De vez en cuando aparece un guionista al que merece la pena seguir la pista.
Ojo, en el mundo del cómic se pueden contar con los dedos de la mano. No me malinterpretes. Cada año aparecen muchos nuevos guionistas muy capaces, pero la mayoría se contenta con escribir historias de superhéroes. Son el pan de cada día de la industria, y a lo largo de los años se han hecho algunas obras buenas. Pero en el fondo se trata de jugar con juguetes: al fin tienes la oportunidad de escribir los personajes que leías de niño (o alguna variación de ellos). Una cucharada bonita, cálida y brillante de nostalgia.
Lo que cuesta un poco más es encontrar tus propios juguetes. Hacer que funcionen. Y hacer que canten, ya que estamos, porque el género superheroico no ostenta el monopolio de la repetición. Así que, cuando aparece alguien y consigue hacer todos esos trucos con algo de estilo, aquellos a los que nos importan esas cosas solemos fijarnos.
Hace un tiempo fue Brian Azzarello, que llegó con el cómic de género negro que terminaría con todos, 100 balas. Luego llegó Brian Vaughan con Ex Machina e Y, el último hombre, y de pronto yo volví a leer cómics mensuales, no solo recopilatorios y miniseries. Y ahora está Jason Aaron, que tras su excelente debut con El otro lado se marca el objeto de este ejercicio en concreto: Scalped. Hmm... ¿te has fijado en que todos son yanquis? Recuerdo la época en que... Oh, da igual. Olvídalo.
Se me ocurrieron dos cosas, lentamente, mientras leía Scalped. Lentamente porque estaba tan absorto que me llevó cierto esfuerzo hacer una pausa lo suficientemente larga como para aplicar un pensamiento analítico. Primero de todo, la confianza absoluta que destila la narración (tanto la escritura de Jason como el dibujo árido de R.M. Guéra) es bastante asombrosa. Tras unos pocos episodios, estos chicos ya tenían su juego aposentado de una manera que a la mayoría de guionistas y dibujantes les lleva años conseguir. Segundo, esta es una historia policíaca, sí (una historia policíaca neowestern/política/histórica/nativa/ultraviolenta/comedia negra, para ser precisos), pero no usa ninguno de los recursos de otros géneros para sobrevivir. Ninguno de los supertipos antes mencionados, ni horror, ni fantasía, ni ciencia ficción ni nada. No se ve ningún elfo ni ángel. Y para un título adulto mensual en el clima de ventas actual, eso es algo refrescante y jodidamente valiente.
Se me escapa cómo ha podido Jason empezar con tan buen pie. Podría ser cosa de los genes, supongo, dado que su primo era Gustav Hasford, escritor de Un chaleco de acero, que quizás conozcas mejor como La chaqueta metálica, y la incluso mejor The Phantom Blooper (ojo, que mi abuelo llevaba la sociedad antialcohólica local, así que siempre he dudado un poco sobre el tema genético).
Sea como sea que lo haya hecho, Scalped es todo un triunfo, una pequeña joya de cómic que va ganando fuerza.
Así que, si disfrutas de esta recopilación de una de las mejores series nuevas en años, por favor, difunde la palabra. Díselo a tus amigos, a tu familia y a la gente a la que debes dinero. Habla de ella. Bloguea sobre ella. Haz lo que puedas para conseguir que este cómic llegue a tantos lectores como sea posible.
Porque Jason Aaron es un escritor al que merece la pena seguirle la pista. Y Scalped es un cómic por el que merece la pena luchar.
Garth Ennis
Octubre de 2007
Garth Ennis lleva 25 años escribiendo cómics. Entre sus obras se incluyen Predicador, Hitman, The Boys, Red Team, 303, Rover Red Charlie y las series de guerra Battlefields y War Story. También ha producido exitosas etapas en El Castigador y Fury para Marvel Comics, y recientemente ha revivido al personaje clásico británico Johnny Red. Originario de Belfast, Irlanda del Norte, ahora reside en Nueva York con su esposa Ruth.
Artículo publicado en las primeras páginas de Scalped Libro 04 ¡Ya a la venta!
