El 12 de julio de 2012, durante la celebración de la San Diego Comic-Con, los asistentes a la charla dedicada al sello Vertigo recibieron una gran sorpresa: a través de un vídeo emitido en la sala de conferencias, el mismísimo Neil Gaiman confirmó que coincidiendo con el 25 aniversario de Sandman, en 2013 retomaría su aclamada creación a través de una serie limitada planteada a modo de precuela. Con el siempre inspirado J. H. Williams III al frente del apartado gráfico, el guionista natural del Portchester pretendía completar la historia, centrando su atención en una serie de detalles omitidos que seguro no pasaron inadvertidos a los lectores que degustaron Sandman núm. 1: Preludios y nocturnos: “Cuando terminé de escribir Sandman, había una historia que aún no había contado. La historia sobre lo que le ocurrió a Morfeo para que fuera capturado tan fácilmente en el primer número de la colección, y por qué regresaba desde tan lejos, inimaginablemente exhausto y vestido para la guerra”.
Lo cierto es que la idea le rondaba por la cabeza desde hacía un lustro, siendo la intención original materializarla aprovechando el vigésimo aniversario de la obra, “pero el tiempo se nos echó encima”, afirmó el popular guionista. Cinco años más tarde, Gaiman afrontó la reválida entusiasmado pero también nervioso, porque “cuando comencé a escribir Sandman nadie esperaba nada. Todo lo que quería es que no se cancelara. Pero desde entonces, la serie ha vendido millones de ejemplares… y en cuanto me siento a escribir Sandman Obertura siento como si millones de lectores potenciales estuvieran observándome por encima de mi hombro. Es probablemente la cosa más aterradora que jamás he hecho”.
Gaiman no era el único partícipe en el proyecto que sentía la presión inherente a retomar un imaginario que marcó a toda una generación de autores, lectores y editores, sintiendo la necesidad de “hacer justicia a la serie y a la escritura de Neil”. Y a la vista de las dos entregas de la serie publicadas por ECC Ediciones, parece que lo ha logrado. Pero, ¿cómo surgió la oportunida de trabajar en el proyecto? El propio Gaiman lo explica: “Leí Promethea y me encantó. Así que ese fue mi primer acercamiento a su trabajo (…) Llegué a la conclusión de que J. H. estaba tan loco como Alan Moore, porque Alan le planteaba algo imposible de hacer y él demostraba que estaba deseando afrontar el reto. Cada vez que en Sandman Obertura le pido que haga algo imposible, lo consigue”.
Más allá de la valoración que Williams hace de la experiencia —“está siendo fantástica, hemos conectado rápidamente”—, el también dibujante de Batman y el Guante Negro o Batwoman explica su aproximación a este encargo: “Estoy intentando aportar cualidades variadas a cada secuencia, haciéndolas distintivas; y al tratarse del Señor de los Suelos y versar la trama sobre cómo las historias te pueden hacer sentir, quería asegurarme de que cada escena tuviera su propia belleza emocional”. Y para ello cambia de estilo con frecuencia, emplea una amplia variedad de técnicas, sigue brillando con sus sorprendentes e imaginativas composiciones de página y, en definitiva, utiliza cuantos recursos están a su alcance “para intentar reflejar la fluidez inherente a la naturaleza de los sueños”.
Siendo realmente complejo describir una obra tan atípica como Sandman Obertura, os invitamos a que leáis los dos primeros números de la miniserie —ya disponibles— y os convirtáis en testigos de la sinergia entre ambos autores. Que volváis a disfrutar del ficcionario que gira en torno a Morfeo, sugiriéndoos que dejéis a un lado ideas preconcebidas y juicios de valor apresurados… como los que pueden evocar la mención de la palabra “precuela”. Al fin y al cabo, Gaiman se encarga de recordarnos que esta gran historia “se remonta aproximadamente cuatro mil años en el tiempo… llegando hasta los años 2003 o 2004 (…) Lo que estamos haciendo con Sandman Obertura es simplemente contar una historia ambientada en 1916, en la que solo pienso como una historia de Sandman que me habría encantado contar, pero que simplemente no encajaba dentro de los 75 números de la colección”. Una historia que mezcla lo cósmico con lo onírico y lo épico con lo fantástico, para recordarnos aquello que escribía William Shakespeare —a quien Morfeo conocía tan bien— en La tempestad: "Estamos hechos de la misma materia que los sueños. Nuestro pequeño mundo está rodeado de sueños". Y Gaiman y Williams se han atrevido a compartir el suyo con todos nosotros.
