Eccediciones

Shame: Deshonra - Prefacio

Fue mi padre quien empezó todo esto. La culpa es suya. Me subía a hombros, como si fuese Tiny Tim, y me llevaba a la tienda donde compraba su suministro semanal de cómics. Después regresábamos al apartamento, situado encima de la tienda familiar, y él se sentaba en el suelo mientras yo me acurrucaba en su regazo. Sostenía los cómics en alto para que yo pudiera ver las viñetas y, con suerte, seguir la historia.

Más adelante, cuando ya tuve edad y motivación suficiente para devolver los cascos de las botellas, iba yo solo a la tienda. Gracias a Classics Illustrated descubrí al Demonio y a los personajes de colorida vestimenta conocidos como superhéroes.

Después, en mi adolescencia, descubrí las maravillas de las revistas Eerie y Creepy. Me sentía plenamente satisfecho leyendo los relatos oscuros que había en aquellos cuen­tos. Abordaban los temas que yo sentía que subyacían en las historias descafeinadas que leía cuando era más pequeño.

Así que no es de extrañar que, varias décadas más tarde, cuando me pidieron que contase una historia para poner remedio al aburrimiento de un largo viaje, pensase en La maldición, de Wally Wood. Cuando empecé a narrar el relato de Wood, mi perversa víbora, Deshonra, se me dio a conocer. Cobró vida por completo, lánguidamente, re­velándome cada vez más su repelente belleza mientras yo me trababa con las palabras con las que quería describir sus crímenes y castigos.

Algún tiempo después, realicé una llamada transatlántica, muy caras en aquel enton­ces, para hablar con uno de mis artistas preferidos de todos los tiempos con la espe­ranza de que le interesase ilustrar la saga de Deshonra. John Bolton no solo respondió a mi llamada, sino que le encantó aquella niña llena de malicia. En poco tiempo prepa­ramos los papeles de la adopción y así Deshonra tuvo padres y yo vi mi sueño hecho realidad.

Tras muchos altibajos, muchos avances y retrocesos, mucho vaivenes, conocimos a Alexander Finbow y su maravillosa casa editorial, Renegade Arts Entertainment. Alexander se dejó embaucar por Deshonra, la damisela de la destrucción, y ahora vo­sotros estáis a punto de enredaros en este tortuoso relato y comenzar a formar parte del mundo de Deshonra para quedar irremediablemente atrapados en sus garras, igual que todos nosotros.

Ahora tenéis en las manos la recopilación del trabajo de tres años. Podéis sumergiros en la historia en este mismo instante, pero, por favor, tomaos un momento para dar las gracias a todos aquellos lectores que apoyaron cada uno de los tres libros que se publicaron antes de esta recopilación. Yo se lo agradezco. Haberlos conocido en las distintas convenciones y haber escuchado sus elogios hacia las maravillosas ilustra­ciones de John y las rimas que creé para las sombras nos sirvió de aliento mientras nos esforzábamos, en soledad, para producir esta pequeña joya. Ahora espero recibir noticias vuestras y deleitarme con vuestras observaciones sobre las andanzas de Des­honra en este primer volumen de nuestra fantasía. Sí, he dicho “primero”. ¡La segunda historia está en camino! John se encuentra en Italia en estos momentos, trabajando a destajo en el cuarto capítulo de esta aventura, y yo estoy escribiendo el sexto capítulo desde un precioso apartamento en Winnipeg. Así que poneos cómodos y preparaos para la aventura.

Lovern Kindzierski
Junio de 2016

Artículo publicado en las primeras páginas de Shame: Deshonra ¡Ya disponible en vuestra librería habitual!

Previa de Shame: Deshonra