Las últimas entregas de Liga de la Justicia nos están mostrando el origen del Capitán Marvel en el contexto del Nuevo Universo DC. Es posible que Billy Batson sea uno de los personajes que más ha cambiado con la incursión de dicha continuidad, y lo mismo podría decirse de uno de sus principales enemigos. Se trata del Dr. Sivana, todo un clásico que ha estado vinculado desde el principio a ese adolescente que se transforma en adulto superpoderoso.
No en vano, Sivana debutó al mismo tiempo que Batson en el legendario Whiz Comics núm. 2, cómic realizado por Bill Parker y C.C. Beck en 1940 para la editorial Fawcett. Allí, ejercía un rol de científico loco que pretendía vengarse de toda la humanidad por lo que él consideraba unos agravios imperdonables. De aspecto menudo y enclenque, Thaddeus Bodog Sivana, pues así se llamaba, era uno de los investigadores más inteligentes de Europa. Como se supo un año después de su primera aparición, podría haber curado todos los males de una sociedad que insistía en burlarse de él, de ahí que decidiera poner tierra de por medio y se marchara con su nutrida familia al planeta Venus. Después de varios años, el rencor y la amargura pudieron con él, y regresó a su mundo natal para poner en marcha su venganza. Sus planes eran los habituales de un villano de su condición, esto es, auténticos (y fascinantes) desvaríos equiparables a los de Lex Luthor o el Ultra-Humanita. Buen ejemplo de ello fue que intentara cortar todo tipo de comunicación por radio a menos que se le entregara una sustanciosa suma de dólares
Durante más de una década, Sivana y el Capitán Marvel se enfrentaron regularmente. De hecho, en aquella etapa inicial, se podía decir que era el archienemigo del protagonista y de sus diversos ayudantes. Por desgracia, tanto héroe como villano desaparecieron en 1953 acompañados por sus respectivas familias. Esto se debió a que, después de un larguísimo litigio por plagio con DC, Fawcett dejó de publicar las aventuras de estos personajes, que se sumergieron en el limbo hasta ya entrados los años setenta. Para entonces, la propia DC había adquirido los derechos de todos ellos y los había ubicado en una de sus dimensiones alternativas, Tierra-S, donde habían permanecido en animación suspendida por culpa de, precisamente, un invento de Sivana. La enemistad entre este y su odiado Marvel continuó hasta que Crisis en Tierras Infinitas modificó buena parte de su trayectoria. De hecho, en aquella continuidad surgida a mediados de los años ochenta, Roy Thomas y Tom Mandrake establecieron que los futuros adversarios eran familia. Tras la muerte de los padres de Billy, Thaddeus Sivana apareció en su vida para decirle que era el hermano mayor de su padre y que estaba dispuesto a cuidar de él. Al principio, el muchacho estuvo de acuerdo porque tenía dos primos poco mayores que él, pero no tardó en averiguar que su tío solo lo quería para cobrar el seguro de vida de su difunta madre.
Teniendo en cuenta que, a pesar de unos gloriosos orígenes, el Capitán Marvel y su contexto jamás han tenido una acogida comercial multitudinaria una vez comprados por DC, no es de extrañar que la editorial haya renovado orígenes y personalidades con bastante frecuencia. El siguiente cambio sufrido por Sivana se produjo en 1994, año en que Jerry Ordway firmó como autor completo El poder de Shazam, una maravillosa novela gráfica que sentó las bases de una inminente serie mensual homónima y de la continuidad de los habitantes de Fawcett City durante varios años. Consciente de que aquello del científico loco estaba un poco pasado de moda, Ordway se inspiró en el Lex Luthor de la época, el mismo que él mismo había desarrollado junto a John Byrne y Marv Wolfman. Así pues, aunque conservara varios toques de su encarnación original, Sivana se convirtió en un magnate multimillonario que había financiado la expedición arqueológica que había puesto fin a la vida de los Batson. Y otro cambio importante que introdujo Ordway fue que el hombrecillo dejara de ser el archienemigo del Capitán Marvel, honor que recayó desde el principio en Black Adam, un villano mucho más capaz de enfrentarse al protagonista de tú a tú.
Una vez cancelada El poder de Shazam, Sivana apareció puntualmente aquí y allá y diversificó su abanico de adversarios. Así, se enfrentó a los Outsiders de Judd Winick e incluso al mismísimo Superman. Pero en 2006 vivió su particular momento de gloria cuando engrosó el extenso reparto de 52. Recuperada su faceta de científico loco en estado puro, el amigo Thaddeus se unió a varios homólogos para hacer de las suyas en una isla remota. Sin embargo, su participación en los acontecimientos de la colección era muchísimo más profunda, aunque no desvelaremos en qué consistió para aquellos que estén leyéndola por primera vez gracias a los volúmenes recopilatorios de ECC Ediciones. Concluida la trama, recuperó su papel de secundario y participó en grupos de villanos como el que formó Libra en Crisis Final, donde volvió a desempeñar un papel importante para la resolución de parte del conflicto.
Llegamos así al nUDC y a los complementos de Liga de la Justicia que estamos disfrutando gracias a Geoff Johns y Gary Frank. Una vez más, como decíamos al principio, la continuidad de Billy Batson y su contexto ha cambiado, y Sivana es uno de los principales afectados. El que fuera un científico enclenque se ha convertido en un señor de aspecto fornido que necesita la magia para hacer algo relacionado con su familia, de la que poco más se sabe hasta la fecha. En entregas anteriores, vimos cómo exploraba una excavación arqueológica cercana a Bagdad en busca de Black Adam, el otro gran enemigo del Capitán Marvel. La compleja relación entre ambos villanos y su adversario se verá en los próximos números de esta misma colección, en los que seguiremos asistiendo a la renovación de los orígenes de todos de ellos. Y teniendo en cuenta la calidad que tienen las colaboraciones de Johns y Frank, seguro que estaremos allí para verlo.