Lo cierto es que la idea le rondaba por la cabeza desde hacía un lustro, siendo la intención original materializarla aprovechando el vigésimo aniversario de la obra, “pero el tiempo se nos echó encima”, afirmó el popular guionista. Cinco años más tarde, Gaiman afrontó la reválida entusiasmado pero también nervioso, porque “cuando comencé a escribir Sandman nadie esperaba nada. Todo lo que quería es que no se cancelara. Pero desde entonces, la serie ha vendido millones de ejemplares… y en cuanto me siento a escribir Sandman Obertura siento como si millones de lectores potenciales estuvieran observándome por encima de mi hombro. Es probablemente la cosa más aterradora que jamás he hecho”.
Gaiman no era el único partícipe en el proyecto que sentía la presión inherente a retomar un imaginario que marcó a toda una generación de autores, lectores y editores, sintiendo la necesidad de “hacer justicia a la serie y a la escritura de Neil”. Y a la vista de las dos entregas de la serie publicadas por ECC Ediciones, parece que lo ha logrado. Pero, ¿cómo surgió la oportunida de trabajar en el proyecto? El propio Gaiman lo explica: “Leí Promethea y me encantó. Así que ese fue mi primer acercamiento a su trabajo (…) Llegué a la conclusión de que J. H. estaba tan loco como Alan Moore, porque Alan le planteaba algo imposible de hacer y él demostraba que estaba deseando afrontar el reto. Cada vez que en Sandman Obertura le pido que haga algo imposible, lo consigue”.
Más allá de la valoración que Williams hace de la experiencia —“está siendo fantástica, hemos conectado rápidamente”—, el también dibujante de Batman y el Guante Negro o Batwoman explica su aproximación a este encargo: “Estoy intentando aportar cualidades variadas a cada secuencia, haciéndolas distintivas; y al tratarse del Señor de los Suelos y versar la trama sobre cómo las historias te pueden hacer sentir, quería asegurarme de que cada escena tuviera su propia belleza emocional”. Y para ello cambia de estilo con frecuencia, emplea una amplia variedad de técnicas, sigue brillando con sus sorprendentes e imaginativas composiciones de página y, en definitiva, utiliza cuantos recursos están a su alcance “para intentar reflejar la fluidez inherente a la naturaleza de los sueños”.
Siendo realmente complejo describir una obra tan atípica como Sandman Obertura, os invitamos a que leáis los dos primeros números de la miniserie —ya disponibles— y os convirtáis en testigos de la sinergia entre ambos autores. Que volváis a disfrutar del ficcionario que gira en torno a Morfeo, sugiriéndoos que dejéis a un lado ideas preconcebidas y juicios de valor apresurados… como los que pueden evocar la mención de la palabra “precuela”. Al fin y al cabo, Gaiman se encarga de recordarnos que esta gran historia “se remonta aproximadamente cuatro mil años en el tiempo… llegando hasta los años 2003 o 2004 (…) Lo que estamos haciendo con Sandman Obertura es simplemente contar una historia ambientada en 1916, en la que solo pienso como una historia de Sandman que me habría encantado contar, pero que simplemente no encajaba dentro de los 75 números de la colección”. Una historia que mezcla lo cósmico con lo onírico y lo épico con lo fantástico, para recordarnos aquello que escribía William Shakespeare —a quien Morfeo conocía tan bien— en La tempestad: "Estamos hechos de la misma materia que los sueños. Nuestro pequeño mundo está rodeado de sueños". Y Gaiman y Williams se han atrevido a compartir el suyo con todos nosotros.