Previa de Scalped Libro 04
Ojo, en el mundo del cómic se pueden contar con los dedos de la mano. No me malinterpretes. Cada año aparecen muchos nuevos guionistas muy capaces, pero la mayoría se contenta con escribir historias de superhéroes. Son el pan de cada día de la industria, y a lo largo de los años se han hecho algunas obras buenas. Pero en el fondo se trata de jugar con juguetes: al fin tienes la oportunidad de escribir los personajes que leías de niño (o alguna variación de ellos). Una cucharada bonita, cálida y brillante de nostalgia.
Lo que cuesta un poco más es encontrar tus propios juguetes. Hacer que funcionen. Y hacer que canten, ya que estamos, porque el género superheroico no ostenta el monopolio de la repetición. Así que, cuando aparece alguien y consigue hacer todos esos trucos con algo de estilo, aquellos a los que nos importan esas cosas solemos fijarnos.
Hace un tiempo fue Brian Azzarello, que llegó con el cómic de género negro que terminaría con todos, 100 balas. Luego llegó Brian Vaughan con Ex Machina e Y, el último hombre, y de pronto yo volví a leer cómics mensuales, no solo recopilatorios y miniseries. Y ahora está Jason Aaron, que tras su excelente debut con El otro lado se marca el objeto de este ejercicio en concreto: Scalped. Hmm... ¿te has fijado en que todos son yanquis? Recuerdo la época en que... Oh, da igual. Olvídalo.
Se me ocurrieron dos cosas, lentamente, mientras leía Scalped. Lentamente porque estaba tan absorto que me llevó cierto esfuerzo hacer una pausa lo suficientemente larga como para aplicar un pensamiento analítico. Primero de todo, la confianza absoluta que destila la narración (tanto la escritura de Jason como el dibujo árido de R.M. Guéra) es bastante asombrosa. Tras unos pocos episodios, estos chicos ya tenían su juego aposentado de una manera que a la mayoría de guionistas y dibujantes les lleva años conseguir. Segundo, esta es una historia policíaca, sí (una historia policíaca neowestern/política/histórica/nativa/ultraviolenta/comedia negra, para ser precisos), pero no usa ninguno de los recursos de otros géneros para sobrevivir. Ninguno de los supertipos antes mencionados, ni horror, ni fantasía, ni ciencia ficción ni nada. No se ve ningún elfo ni ángel. Y para un título adulto mensual en el clima de ventas actual, eso es algo refrescante y jodidamente valiente.
Se me escapa cómo ha podido Jason empezar con tan buen pie. Podría ser cosa de los genes, supongo, dado que su primo era Gustav Hasford, escritor de Un chaleco de acero, que quizás conozcas mejor como La chaqueta metálica, y la incluso mejor The Phantom Blooper (ojo, que mi abuelo llevaba la sociedad antialcohólica local, así que siempre he dudado un poco sobre el tema genético).
Sea como sea que lo haya hecho, Scalped es todo un triunfo, una pequeña joya de cómic que va ganando fuerza.
Así que, si disfrutas de esta recopilación de una de las mejores series nuevas en años, por favor, difunde la palabra. Díselo a tus amigos, a tu familia y a la gente a la que debes dinero. Habla de ella. Bloguea sobre ella. Haz lo que puedas para conseguir que este cómic llegue a tantos lectores como sea posible.
Porque Jason Aaron es un escritor al que merece la pena seguirle la pista. Y Scalped es un cómic por el que merece la pena luchar.
Garth Ennis
Octubre de 2007
Garth Ennis lleva 25 años escribiendo cómics. Entre sus obras se incluyen Predicador, Hitman, The Boys, Red Team, 303, Rover Red Charlie y las series de guerra Battlefields y War Story. También ha producido exitosas etapas en El Castigador y Fury para Marvel Comics, y recientemente ha revivido al personaje clásico británico Johnny Red. Originario de Belfast, Irlanda del Norte, ahora reside en Nueva York con su esposa Ruth.
Artículo publicado en las primeras páginas de Scalped Libro 04 ¡Ya a la venta!
Previa de Scalped Libro 04