El legado de George Pérez (Nueva York, 1954) no se cifra exclusivamente en la relevancia de su aportación a títulos como New Teen Titans, Crisis en Tierras Infinitas o Wonder Woman. También se mide por la talla de sus discípulos. Al respecto, Phil Jiménez (Los Ángeles, 1970) es su heredero directo. Del maestro recibió la estética, el pulso narrativo, la inclinación casi maníaca por el detalle, el gusto por el dibujo de multitudes. Y, sobre todo, la sensibilidad para combinar todos esos elementos en una epopeya de grandes dimensiones.
Phil Jiménez irrumpió en Wonder Woman a la altura del número 164 (con fecha de portada de enero de 2001). Ya tenía a sus espaldas una larga trayectoria como historietista. Había comenzado su carrera 10 años antes pasando a tinta los bocetos del propio Pérez en la saga La guerra de los dioses (1991). Durante la primera mitad de los noventa se curtió en el género de superhéroes dibujando títulos como Robin, Showcase, Lobo, La Cosa del Pantano o Guy Gardner: Warrior. En ellos se reveló como un maníaco de la plenitud. “Quería dibujarlo todo y dibujarlos a todos, todo tipo de personajes en todo tipo de escenarios”, declaró al crítico Scott Simmons en febrero de 1997. Su consagración tuvo lugar en la serie limitada Tempest (1996-1997) y, sobre todo, en Los Invisibles (1996-1998) junto al guionista Grant Morrison. Su obra posterior —ya como guionista, ya como dibujante— ha concitado el interés del público y el respeto de la crítica.
Desde el primer episodio, Jiménez recuperó para Wonder Woman el tono mitológico, la galería de personajes y los temas que habían caracterizado la etapa de George Pérez al frente de la colección. Sobre todo, explotó la dicotomía entre las obligaciones públicas de la Princesa Amazona en Isla Paraíso y su carrera privada como heroína en el mundo de los mortales.
De entrada, firmó un arco argumental de cuatro episodios que recuperaba a tres divinidades griegas llamadas Fobos, Deimos y Eris, que jugaron un papel crucial en los primeros compases de la etapa de Pérez y que ahora volvían con fuerza en una historia épica y monumental con multitud de invitados especiales (como Batman o Donna Troy, por la que el dibujante de Crisis Final siente especial predilección). A continuación, Jiménez orquestó una historia en dos partes (coescrita por Pérez) que volvió del revés Isla Paraíso.
Aparte de explorar el sustrato mítico de la serie, Jiménez situó en primer plano el papel de Diana como embajadora de Themyscira ante la ONU convirtiéndola en portavoz de una serie de mensajes pacifistas y feministas poco habituales en la industria de los cómics. Además, incorporó a la vida de la amazona un nuevo (e insólito) romance.
El resultado fueron 25 episodios en los que Jiménez mostró su respeto por el legado de George Pérez y dio forma a una epopeya humana y divina a la vez.
Fran San Rafael
Artículo publicado en las primeras páginas de Grandes Autores de Wonder Woman: Phil Jimenez - Dioses de Gotham. ¡Ya disponible en tu punto de venta habitual!
Previa de Grandes Autores de Wonder Woman: Phil Jimenez - Dioses de Gotham.
Phil Jiménez irrumpió en Wonder Woman a la altura del número 164 (con fecha de portada de enero de 2001). Ya tenía a sus espaldas una larga trayectoria como historietista. Había comenzado su carrera 10 años antes pasando a tinta los bocetos del propio Pérez en la saga La guerra de los dioses (1991). Durante la primera mitad de los noventa se curtió en el género de superhéroes dibujando títulos como Robin, Showcase, Lobo, La Cosa del Pantano o Guy Gardner: Warrior. En ellos se reveló como un maníaco de la plenitud. “Quería dibujarlo todo y dibujarlos a todos, todo tipo de personajes en todo tipo de escenarios”, declaró al crítico Scott Simmons en febrero de 1997. Su consagración tuvo lugar en la serie limitada Tempest (1996-1997) y, sobre todo, en Los Invisibles (1996-1998) junto al guionista Grant Morrison. Su obra posterior —ya como guionista, ya como dibujante— ha concitado el interés del público y el respeto de la crítica.
Desde el primer episodio, Jiménez recuperó para Wonder Woman el tono mitológico, la galería de personajes y los temas que habían caracterizado la etapa de George Pérez al frente de la colección. Sobre todo, explotó la dicotomía entre las obligaciones públicas de la Princesa Amazona en Isla Paraíso y su carrera privada como heroína en el mundo de los mortales.
De entrada, firmó un arco argumental de cuatro episodios que recuperaba a tres divinidades griegas llamadas Fobos, Deimos y Eris, que jugaron un papel crucial en los primeros compases de la etapa de Pérez y que ahora volvían con fuerza en una historia épica y monumental con multitud de invitados especiales (como Batman o Donna Troy, por la que el dibujante de Crisis Final siente especial predilección). A continuación, Jiménez orquestó una historia en dos partes (coescrita por Pérez) que volvió del revés Isla Paraíso.
Aparte de explorar el sustrato mítico de la serie, Jiménez situó en primer plano el papel de Diana como embajadora de Themyscira ante la ONU convirtiéndola en portavoz de una serie de mensajes pacifistas y feministas poco habituales en la industria de los cómics. Además, incorporó a la vida de la amazona un nuevo (e insólito) romance.
El resultado fueron 25 episodios en los que Jiménez mostró su respeto por el legado de George Pérez y dio forma a una epopeya humana y divina a la vez.
Fran San Rafael
Artículo publicado en las primeras páginas de Grandes Autores de Wonder Woman: Phil Jimenez - Dioses de Gotham. ¡Ya disponible en tu punto de venta habitual!
Previa de Grandes Autores de Wonder Woman: Phil Jimenez - Dioses de Gotham.