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Nuevo Universo DC: Flash

 Existió un hombre llamado Barry Allen que se crió en una pequeña ciudad de Iowa. Metódico y disciplinado, su interés por la química y su sentido de la justicia
Entonces y ahora

Existió un hombre llamado Barry Allen que se crió en una pequeña ciudad de Iowa. Metódico y disciplinado, su interés por la química y su sentido de la justicia le llevaron a convertirse en criminalista del cuerpo de policía de Central City, una ajetreada ciudad del oeste de Estados Unidos estrechamente vinculada a Keystone City, capital americana de la mecánica. Barry se hallaba comprometido con la periodista Iris West y trabajaba a las órdenes del Capitán Harvey Paulson cuando, una noche tormentosa, un relámpago cambió su vida para siempre, cayendo sobre él como una bendición para convertirle en el hombre más rápido del mundo y otorgarle, además, la capacidad de controlar la frecuencia vibratoria de las moléculas de su cuerpo. Ataviado con un disfraz carmesí que guardaba en su anillo, a partir de aquel momento comenzaría una incansable lucha contra el crimen bajo la identidad de Flash, el Velocista Escarlata.

Con los años, fueron muchos los que entraron en su vida; unos como amigos, otros como enemigos, algunos como compañeros de batalla. Allí estuvo Hal Jordan, más conocido como Green Lantern, y Wally West, un sobrino de Iris que acabaría adquiriendo parecidas habilidades a las de Barry. También, toda una Liga de la Justicia que le tuvo entre sus miembros fundacionales. En su vida de policía científico se encontró con gente como el Capitán Darryl Frye, quien tuvo que sustituir a Harvey Paulson por un caso de corrupción, y Patty Spivot, una aplicada analista clínica con la que Barry estableció una relación de agradable camaradería. Por supuesto, Iris siguió a su lado, hasta el punto de que ambos contraerían matrimonio y él se atrevería a desvelarle el secreto de su doble identidad. Las amenazas y los contendientes tampoco faltaron, conformando una interminable galería de villanos en la que, entre otros, encontraríamos a Leonard Snart, un malhechor con su propio código moral que bajo el nombre de Capitán Frío se enfrentaba a Flash con unas pistolas congelantes.

Pero ahora ese Barry Allen, o al menos su mundo tal como nos era conocido, ya no existe. Como si su historia hubiese vuelto a empezar para que algunas partes cambiasen. Todavía agradablemente familiares, aunque a la vez sorprendentemente diferentes. En esta nueva realidad, donde grupos como el Escuadrón Suicida se enfrentan a una organización terrorista llamada Basilisco y tunantes como Trickster aparecen montados en un tanque del ejército libio al que nuestro héroe y el Capitán Átomo se enfrentaron recientemente, todo es posible… porque todo está por hacer.

Toni Boix