World's Finest Comics fue la cabecera que albergó durante varias décadas las aventuras conjuntas de los dos héroes más populares del Universo DC. El primer número de la serie -con el título New York World's Fair- pudo adquirirse al precio de 25 centavos en el gigantesco recinto de la Feria Mundial de Nueva Tork en 1939. Los diversos pabellones de aquella magna exposición exhortaban al visitante a asomarse a las maravillas del "Mundo del Mañana". A juzgar por el aspecto de las instalaciones, el porvenir que se avecinaba era radiante y monumental: amplias avenidas, esferas de 50 metros de diámetro y una aguja de 190 metro de altura dominando el horizonte.
Robustos y poderosos, los héroes que protagonizaban la nueva revista de DC se encontraban en armonía con el espíritu de la exposición. Uno de ellos, incluso, recibió el apelativo de “Hombre del Mañana”. A partir del segundo número, Superman compartió honores de portada con Batman (aunque en el interior siguiesen caminos separados). Cuando, en julio de 1954, la revista vio reducido su número de páginas, la pareja se apropió el protagonismo de la serie y comenzaron a publicarse aventuras en las que formaban equipo.
Resumir en unas pocas líneas los 323 episodios de que constaba la serie es tarea casi imposible. Baste decir que World’s Finest presentaba a los dos héroes como amigos y que se benefició del talento de algunos de los mejores autores de la industria del cómic: Curt Swan, Ross Andru, Bob Haney, Denny O’Neil, Neal Adams, Trevor von Eeden o un jovencísimo David Mazzucchelli que hacía su vela de armas artística dibujando al Caballero Oscuro. El título fue clausurado en febrero de 1986. Por entonces, soplaban vientos nuevos en DC. De un lado, Marv Wolfman y George Pérez estaban remodelando el universo de la editorial con Crisis en Tierras Infinitas. De otro, Frank Miller estaba pulverizando la imagen establecida de Batman y Superman en El regreso del Caballero Oscuro. A partir de entonces, el vínculo entre los dos justicieros perdió la cordialidad que lo había caracterizado. Sin embargo, los aficionados aún aguardaban con la misma expectación cada nuevo encuentro (o encontronazo) entre el Hombre de Acero y el guardián de Gotham.
En DC Comics eran conscientes de que, dado el carisma de los dos héroes, sus reuniones eran siempre un acontecimiento especial. Por eso las encomendaban a equipos creativos de reconocida solvencia, como el tándem formado por John Byrne y Arthur Adams en el primer anual de Action Comics (publicado en 1987 y recopilado en el quinto volumen de Grandes autores de Superman: John Byrne) o el dúo que configuraron Dave Gibbons y el soberbio Steve Rude en la serie limitada World’s Finest (1990). O como el equipo que establecieron 13 años después el guionista Jeph Loeb y el dibujante Jim Lee en Batman: Silencio (donde el Hombre Murciélago y el Hombre de Acero protagonizaban un duelo espectacular). El éxito obtenido por este último encuentro propició el nacimiento de Superman/Batman, título destinado a albergar mensualmente las aventuras de la popular pareja y cuyo primer episodio apareció en agosto de 2003.
Inicialmente, los guiones recayeron en las expertas manos de Jeph Loeb. En realidad, era el candidato perfecto para la serie. No solo había impulsado su lanzamiento, sino que había demostrado una gran habilidad en la caracterización del dúo protagonista (pues había firmado junto al dibujante Tim Sale títulos tan emblemáticos como Superman: Para todas las estaciones y Batman: El largo Halloween). Durante dos años, Loeb entrelazó una sucesión de arcos argumentales que solían presentar en paralelo las vidas de Clark Kent y Bruce Wayne. En el apartado gráfico, contó con un nutrido grupo de dibujantes entre los que destacaban Ed McGuinness y Carlos Pacheco.
