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Superman: Legado

Miércoles 7 de marzo de 2001. Es el primer día de producción de Smallville. Intercambiamos una mirada de puro terror. ¿Qué nos pasaba por la cabeza? Demos un salto de tres años. Está empezando la cuarta temporada. Por supuesto, no lo habríamos logrado sin un montón de apoyo por parte de los actores y el equipo. Pero cuando llegue el día de echar el cierre, estará bien poder echar una vistazo a cómics tan innovadores como Superman: Legado y saber que la leyenda no morirá nunca.

Cuando planeábamos dicha serie de televisión para la WB, nos esforzamos sobre todo por crear un mundo verosímil. Lo primero y principal consistía en meternos en la cabeza de Clark Kent. Queríamos explorar la realidad de cómo sería tener superpoderes en la adolescencia. ¿Cómo afectaría a las amistades? ¿Y a la familia? ¿Y a la vida sexual?
Para redondear el mundo de Smallville, añadimos a Lionel, el padre de Lex Luthor, y a Chloe Sullivan, la compañera de Clark en el periódico del instituto. La idea de que Kal-El llegara a la Tierra en medio de una lluvia de meteoritos resultaba más polémica. Y se utilizaría de varias maneras. Por ejemplo, para infectar a la gente y otorgar todo tipo de habilidades, pero también para inducir el habitual efecto debilitante en Clark, que aún estaba aprendiendo a aceptar y controlar sus poderes. Aunque los seguidores de la serie sintieran cierto “amor-odio” por “el bicho raro de la semana” creado por la kryptonita, Clark necesita a “villanos” sobrehumanos con quienes pelear. Sería aburrido de narices llenar 100 horas de televisión con Clark realizando tareas en la granja y bebiendo los vientos por Lana, ¿verdad?

El conflicto es crucial en todo buen relato. En ese sentido, tenemos un objetivo en común con Mark Waid: centrarnos en las fuerzas que crean al hombre que se convertirá en un héroe y también en el hombre que terminará siendo su archienemigo. Empezando por el origen de Clark, Waid nos conduce a la perfección a un relato elegante, duro, oportuno y conmovedor. Desde los viajes por el mundo del personaje hasta su regreso a Smallville y, por fin, su andadura en Metropolis, cada número marca de una forma conmovedora toda la evolución de Clark. Una de las secuencias más chulas lo muestra sobrevolando una manada de cebras salvajes que avanzan en estampida por una llanura africana. Es una imagen tan hermosa como evocadora.

Superman: Legado se esfuerza en respetar la visión de Jerry Siegel y Joe Shuster, pero también la enriquece. El añadido de la breve temporada que Lex pasó en Smallville es un buen giro que surte sus frutos más adelante cuando Lex está cara a cara con Clark años después aunque no lo reconozca. También está bien llevado cómo Clark se acomoda a su doble identidad. Vemos a los Kent creando el personaje que ocultará a Superman, pero a Clark aún le queda la complicada parte de enfrentarse a una Lois Lane muy segura de sí misma, a un Perry White agobiante y a un Jimmy Olsen novato.

Sutileza y caracterización aparte, Waid no se contiene y lleva la narración de los cómics a otro nivel con una mezcla potente de acción desatada, humor irónico y drama flagrante. Al principio, todo el mundo aplaude la llegada de Superman. Pero Lex Luthor no tarda en manipular a la gente para que se ponga contra el Hombre de Acero. El relato se desarrolla con un ritmo que quita el aliento, y el final es inmensamente satisfactorio. Y cuando leas la última página, te quedarás con ese cálido fulgor que implica que quieres más.

El impacto visual de Superman: Legado es tan fresco y dinámico como el guion. Los lápices de Leinil Francis Yu perfilan con agudeza a los personajes, el espacio y los fondos. El experto entintado de Gerry Alanguilan no tiene nada que envidiar a nadie, y la amplia paleta de colores de Dave McCaig contribuye a crear los ricos y diversos paisajes. Es un equipo infalible cuyo talento ha contribuido a hacer de esta serie un clásico emergente. En una época en que tanto los lectores de cómics como los espectadores del cine y la televi- sión esperan un nuevo enfoque para Superman, el último hijo de Krypton no decepciona. Supone una renovación innovadora para esta generación de seguidores y para las muchas que vendrán.

Ahora, te toca a ti disfrutar de esta aventura. Date un descanso para leer. Relájate, pon los pies en alto y prepárate para volver a deleitarte con la leyenda.

Alfred Gough
y Miles Millar

Artículo publicado originalmente como introducción de Superman: Legado