enfoques de una misma historia. Porque imaginad que el origen de un personaje fuese modificado por cada nuevo autor que tomara las riendas de una colección ya en curso, añadiendo conceptos y datos a su libre albedrío. Al final, irremediablemente se incurriría en incongruencias y contradicciones, y la sensación de cohesión tan necesaria para que una colección sea atractiva y comprensible se disolvería por completo. No hay que remontarse demasiado lejos para recordar algunos ejemplos previos al Nuevo Universo DC, cuando en el origen de Superman –por poner el ejemplo que nos ocupa– existían conceptos de la continuidad comenzada por El Hombre de Acero de John Byrne (ver Grandes Autores de Superman: John Byrne - Superman: El Hombre de Acero), de historias alternativas como Superman: Birthright y hasta reminiscencias clásicas, en una amalgama que te hacía preguntarte constantemente cuál era el origen considerado como válido para Superman al que había que hacer caso.
Por suerte, como decíamos, el Nuevo Universo DC ha hecho borrón y cuenta nueva con este embrollo y, desde hace algo más de un año, la continuidad editorial de todos los personajes vuelve a estar limpia y clara. Siguiendo con el ejemplo de Superman, este ya no es esclavo de su pasado, ni de sus 75 años de historia, ni de ninguno de sus orígenes anteriores, y la nueva biografía del Hombre de Acero se escribe mes a mes en las diferentes colecciones. Así, Action Comics ha narrado los primeros años de un Superman que comenzaba su cruzada contra el crimen y era considerado más una amenaza alienígena que un superhéroe; Liga de la Justicia nos está contando sus aventuras junto al mítico equipo de héroes que también son sus amigos –y una de ellas, incluso su amante–; y en Superman, vemos las aventuras del personaje en el tiempo presente del nUDC, completamente consolidado ya como el campeón de Metropolis. La historia de Superman es ahora más sencilla de comprender sin tener que preguntarnos constantemente: ¿de dónde venía esto?
Pero aun así, siempre hay grandes relatos que merecen ser contados y que, en pos de mantener clara la cohesión de los personajes, no podrían incluirse en sus colecciones mensuales. Para eso DC ha lanzado la línea Tierra Uno, en las que los mejores equipos creativos pueden mostrarnos su visión de estos superhéroes sin las ataduras de la continuidad editorial. Historias alternativas con orígenes y personajes diferentes, algunos los de siempre, otros susceptiblemente modificados, y otros incluso completamente nuevos. Pero historias que, al fin y al cabo, solo pretenden aportar un punto de vista original y más contemporáneo a estos excepcionales personajes, sin perder nunca la perspectiva de qué es lo que define a cada uno de ellos. Ese es el concepto Tierra Uno y esto es lo que ha sido este segundo volumen dedicado al Hombre de Acero: una maravillosa historia del Superman de siempre... contada como nunca.
Javier Olivares Tolosa
Por suerte, como decíamos, el Nuevo Universo DC ha hecho borrón y cuenta nueva con este embrollo y, desde hace algo más de un año, la continuidad editorial de todos los personajes vuelve a estar limpia y clara. Siguiendo con el ejemplo de Superman, este ya no es esclavo de su pasado, ni de sus 75 años de historia, ni de ninguno de sus orígenes anteriores, y la nueva biografía del Hombre de Acero se escribe mes a mes en las diferentes colecciones. Así, Action Comics ha narrado los primeros años de un Superman que comenzaba su cruzada contra el crimen y era considerado más una amenaza alienígena que un superhéroe; Liga de la Justicia nos está contando sus aventuras junto al mítico equipo de héroes que también son sus amigos –y una de ellas, incluso su amante–; y en Superman, vemos las aventuras del personaje en el tiempo presente del nUDC, completamente consolidado ya como el campeón de Metropolis. La historia de Superman es ahora más sencilla de comprender sin tener que preguntarnos constantemente: ¿de dónde venía esto?
Pero aun así, siempre hay grandes relatos que merecen ser contados y que, en pos de mantener clara la cohesión de los personajes, no podrían incluirse en sus colecciones mensuales. Para eso DC ha lanzado la línea Tierra Uno, en las que los mejores equipos creativos pueden mostrarnos su visión de estos superhéroes sin las ataduras de la continuidad editorial. Historias alternativas con orígenes y personajes diferentes, algunos los de siempre, otros susceptiblemente modificados, y otros incluso completamente nuevos. Pero historias que, al fin y al cabo, solo pretenden aportar un punto de vista original y más contemporáneo a estos excepcionales personajes, sin perder nunca la perspectiva de qué es lo que define a cada uno de ellos. Ese es el concepto Tierra Uno y esto es lo que ha sido este segundo volumen dedicado al Hombre de Acero: una maravillosa historia del Superman de siempre... contada como nunca.
Javier Olivares Tolosa