Loeb abandonó la serie en la vigesimosexta entrega (que era, casi, una elegía a la muerte de su hijo). Dejaba firmemente establecidos los cimientos de una colección a la que había impreso un tono emocionante y entretenido que sus sucesores —como Mark Verheidem, Mike Johnson o Joshua Hale Fialkov— se esforzaron en imitar durante los siguientes 60 episodios. Finalmente, Superman/Batman desapareció de las librerías en agosto de 2011. Pero solo para ser reemplazada en el Nuevo Universo DC por Batman/Superman, escrita por Greg Pak (célebre por su trabajo en The Incredible Hulk) y espectacularmente dibujada por el surcoreano Jae Lee (recién concluido su trabajo en Antes de Watchmen: Ozymandias).
Desde el primer episodio, Pak ha mantenido la tensión que preside las relaciones entre Batman y Superman desde los tiempos de El regreso del Caballero Oscuro. Para distender el tono de la serie, adereza el argumento con unos toques de comedia. El resultado se asemeja a una de esas buddy movies policiales protagonizadas por dos caracteres antagónicos. Pero los mejores héroes del mundo no darían la medida de su potencial enfrentados al hampa que puebla películas como Límite 48 horas o Arma letal. Para distinguirse del policía ordinario, deben medirse con amenazas a escala planetaria. Pak es consciente de ello y se las proporciona a manos llenas. Villanos como Mongul o su hijo Jochi —que ejercen el papel de antagonistas, respectivamente, en la primera y en la segunda mitad del presente volumen— representan algo más que un peligro pasajero en la vida de los protagonistas. Encarnan el apocalipsis. Es ante el advenimiento de una catástrofe de esas dimensiones que la pareja de héroes se muestra en toda su gloria.
A estas alturas del siglo XXI, pocos confían en la llegada de un porvenir tan radiante como el que se preveía en 1939. Más bien parece que la humanidad se encuentre paralizada a la espera de un cataclismo de proporciones bíblicas. Como reflejo de esta parálisis, los cómics de superhéroes abundan en ataques terroristas, ciudades arrasadas y conflictos armados. La guerra es, al fin y al cabo, uno de los cuatro aspectos del apocalipsis. Por fortuna, ahí están Batman y Superman para contener a ese sombrío jinete y allanar el camino a las amplias avenidas del mañana.
Jorge García
Artículo publicado originalmente en las páginas de Batman/Superman núm. 9.
Robustos y poderosos, los héroes que protagonizaban la nueva revista de DC se encontraban en armonía con el espíritu de la exposición. Uno de ellos, incluso, recibió el apelativo de “Hombre del Mañana”. A partir del segundo número, Superman compartió honores de portada con Batman (aunque en el interior siguiesen caminos separados). Cuando, en julio de 1954, la revista vio reducido su número de páginas, la pareja se apropió el protagonismo de la serie y comenzaron a publicarse aventuras en las que formaban equipo.
Resumir en unas pocas líneas los 323 episodios de que constaba la serie es tarea casi imposible. Baste decir que World’s Finest presentaba a los dos héroes como amigos y que se benefició del talento de algunos de los mejores autores de la industria del cómic: Curt Swan, Ross Andru, Bob Haney, Denny O’Neil, Neal Adams, Trevor von Eeden o un jovencísimo David Mazzucchelli que hacía su vela de armas artística dibujando al Caballero Oscuro. El título fue clausurado en febrero de 1986. Por entonces, soplaban vientos nuevos en DC. De un lado, Marv Wolfman y George Pérez estaban remodelando el universo de la editorial con Crisis en Tierras Infinitas. De otro, Frank Miller estaba pulverizando la imagen establecida de Batman y Superman en El regreso del Caballero Oscuro. A partir de entonces, el vínculo entre los dos justicieros perdió la cordialidad que lo había caracterizado. Sin embargo, los aficionados aún aguardaban con la misma expectación cada nuevo encuentro (o encontronazo) entre el Hombre de Acero y el guardián de Gotham.