No en vano, Sivana debutó al mismo tiempo que Batson en el legendario Whiz Comics núm. 2, cómic realizado por Bill Parker y C.C. Beck en 1940 para la editorial Fawcett. Allí, ejercía un rol de científico loco que pretendía vengarse de toda la humanidad por lo que él consideraba unos agravios imperdonables. De aspecto menudo y enclenque, Thaddeus Bodog Sivana, pues así se llamaba, era uno de los investigadores más inteligentes de Europa. Como se supo un año después de su primera aparición, podría haber curado todos los males de una sociedad que insistía en burlarse de él, de ahí que decidiera poner tierra de por medio y se marchara con su nutrida familia al planeta Venus. Después de varios años, el rencor y la amargura pudieron con él, y regresó a su mundo natal para poner en marcha su venganza. Sus planes eran los habituales de un villano de su condición, esto es, auténticos (y fascinantes) desvaríos equiparables a los de Lex Luthor o el Ultra-Humanita. Buen ejemplo de ello fue que intentara cortar todo tipo de comunicación por radio a menos que se le entregara una sustanciosa suma de dólares
Durante más de una década, Sivana y el Capitán Marvel se enfrentaron regularmente. De hecho, en aquella etapa inicial, se podía decir que era el archienemigo del protagonista y de sus diversos ayudantes. Por desgracia, tanto héroe como villano desaparecieron en 1953 acompañados por sus respectivas familias. Esto se debió a que, después de un larguísimo litigio por plagio con DC, Fawcett dejó de publicar las aventuras de estos personajes, que se sumergieron en el limbo hasta ya entrados los años setenta. Para entonces, la propia DC había adquirido los derechos de todos ellos y los había ubicado en una de sus dimensiones alternativas, Tierra-S, donde habían permanecido en animación suspendida por culpa de, precisamente, un invento de Sivana. La enemistad entre este y su odiado Marvel continuó hasta que Crisis en Tierras Infinitas modificó buena parte de su trayectoria. De hecho, en aquella continuidad surgida a mediados de los años ochenta, Roy Thomas y Tom Mandrake establecieron que los futuros adversarios eran familia. Tras la muerte de los padres de Billy, Thaddeus Sivana apareció en su vida para decirle que era el hermano mayor de su padre y que estaba dispuesto a cuidar de él. Al principio, el muchacho estuvo de acuerdo porque tenía dos primos poco mayores que él, pero no tardó en averiguar que su tío solo lo quería para cobrar el seguro de vida de su difunta madre.
Teniendo en cuenta que, a pesar de unos gloriosos orígenes, el Capitán Marvel y su contexto jamás han tenido una acogida comercial multitudinaria una vez comprados por DC, no es de extrañar que la editorial haya renovado orígenes y personalidades con bastante frecuencia. El siguiente cambio sufrido por Sivana se produjo en 1994, año en que Jerry Ordway firmó como autor completo El poder de Shazam, una maravillosa novela gráfica que sentó las bases de una inminente serie mensual homónima y de la continuidad de los habitantes de Fawcett City durante varios años. Consciente de que aquello del científico loco estaba un poco pasado de moda, Ordway se inspiró en el Lex Luthor de la época, el mismo que él mismo había desarrollado junto a John Byrne y Marv Wolfman. Así pues, aunque conservara varios toques de su encarnación original, Sivana se convirtió en un magnate multimillonario que había financiado la expedición arqueológica que había puesto fin a la vida de los Batson. Y otro cambio importante que introdujo Ordway fue que el hombrecillo dejara de ser el archienemigo del Capitán Marvel, honor que recayó desde el principio en Black Adam, un villano mucho más capaz de enfrentarse al protagonista de tú a tú.
Una vez cancelada El poder de Shazam, Sivana apareció puntualmente aquí y allá y diversificó su abanico de adversarios. Así, se enfrentó a los Outsiders de Judd Winick e incluso al mismísimo Superman. Pero en 2006 vivió su particular momento de gloria cuando engrosó el extenso reparto de 52. Recuperada su faceta de científico loco en estado puro, el amigo Thaddeus se unió a varios homólogos para hacer de las suyas en una isla remota. Sin embargo, su participación en los acontecimientos de la colección era muchísimo más profunda, aunque no desvelaremos en qué consistió para aquellos que estén leyéndola por primera vez gracias a los volúmenes recopilatorios de ECC Ediciones. Concluida la trama, recuperó su papel de secundario y participó en grupos de villanos como el que formó Libra en Crisis Final, donde volvió a desempeñar un papel importante para la resolución de parte del conflicto.
Llegamos así al nUDC y a los complementos de Liga de la Justicia que estamos disfrutando gracias a Geoff Johns y Gary Frank. Una vez más, como decíamos al principio, la continuidad de Billy Batson y su contexto ha cambiado, y Sivana es uno de los principales afectados. El que fuera un científico enclenque se ha convertido en un señor de aspecto fornido que necesita la magia para hacer algo relacionado con su familia, de la que poco más se sabe hasta la fecha. En entregas anteriores, vimos cómo exploraba una excavación arqueológica cercana a Bagdad en busca de Black Adam, el otro gran enemigo del Capitán Marvel. La compleja relación entre ambos villanos y su adversario se verá en los próximos números de esta misma colección, en los que seguiremos asistiendo a la renovación de los orígenes de todos de ellos. Y teniendo en cuenta la calidad que tienen las colaboraciones de Johns y Frank, seguro que estaremos allí para verlo.
Fran San Rafael