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Nuevos orígenes

Tal como sucediera en el volumen anterior, Liga de la Justicia: Maldad eterna núm. 2 nos da ocasión de conocer mejor a cuatro villanos fundamentales del Universo DC que sufrieron cambios sustanciales tras la renovación de la continuidad propiciada por la miniserie Flashpoint. Empezamos con Deadshot, miembro medular del Escuadrón Suicida, una colección que ECC Ediciones ofrece de forma aperiódica. La historia, obra de Matt Kindt (Liga de la Justicia de América) y Sami Basri (Power Girl), transcurre justo al principio de Maldad eterna, cuando las cárceles para supervillanos quedaron abiertas de par en par por obra y gracia del Sindicato del Crimen.

Inmediatamente después, Dan DiDio y Philip Tan (Outsiders) vuelven a formar equipo, en esta ocasión para contarnos el nuevo origen de Eclipso, uno de los malhechores más poderosos de la casa y que tantos dolores de cabeza diera en el pasado. Por su parte, Brian Buccellato (Flash) y Chris Batista (52) nos muestran el retorno de Grodd. Este villano quedó atrapado en la Fuerza de la Velocidad en la quinta entrega de las aventuras del Velocista Escarlata, pero aparecía en las ruinas de la Atalaya al principio de Maldad eterna. ¿Cómo escapó de su encierro? La respuesta, en las próximas páginas.

Por último, llega un especial extraído de la serie original Teen Titans que está protagonizado por Deathstroke, el mercenario más implacable del mundo. Los guionistas son Corey May y Dooma Wendschuh, que han firmado las historias de sagas de videojuegos tan populares como Batman: Arkham, Assassin’s Creed o Prince of Persia. A ellos les corresponde apartar a Slade Wilson, y también a su hijo Grant, del origen que tuvieron en continuidades anteriores, cuando estaban muy ligados a la existencia de una encarnación de Jóvenes Titanes que ha quedado suprimida.

Fran San Rafael

Artículo originalmente publicado como introducción de Liga de la Justicia: Maldad Eterna núm. 2.