En DC Comics eran conscientes de que, dado el carisma de los dos héroes, sus reuniones eran siempre un acontecimiento especial. Por eso las encomendaban a equipos creativos de reconocida solvencia, como el tándem formado por John Byrne y Arthur Adams en el primer anual de Action Comics (publicado en 1987 y recopilado en el quinto volumen de Grandes autores de Superman: John Byrne) o el dúo que configuraron Dave Gibbons y el soberbio Steve Rude en la serie limitada World’s Finest (1990). O como el equipo que establecieron 13 años después el guionista Jeph Loeb y el dibujante Jim Lee en Batman: Silencio (donde el Hombre Murciélago y el Hombre de Acero protagonizaban un duelo espectacular). El éxito obtenido por este último encuentro propició el nacimiento de Superman/Batman, título destinado a albergar mensualmente las aventuras de la popular pareja y cuyo primer episodio apareció en agosto de 2003.
Inicialmente, los guiones recayeron en las expertas manos de Jeph Loeb. En realidad, era el candidato perfecto para la serie. No solo había impulsado su lanzamiento, sino que había demostrado una gran habilidad en la caracterización del dúo protagonista (pues había firmado junto al dibujante Tim Sale títulos tan emblemáticos como Superman: Para todas las estaciones y Batman: El largo Halloween). Durante dos años, Loeb entrelazó una sucesión de arcos argumentales que solían presentar en paralelo las vidas de Clark Kent y Bruce Wayne. En el apartado gráfico, contó con un nutrido grupo de dibujantes entre los que destacaban Ed McGuinness y Carlos Pacheco.
Loeb abandonó la serie en la vigesimosexta entrega (que era, casi, una elegía a la muerte de su hijo). Dejaba firmemente establecidos los cimientos de una colección a la que había impreso un tono emocionante y entretenido que sus sucesores —como Mark Verheidem, Mike Johnson o Joshua Hale Fialkov— se esforzaron en imitar durante los siguientes 60 episodios. Finalmente, Superman/Batman desapareció de las librerías en agosto de 2011. Pero solo para ser reemplazada en el Nuevo Universo DC por Batman/Superman, escrita por Greg Pak (célebre por su trabajo en The Incredible Hulk) y espectacularmente dibujada por el surcoreano Jae Lee (recién concluido su trabajo en Antes de Watchmen: Ozymandias).
Desde el primer episodio, Pak ha mantenido la tensión que preside las relaciones entre Batman y Superman desde los tiempos de El regreso del Caballero Oscuro. Para distender el tono de la serie, adereza el argumento con unos toques de comedia. El resultado se asemeja a una de esas buddy movies policiales protagonizadas por dos caracteres antagónicos. Pero los mejores héroes del mundo no darían la medida de su potencial enfrentados al hampa que puebla películas como Límite 48 horas o Arma letal. Para distinguirse del policía ordinario, deben medirse con amenazas a escala planetaria. Pak es consciente de ello y se las proporciona a manos llenas. Villanos como Mongul o su hijo Jochi —que ejercen el papel de antagonistas, respectivamente, en la primera y en la segunda mitad del presente volumen— representan algo más que un peligro pasajero en la vida de los protagonistas. Encarnan el apocalipsis. Es ante el advenimiento de una catástrofe de esas dimensiones que la pareja de héroes se muestra en toda su gloria.
A estas alturas del siglo XXI, pocos confían en la llegada de un porvenir tan radiante como el que se preveía en 1939. Más bien parece que la humanidad se encuentre paralizada a la espera de un cataclismo de proporciones bíblicas. Como reflejo de esta parálisis, los cómics de superhéroes abundan en ataques terroristas, ciudades arrasadas y conflictos armados. La guerra es, al fin y al cabo, uno de los cuatro aspectos del apocalipsis. Por fortuna, ahí están Batman y Superman para contener a ese sombrío jinete y allanar el camino a las amplias avenidas del mañana.
Jorge García
Artículo publicado originalmente en las páginas de Batman/Superman núm. 9.