Eccediciones

Poderosas - Muerte: La eterna inmortal

#Poderosas termina en 2021 con una de las creaciones más relevantes de Neil Gaiman.
Si imaginásemos a la Muerte, seguramente la veríamos como un ser encapuchado, con una guadaña y una calavera por rostro, digna de la Parca de la danza macabra del arte medieval. En cambio, si observáramos a la Muerte de los Eternos del Universo DC, contemplaríamos a una joven gótica, pálida, con una sonrisa en sus labios, ojos maquillados al estilo Siouxsie y, en el collar que pende de su cuello, el símbolo de la vida egipcio, el ankh.

Creada dentro de la serie Sandman en 1989 por el escritor Neil Gaiman (Orquídea Negra, Batman) y los dibujantes Mike Dringenberg (La Patrulla Condenada) y Malcolm Jones III (Desolación Jones), Muerte debutó en el que número octavo: El sonido de sus alas (recopilado en Biblioteca Sandman vol. 01: Preludios y nocturnos). En su origen, el escritor inglés no contaba con el hecho de que la serie fuese más allá de ese episodio, así que se dispuso a presentar a la hermana mayor de Morfeo, el Rey del Sueño, y esta hermana no era otra que Muerte (metafóricamente, el final de la propia serie). Si nuestro protagonista Morfeo, el Eterno del Sueño, era lúgubre, serio e inclemente, conceptos que solemos asociar a la Parca, ¿cómo sería Muerte para no ser una mera copia? Gaiman optó por lo contrario: pese a sus negros ropajes, Muerte sería optimista, alegre y compasiva. En aquel octavo número, el Eterno recapacitaba sobre su vida sentado en una acera y una chica oscura, Muerte, se sentaba a su lado, dándole de comer a las palomas; nadie se esperaba que esa chica sonriente, capaz de citar a Mary Poppins y tirarle de las orejas a su formal hermano, se convirtiese en el personaje favorito de muchos de los lectores.

Curiosamente, con Muerte empezó la nueva vida de Sandman y del propio Neil Gaiman. Pacífica y, a la vez, reivindicativa, inteligente y comprensiva, simpática y oscura, Muerte no tardaría en obtener una amplia legión de fans, atraídos incluso desde fuera del mundo del cómic. Ellos propulsaron Sandman. De ahí que apareciesen dos miniseries protagonizadas por Muerte. Primero, en 1993 se publicaría Muerte, el alto coste de la vida; Gaiman y el dibujante Chris Bachalo nos llevan al único día en el que Muerte es mortal, el mismo día en el que conoce a un adolescente que ha intentado suicidarse y que la acompañará durante esa jornada en la que varias fuerzas intentarán hacerse con su poder. Más tarde, en 1996, vería la luz Muerte, lo mejor de tu vida de Gaiman, con el dibujo de Bachalo y Mark Buckingham, una historia que nos relata el destino de dos personajes de la serie principal cuando se cruzan con el fin. Ambas miniseries serán recopiladas en Biblioteca Sandman.

Desde entonces, ha aparecido en algunos cómics a modo de cameo e incluso ha protagonizado un cortometraje animado. Todo ello supervisado por Gaiman: si Muerte hacía acto de presencia, el lector sabía que un suceso grande iba a acontecer. Es el personaje con el que más se identifica, no podía dejarla en manos ajenas sin asegurarse del destino de esta hija de tinta.

La vida y el final son un ciclo y es hora de volver al principio de este texto, de regresar al símbolo de Muerte: la cruz ansata (o el ankh egipcio) simboliza la unión de la Tierra, fecundada por el sol, y se convirtió en el instrumento de poder que los dioses y reyes egipcios portaban consigo. En los ritos funerarios, era utilizada a modo de llave para abrir las puertas del otro mundo. En Sandman, Muerte la porta y, con ella, con ese octavo número que arrancó realmente la serie, nos abrió la entrada al inmenso mundo de los Eternos. Con Muerte, sus creadores buscaron subvertir la imagen clásica de la Parca y, para dicho fin, concibieron a un personaje carismático que el moribundo no tuviese que temer. Al morir, no nos encontraremos con el terror y el horror de una guadaña, sino que nos toparemos con nuestra nueva mejor amiga y ella no es otra que Muerte. Ella estará encantada de conocernos y nosotros a ella.

Carlos J. Eguren

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