Eccediciones

Linternas y Forjaluces

Si algún lector temía que el relevo de equipos creativos en los títulos de Green Lantern supusiera un descenso en la calidad de los cómics de la franquicia, o en la ambición de sus historias, no podría estar más equivocado. Desde el número 20 de la serie regular de Green Lantern de ECC hasta los episodios incluidos en este volumen, pasando por los tomos 4 de Green Lantern Corps y Red Lanterns, ha quedado demostrado que los nuevos autores no solamente abrazan el legado de Geoff Johns y los conceptos que aportó, sino que incluso expanden aún más toda la mitología del espectro emocional. Es obvio que la historia de Relic, que alcanza su punto álgido en este tomo, ha estado gestándose desde la primera aparición del personaje, ya en el segundo episodio de los dos incluidos en aquel número 20. Pero también lo es que el guionista Robert Venditti, que desde su entrada en la serie la ha planteado como "el siguiente paso lógico", no se lo ha jugado todo a una sola carta y ha ido introduciendo además otros inquietantes conceptos que todavía están lejos de desarrollarse plenamente y que pueden deparar muchas sorpresas en el futuro: la villana Nol-Anj, una asesina despiadada que ha pasado a formar parte de los Zafiros Estelares, o los nuevos reclutas y sus personalidades marcadamente diferenciadas son solo algunos ejemplos. Eso por no mencionar el rumbo renovado de las demás cabeceras de la franquicia, como la de New Guardians, que ECC sigue incluyendo en el título mensual junto a la serie principal  americana y que presenta ahora las aventuras de Kyle junto a los denominados “Ocultos” o “Guardianes Templarios”, escisión de los derrocados antiguos líderes de los Green Lanterns, de la mano de Justin Jordan y Brad Walker; la de Green Lantern Corps, centrada ahora en las andanzas de John Stewart, personaje que juega un papel decisivo en este tomo y que habitualmente coescribirá el propio Venditti con Van Jensen y con el dibujo de Bernard Chang; o la de Red Lanterns, que cuentan de nuevo con Guy Gardner entre sus filas, de la mano de Charles Soule y Alessandro Vitti, con resultados aún más inesperados que en anteriores ocasiones, como vemos también en estas mismas páginas. Esta nueva etapa en los títulos de los Lanterns, lejos de ser anecdótica, no tiene ningún miedo a alterar el statu quo ni a profundizar en las ideas instauradas por Johns y compañía: ¿cuál podría ser la verdadera naturaleza de las energías del espectro emocional?, ¿son recursos infinitos, como parecía hasta ahora, o más bien limitados?, ¿está el universo a salvo o amenazado por todos los Corps, incluso por aquellos que han asumido como su deber sagrado la misión de protegerlo?

La acción de este tomo se sitúa cronológicamente después del núm. 22 de Green Lantern de ECC, donde asistíamos a la puesta en marcha de la estrategia de Relic para acabar con todos los Corps y a la extinción de los Blue Lanterns como tales, de la que solo se salvaría el que fuera su primer miembro, Saint Walker. Los errores de funcionamiento en los anillos de los demás Corps, como los Green Lanterns o los Zafiros, también desembocan en esta historia y hallan su explicación en ella. Este tomo es igualmente posterior al volumen 4 de Green Lantern Corps, donde veíamos cómo se asentaba la relación entre Stewart y su antigua adversaria, Fatalidad, ahora integrada en los Zafiros Estelares. Ambos eran testigos de lo que parecía la última voluntad de las entidades, que afirmaban al final del recopilatorio estar dispuestas a volver a su hogar para morir. Y en el cuarto tomo de Red Lanterns se explicaba por qué Guy Gardner forma parte ahora de ese cuerpo, se detallaba su enfrentamiento con Atrocitus... y todo para que aquí se muestre cuál es el terrible precio que Guy puede pagar por su papel de “infiltrado” entre los rojos y cómo afectará todo ello a su ya habitualmente maltrecha relación con Hal Jordan, el nuevo líder de los Green Lanterns. Y aunque no sigue el orden cronológico de los acontecimientos propiamente dicho, también es recomendable leer el número 23 de Green Lantern antes de este volumen porque detalla el origen de Relic en su ya extinto universo, además de ofrecer una nueva versión del de Mongul escrita por su propio creador, ese reconocido y veterano guionista de odiseas cósmicas llamado Jim Starlin.

En el transcurso de este tomo quedará evidenciado que las cosas nunca volverán a ser las mismas para ninguno de los Corps, por tópico que suene. Y es que estamos a punto de presenciar espectáculos tan epatantes como el destino final del planeta Oa, la superación de los límites del universo en el Muro de la Fuente, la confirmación de una nueva e inesperada sede para los Green Lantern Corps o el rumbo que adoptarán a partir de este momento las aventuras de personajes tan aparentemente afianzados como Kyle Rayner o Guy Gardner. Quizá ningún mal pueda escapar de su vigía, por mucho que cambien las cosas, pero en el universo brillan más luces aparte de la verde y eso seguirá siendo lo que marque el futuro... ¿o no?

Felip Tobar

Artículo originalmente publicado en las páginas de Green Lantern: Apagón.