Eccediciones
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Niños salvajes

El primer contacto de Ales Kot (Ostrava, República Checa; 1986) con el noveno arte se produjo cuando tenía cuatro años. Por aquel entonces, sus padres trataron de hacer más llevadera una convalecencia por enfermedad con cómics del Pato Donald, y fue tal el proceso de inmersión en la lectura que se convirtieron en el perfecto antibiótico. Tres años más tarde, su abuelo le regaló un montón de tebeos encontrados en una fábrica abandonada que había ayudado a desalojar: El asombroso Spiderman de Roger Stern y John Romita, Conan el Bárbaro... material sugerente que prendió la chispa de su imaginación, impulsándole a crear sus propios cómics a una edad muy temprana.

Protagonista de una ajetreada experiencia académica, durante la década siguiente deambuló por dos colegios de primaria y cuatro institutos, sintiéndose golpeado por la sensación de que dichos centros estaban diseñados para moldear las mentes de los estudiantes hasta convertirlos en “herramientas perfectas construidas según las especificaciones de la civilización industrial del siglo XX”; algo que chocaba con su incipiente visión de la vida. Así que, decepcionado, dejó el instituto cuando tenía 17 años, se trasladó a Praga y comenzó a centrarse en aquello en lo que realmente estaba interesado, afrontando un período vital caracterizado por la experimentación y la absorción de conocimientos. Cumplidos los 22 años, se percató de que quería hacer algo “que pareciera real”, que provocara en la gente pensamientos y sensaciones que facilitaran su apertura al mundo. Porque por fin había aprendido algo interesante, era el momento de compartirlo y los cómics parecían el medio adecuado para ello.

En 2009, Kot abandonó la República Checa para trasladarse a Los Ángeles, y a finales de ese mismo año escribió el primer borrador de Niños salvajes, obra inspirada por Mata a tu novio, de Grant Morrison y Philip Bond, y Dispara, de Warren Ellis y Phil Jiménez (Hellblazer: Warren Ellis). “Quería combinar esos dos cómics, filtrar sus lecciones a través de mis experiencias y crear algo completamente nuevo”. La intención no era otra que proponer una revolución frente a la realidad consensuada y las visiones maniqueas del mundo. Porque según el guionista, “la realidad es absolutamente cualquier cosa que quieras que sea”. Y en última instancia, el resultado de sumar imaginación y voluntad.

Siendo la voluntad de Kot dominar los códigos del lenguaje de la historieta para crear historias que él mismo querría leer, y comprender la compleja industria del cómic americano, en 2010 decidió acudir a la Emerald City Comic Con de Seattle. Allí, el guionista Joe Keatinge le presentó a Eric Stephenson, gran responsable de Image Comics que no tardó en dar luz verde a sus dos primeros proyectos. Al día siguiente, conoció al dibujante Riley Rossmo, y una semana más tarde ambos comenzaron a trabajar en Niños salvajes: “El equivalente a un EP de seis temas que, si hemos hecho bien nuestro trabajo, estaréis deseando volver a escuchar”. 58 páginas en las que el equipo creativo mezcló ingredientes de rabiosa actualidad: secuestros, tiroteos y masacres en institutos norteamericanos, angustia adolescente, cultura pop, rebelión, terrorismo, mass media, sugestión hipnótica y drogas.

Niños salvajes se convirtió en una inmejorable carta de presentación que presagiaba una carrera fulgurante. Augurio refrendado por obras ulteriores, entre las que destacan aproximaciones osadas e innovadoras a la ciencia ficción y el género de espías, como Change o Zero (publicadas por ECC Ediciones); o las más recientes The Surface, Material
y Wolf. Pero también encargos como freelance aprovechados para inyectar un caos calculado en estructuras narrativas clásicas: Escuadrón Suicida, Vengadores Secretos, Iron Patriot, Shadowman o Bucky Barnes: The Winter Soldier. Siempre desde la voluntad de “crear cómics sorprendentemente diferentes y únicos”. Porque en su huida de zonas de confort e ideas preconcebidas, Kot parece empeñado en buscar rutas que conduzcan hacia terrenos inexplorados. Hacia lo desconocido. Hacia lo salvaje.

David Fernández

Artículo publicado originalmente en las páginas de Niños salvajes. ¡Ya a la venta!