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Pura maldad: Joker - Payasos y funerales

Nunca es fácil elegir las mejores historias de un personaje, y menos si este ha sido considerado a menudo, en votaciones organizadas por los mismos aficionados al cómic de superhéroes, el mejor villano de todos los tiempos. Es exactamente el caso del Joker.

La colección Pura maldad nace con el objetivo de reunir en un solo volumen algunas de las historias más representativas de un villano (o villana, claro). Brainiac, Dos Caras y Lex Luthor son solo algunos de los que nos aguardan en futuras entregas. Así, en el caso del Joker, este tomo incluye su primera historia jamás publicada (Batman núm. 1, con fecha de portada de primavera de 1940), la primera versión de su origen que se dio a conocer (Detective Comics núm. 168 USA) y un clásico enfrentamiento con el Hombre Murciélago que entraña una inquietante reflexión sobre su rivalidad (Batman núm. 251 USA), que en los setenta ya se veía como algo con mucho tiempo a sus espaldas. Esto da paso a una de las mejores novelas gráficas centradas en el Príncipe Payaso del Crimen (El Joker: Abogado del Diablo, de 1996) y a dos recientes historias especialmente recordadas de la cabecera Detective Comics.

A pesar de todo esto, a nadie escapa que, por un motivo u otro, siempre habrá historias igualmente memorables que se queden fuera de antologías así. Ya en los años cuarenta de su debut destacaron otras como The Cross Country Crimes (Batman núm. 8 USA), en la que Batman y Robin emprendían una espectacular persecución del villano a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Los cincuenta, además de darnos a conocer la identidad de Capucha Roja como precursora de la del Joker, nos lo mostraban recreando los mayores errores de la historia de la humanidad en forma de crímenes (núm. 66 USA). En los sesenta, en el núm. 186 de la misma serie, veríamos múltiples robos con secuaces ya algo “especiales”. Y en los setenta conseguiría incluso su propia cabecera, The Joker; de la misma década son The Laughing Fish! y Sign of the Joker!, en la clásica etapa de Steve Englehart y Marshall Rogers (Detective Comics núms. 475-476 USA). A principios de los ochenta, destaca la mortífera celebración de su cumpleaños en el núm. 321 de Batman, con Len Wein, Walt Simonson y Dick Giordano. Y a finales, resulta ineludible el asesinato del segundo Robin, Jason Todd, en Una muerte en la familia (Batman núms. 426-429 USA). Tampoco incurriremos en la blasfemia de no mencionar La broma asesina, que toma como referencia la segunda de las historias incluidas en este tomo.

Los noventa marcarían nuevos hitos en su trayectoria: su derrota a manos de Tim Drake legitimaría a este como tercer Robin (en la serie limitada Robin II: The Joker’s Wild!, a cargo de Chuck Dixon y Tom Lyle). Y se produciría también el histórico debut de su acompañante, Harley Quinn, primero en los dibujos animados y luego en los cómics (con Amor loco y su posterior incorporación a la continuidad del Hombre Murciélago). El mismo Paul Dini firmaría junto a Alex Ross una inconmensurable historia corta para Batman: Black and White vol. 2, Estudio práctico, que se servía de la propia Harley para ofrecer un implacable retrato del Joker. Las historias posteriores al año 2000 recopiladas en los tres tomos de Batman: Bajo la capucha son asimismo representativas de lo devastador que puede resultar el Joker para Batman y sus aliados. Y si hay una novela gráfica que ofrece una versión actual de la primera aventura de este volumen (El hombre que ríe, de Ed Brubaker y Doug Mahnke), también hay otras con historias totalmente originales que plantean retratos muy cruentos, no solo del villano sino de su propio antagonista, Batman (Intercambio, de Devin K. Grayson y John Bolton, o Joker, de Brian Azzarello y Lee Bermejo). Grant Morrison escribió en su etapa una de las historias más peculiares del Joker jamás contadas, El payaso a medianoche, que se publicó en el núm. 663 de Batman (2007) y era un relato en prosa con ilustraciones de John Van Fleet. Recopilado por ECC en el tomo Batman e hijo, incluía una primera frase a la altura de las circunstancias: “Los payasos en un funeral tienen algo que cuesta decir si es divertido o triste”.

La relevancia del villano es tanta que ha llegado a protagonizar eventos que afectaban prácticamente a toda la editorial (Joker: Last Laugh), por no mencionar historias que no están centradas en Batman y en las que sin embargo el Joker juega un papel decisivo: Reír y morir en Metropolis (Grandes autores de Superman: John Byrne - El Hombre de Acero vol. 4), Blancos fáciles (Gotham Central núm. 2), Emperor Joker, Injustice, la historia breve de Max Landis en el segundo tomo de Crónicas de la Trinidad... Como curiosidad, llegó incluso a ejercer de maestro de ceremonias, al más puro estilo de Tales from the Crypt, en el antológico volumen Batman: El Caballero Oscuro - Enemigos mortales. Quizá parezca anecdótico, pero ya es un detalle bastante revelador de la importancia que tiene el Joker dentro de la galería de villanos del Hombre Murciélago.

Felip Tobar 

Artículo publicado en las primeras páginas de Pura maldad: Joker ¡Ya disponible en vuestra librería habitual!

Previa de Pura maldad: Joker