Lo inesperado de esta historia solo podía tener cabida en un cómic del Nuevo Universo DC. Lejos de reformular el primer encuentro entre los dos principales héroes de la casa según pautas tradicionales, como hacían más o menos los cómics que recordamos en el artículo del número anterior, este es algo completamente nuevo: además de relatar esa "primera vez" de Superman y Batman, también es la primera vez que ambos se encuentran con sus equivalentes de Tierra 2. Y si en el primer tomo de Tierra 2 conocíamos la última aventura de ese Clark y ese Bruce más veteranos, en esta se nos muestran en una época de plenitud: mucho más estables, con su amistad y sus vidas personales asentadas, que sus inmaduros homólogos.
Quizá por ello merezca la pena recordar, aunque sea rápidamente y a modo de epílogo, cuáles son las relaciones personales y familiares de ambos dúos y por qué reaccionan de forma tan estupefacta ante ciertas situaciones a lo largo de estos dos primeros números.Empezando por Superman, resultaba chocante ver cómo se sorprendía, al final del número anterior, ante un Jonathan Kent aparentemente redivivo. Greg Pak y Jae Lee nos habían recordado, en la doble página de créditos de aquel primer episodio —Encrucijada de mundos—, que los padres del joven Clark habían muerto en un accidente de coche. Pero la evocación fugaz del mortal choque de tráfico no hacía justicia a la escena completamente desarrollada: fue la que narraron Grant Morrison y Rags Morales en las páginas iniciales del núm. 17 americano de Action Comics, que aquí se publicó dentro del núm. 16 de Superman. Allí tenía lugar uno de los grandes aciertos del nUDC; Morrison, viejo conocedor de la mitología del personaje —ya había relatado otra versión de la muerte de Pa Kent en el sexto episodio de su clásico All-Star Superman—, reflejaba la agonía de Jonathan de la siguiente forma: todavía moribundo, con Martha ya difunta, le pedía a Clark que le sacara del hospital porque quería morir en su casa, la vieja granja de Smallville. Y entonces, en su lecho de muerte, instaba una vez más a su hijo adoptivo a no ocultar sus poderes y usarlos en beneficio de la humanidad para evitar cualquier otro tipo de tragedia. Brillante por lo inevitable de su muerte, al igual que la del Jonathan Kent interpretado por Glenn Ford en Superman: The Movie (1978) —considerada por muchos críticos una escena cumbre en la historia del cine—, impactaba a la vez por los remordimientos del protagonista al no haber podido hacer nada para salvarle pese a todos sus poderes y por su compromiso irrenunciable desde entonces para hacer del mundo un lugar mejor. Son tres versiones muy similares del fin de Jonathan Kent que se añaden a otras ofrecidas más recientemente, como la de la saga Brainiac, de Geoff Johns y Gary Frank, o la de la serie Smallville, en la que el funeral del personaje (encarnado por John Schneider) marcaba el capítulo 100 y su muerte se ensañaba en especial con Clark al haber sido provocada, directamente, por el hecho de que él viajase atrás en el tiempo para salvar a Lana Lang. En cierto modo aquello reflejaba la muerte original de Pa y Ma en los cómics, infectados a causa de un viaje al pasado junto a Clark, en el núm. 161 de la serie original de Superman (1963)... al igual que la de All-Star Superman, ya que los tres minutos que el héroe pasaba combatiendo al Cronóvoro eran los que le imposibilitaban salvar a Jonathan Kent de su letal ataque al corazón. El caso es que la importancia de esta muerte, de una manera u otra, marca al héroe en su decisión de luchar por la verdad y la justicia casi tanto como su relación amorosa con Lois Lane... aunque, como ya sabemos, en el nUDC no es el caso. Y así, aunque este Superman de Tierra 2 ha formalizado su unión con ella —lo vemos en las últimas páginas de este mismo episodio—, el Superman con vaqueros parece mucho más interesado en Wonder Woman... ya sea en esta versión alternativa de Tierra 2 o en la de su propio planeta. Y lo cierto es que, para bien o para mal, muchos lectores lo entenderán perfectamente.
El caso de Batman, que no presenta la misma diferencia por motivos obvios —la muerte de los progenitores es lo que prácticamente da origen al personaje—, resulta también sorprendente porque en su encarnación de Tierra 2 está casado con Selina Kyle, alias Catwoman. De hecho, aunque aquí no lo veamos, su unión tuvo como fruto una hija, Helena Wayne, que en Tierra 2 terminaría siendo Robin y luego enfundándose el traje de la Cazadora. Así, junto a Power Girl —la Supergirl de Tierra 2—, viajarían a la principal Tierra del nUDC y vivirían allí nuevas aventuras de la mano del guionista Paul Levitz y de dibujantes como Kevin Maguire o George Pérez. Son las historias que, como lectores, hemos podido conocer en los tomos de Las mejores del mundo. Por contraste, vemos que probablemente lo más cercano a una pareja formal que ha tenido el Hombre Murciélago de la Tierra —nuestro Batman de todas las series regulares— podría ser la pianista ucraniana Natalya Trusevich, cuya relación con Bruce Wayne y cuyo destino final conocemos en las páginas de los tomos de Batman: El Caballero Oscuro que llevan por título Ciclo de violencia y Loco.
Tal vez un sencillo cuadro comparativo, a modo de recordatorio, pueda ayudarnos a aclarar cuáles son las principales relaciones de estos personajes... y en qué difieren entre la Tierra (T) y Tierra 2 (T2).
Felip TobarArtículo publicado originalmente en las páginas de Batman/Superman núm. 2.