Sin lugar a dudas, Lex Luthor es el enemigo más popular de Superman. Perverso y letal por naturaleza, representa el negativo exacto del Hombre de Acero. Bajo la cúpula de su cabeza se alojan todos los atributos de la maldad: ira, arrogancia, astucia, codicia, violencia, lujuria y un odio tenaz contra Kal-El. Pero su cráneo también alberga una inteligencia privilegiada que le permite poner en jaque al último kryptoniano. Pura maldad: Lex Luthor reúne una cuidada selección de historias que profundizan en la biografía del personaje.
Lex Luthor nació en abril de 1940, en las páginas del número 23 de Action Comics (incluido en este volumen). Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster, el personaje mostraba en aquella primera encarnación tres de los atributos que aún hoy lo distinguen: su megalomanía, su genio científico y su aparente gratuidad a la hora de ejercer el mal. Su aspecto físico, sin embargo, difería notablemente de la versión actual. Especialmente en la abundante cabellera pelirroja que coronaba su cabeza y que desapareció súbitamente en 1941, en el número 10 de Superman (debido, según parece, a un error afortunado del dibujante Leo Nowak, asistente de Shuster). En 1960, el número 271 de Adventure Comics —escrito por Siegel y dibujado por Al Plastino— explicaba retroactivamente esa súbita alopecia atribuyéndola a un experimento de juventud (también revelaba que Luthor era vecino de la localidad de Smallville y que admiraba a Superboy, al que había salvado la vida en una ocasión).
Pero su imagen de “mad doctor” (ataviado con bata blanca o con armadura verde) sufrió una brusca alteración en 1986. John Byrne estaba redefiniendo el universo de Superman en la serie limitada The Man of Steel (incluida en el primer volumen de Grandes autores de Superman: John Byrne). Allí puso en práctica una idea del guionista Marv Wolfman y convirtió a Luthor en dueño de una vasta multinacional cuyos tentáculos le permitían ejercer el mal sin mancharse las manos. En 1989, James D. Hudnall y Eduardo Barreto rubricaron la nueva versión del personaje mediante una obra modélica: Lex Luthor: Biografía no autorizada.
La penúltima escalada de Luthor a las cimas del poder se remonta a agosto del año 2000, cuando presentó su candidatura a la presidencia de Estados Unidos en un intento de situar a Superman en una posición subordinada. Tras una campaña exitosa, su carrera presidencial se saldó con una destitución fulminante al concluir el arco argumental Enemigos públicos (firmado por el guionista Jeph Loeb y el dibujante Ed McGuinness).
Hoy Lex Luthor sigue siendo la amenaza por excelencia de Superman. Un enemigo tanto más insidioso cuanto que se vale únicamente de los resortes de su propia inteligencia para trazar sus planes de victoria. Hasta ahora, el kryptoniano se ha salvado por los pelos. Pero el futuro está por escribir y Luthor bien podría cumplir su sueño. No en vano, la ocasión la pintan calva.
Jorge García
Artículo publicado en las primeras páginas de Pura maldad: Lex Luthor ¡Ya disponible en vuestra librería habitual! Descubre más detalles sobre la colección Pura maldad en en esta web.
Lex Luthor nació en abril de 1940, en las páginas del número 23 de Action Comics (incluido en este volumen). Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster, el personaje mostraba en aquella primera encarnación tres de los atributos que aún hoy lo distinguen: su megalomanía, su genio científico y su aparente gratuidad a la hora de ejercer el mal. Su aspecto físico, sin embargo, difería notablemente de la versión actual. Especialmente en la abundante cabellera pelirroja que coronaba su cabeza y que desapareció súbitamente en 1941, en el número 10 de Superman (debido, según parece, a un error afortunado del dibujante Leo Nowak, asistente de Shuster). En 1960, el número 271 de Adventure Comics —escrito por Siegel y dibujado por Al Plastino— explicaba retroactivamente esa súbita alopecia atribuyéndola a un experimento de juventud (también revelaba que Luthor era vecino de la localidad de Smallville y que admiraba a Superboy, al que había salvado la vida en una ocasión).
Pero su imagen de “mad doctor” (ataviado con bata blanca o con armadura verde) sufrió una brusca alteración en 1986. John Byrne estaba redefiniendo el universo de Superman en la serie limitada The Man of Steel (incluida en el primer volumen de Grandes autores de Superman: John Byrne). Allí puso en práctica una idea del guionista Marv Wolfman y convirtió a Luthor en dueño de una vasta multinacional cuyos tentáculos le permitían ejercer el mal sin mancharse las manos. En 1989, James D. Hudnall y Eduardo Barreto rubricaron la nueva versión del personaje mediante una obra modélica: Lex Luthor: Biografía no autorizada.
La penúltima escalada de Luthor a las cimas del poder se remonta a agosto del año 2000, cuando presentó su candidatura a la presidencia de Estados Unidos en un intento de situar a Superman en una posición subordinada. Tras una campaña exitosa, su carrera presidencial se saldó con una destitución fulminante al concluir el arco argumental Enemigos públicos (firmado por el guionista Jeph Loeb y el dibujante Ed McGuinness).
Hoy Lex Luthor sigue siendo la amenaza por excelencia de Superman. Un enemigo tanto más insidioso cuanto que se vale únicamente de los resortes de su propia inteligencia para trazar sus planes de victoria. Hasta ahora, el kryptoniano se ha salvado por los pelos. Pero el futuro está por escribir y Luthor bien podría cumplir su sueño. No en vano, la ocasión la pintan calva.
Jorge García
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