Los enemigos de Flash no cambiaron sustancialmente con la llegada del Nuevo Universo DC. Es cierto que ahora son más poderosos y peligrosos, pero el Capitán Frío, Ola de calor y compañía siguen conservando en esencia la personalidad que presentaban en la anterior continuidad.
No obstante, no es el caso del principal villano de este volumen, el Flash Reverso, que regresa a la palestra completamente renovado por obra y gracia de Brian Buccellato y Francis Manapul, que han estado preparando esta trama a fuego lento desde hace varios meses.
La existencia de una versión malvada del Velocista Escarlata se remonta a 1949, año en que debutó el Rival, uno de los archienemigos de Jay Garrick. No obstante, el Flash malvado por excelencia llegaría en 1963, ya con Barry Allen como protagonista, de la mano de John Broome y Carmine Infantino. Se trataba de Eobard Thawne, un fan del héroe que vivía en el siglo XXV obsesionado con emular a su ídolo y conocerlo. Así, tras replicar el famoso accidente con los relámpagos y los productos químicos, empleó la Cinta Cósmica para viajar a su pasado en busca de Allen... pero el trayecto lo volvió loco. A partir de entonces, se convirtió en la némesis indiscutible del héroe de Central City, y cometió fechorías como matar (o eso parecía) a la mismísima Iris... algo por lo que Barry terminaría vengándose en lo que sería una de las tramas más aclamadas de su etapa original.
Pero aquel Flash Reverso, también conocido como Prof. Zoom, aún no había dicho la última palabra. Décadas después de su primera aparición, Geoff Johns y Ethan Van Sciver realizaron un extraordinario ejercicio de continuidad retroactiva en Flash: Renacimiento. Se estableció entonces que Thawne había estado detrás de todas las cosas malas que habían ocurrido en la vida de Barry, incluido el asesinato de su madre, que jamás había quedado resuelto. También fue él quien estuvo detrás de los hechos de Flashpoint, la miniserie que generó el nUDC y abrió las puertas a muchos cambios que, paradójicamente, incluyeron la desaparición de Thawne.
Y es que, a pesar de la solera del concepto de Flash Reverso, Manapul y Buccellato no han recurrido al villano hasta este volumen, cuando están a punto de cumplirse dos años desde que tomaron las riendas del Velocista Escarlata. No en vano, Barry Allen empezó de cero con el mencionado nUDC, y al principio no conocía demasiado bien las características de la Fuerza de la Velocidad. Dicho de otro modo, haber empleado antes a un villano capaz de retorcerla, absorberla, invertirla o lo que sea que haga con ella habría sido demasiado complejo y, por qué no decirlo, confuso.
Pero una vez tenemos al Flash Reverso por aquí, la ocasión requiere una de esas sagas elaboradas y extensas a las que nos tienen acostumbrados los autores. Reverso continuará más allá de esta entrega, y allí habrá que estar para conocer el principal secreto de la trama: ¿quién es el nuevo villano? ¿Será Thawne? ¿Algún otro viejo conocido? ¿O será alguien nuevo?

Fran San Rafael
Artículo originalmente publicado en las páginas de Flash núm. 6.
No obstante, no es el caso del principal villano de este volumen, el Flash Reverso, que regresa a la palestra completamente renovado por obra y gracia de Brian Buccellato y Francis Manapul, que han estado preparando esta trama a fuego lento desde hace varios meses.
La existencia de una versión malvada del Velocista Escarlata se remonta a 1949, año en que debutó el Rival, uno de los archienemigos de Jay Garrick. No obstante, el Flash malvado por excelencia llegaría en 1963, ya con Barry Allen como protagonista, de la mano de John Broome y Carmine Infantino. Se trataba de Eobard Thawne, un fan del héroe que vivía en el siglo XXV obsesionado con emular a su ídolo y conocerlo. Así, tras replicar el famoso accidente con los relámpagos y los productos químicos, empleó la Cinta Cósmica para viajar a su pasado en busca de Allen... pero el trayecto lo volvió loco. A partir de entonces, se convirtió en la némesis indiscutible del héroe de Central City, y cometió fechorías como matar (o eso parecía) a la mismísima Iris... algo por lo que Barry terminaría vengándose en lo que sería una de las tramas más aclamadas de su etapa original.
Pero aquel Flash Reverso, también conocido como Prof. Zoom, aún no había dicho la última palabra. Décadas después de su primera aparición, Geoff Johns y Ethan Van Sciver realizaron un extraordinario ejercicio de continuidad retroactiva en Flash: Renacimiento. Se estableció entonces que Thawne había estado detrás de todas las cosas malas que habían ocurrido en la vida de Barry, incluido el asesinato de su madre, que jamás había quedado resuelto. También fue él quien estuvo detrás de los hechos de Flashpoint, la miniserie que generó el nUDC y abrió las puertas a muchos cambios que, paradójicamente, incluyeron la desaparición de Thawne.
Y es que, a pesar de la solera del concepto de Flash Reverso, Manapul y Buccellato no han recurrido al villano hasta este volumen, cuando están a punto de cumplirse dos años desde que tomaron las riendas del Velocista Escarlata. No en vano, Barry Allen empezó de cero con el mencionado nUDC, y al principio no conocía demasiado bien las características de la Fuerza de la Velocidad. Dicho de otro modo, haber empleado antes a un villano capaz de retorcerla, absorberla, invertirla o lo que sea que haga con ella habría sido demasiado complejo y, por qué no decirlo, confuso.
Pero una vez tenemos al Flash Reverso por aquí, la ocasión requiere una de esas sagas elaboradas y extensas a las que nos tienen acostumbrados los autores. Reverso continuará más allá de esta entrega, y allí habrá que estar para conocer el principal secreto de la trama: ¿quién es el nuevo villano? ¿Será Thawne? ¿Algún otro viejo conocido? ¿O será alguien nuevo?

Fran San Rafael
Artículo originalmente publicado en las páginas de Flash núm. 6.