El origen de Superman roza la perfección. Es simple, lógico, fácil de reconocer y recordar. Además es colorido, impactante, muy atrayente. Casi podríamos decir que es un hito de la ciencia ficción dada la aparición de naves espaciales, alienígenas y seres que desafían las leyes de la lógica. Sin embargo, tiene un fallo. No es muy grande, pero hace que esa historia se quede en el umbral de la perfección... y es que todo el mundo se hace la misma pregunta después de escuchar el relato de la explosión de Krypton por primera vez: si Jor-El era un científico tan bueno, ¿por qué no huyó de su planeta natal junto a su hijo? Bien podría haber construido una nave para él y su familia...
A lo largo de los años se han sucedido las explicaciones que justifican que Jor-El salvase únicamente a su descendiente, pero lo cierto es que la única respuesta válida corresponde a las propias necesidades de la historia. Si Lara y Jor-El hubieran sobrevivido, ya no existiría esa grandeza épica que Clark obtiene por ser el más importante de los últimos supervivientes de una raza alienígena. Además, Jonathan y Martha Kent jamás habrían adoptado a Clark y, por lo tanto, Superman habría perdido un contacto directo con los humanos. Sería un personaje muy diferente... O quizás no. En el ejemplar que tenéis entre manos, el mítico Cary Bates se une a Renato Arlem para narrarnos lo que habría sucedido si Kal-El hubiese llegado a la Tierra en compañía de sus padres. Y lo que nos tienen que contar no tiene desperdicio, sobre todo si tenemos en cuenta que esta es una aventura con la que cualquier seguidor del Hombre de Acero ha soñado en algún momento u otro.
Independientemente del contenido del cuaderno, debéis saber que vais a leer una rareza en toda regla. Este tebeo está enmarcado dentro de una línea editorial llamada Otros Mundos que se estrenó en 1989 con la publicación de la excepcional Batman: Gotham a luz de gas, de Brian Augustyn y Mike Mignola. En los años noventa, este sello publicó decenas de obras que reinterpretaban los personajes DC más populares con sustanciales modificaciones, de manera que se narraban historias alternativas a cada cual más sorprendente. Desgraciadamente, el recurso se explotó tanto que DC Comics decidió dar por finalizada la experiencia en 2005, ya que algunos de los últimos títulos no cumplían con los estándares de calidad establecidos por la línea. En 2009 se anunció que los Otros Mundos volverían, ofreciendo cómics tan buenos como los de sus inicios... pero hasta la fecha este es el único de este sello alternativo.
Enrique Ríos
Artículo originalmente publicado en las páginas de Superman: La última familia de Krypton.

A lo largo de los años se han sucedido las explicaciones que justifican que Jor-El salvase únicamente a su descendiente, pero lo cierto es que la única respuesta válida corresponde a las propias necesidades de la historia. Si Lara y Jor-El hubieran sobrevivido, ya no existiría esa grandeza épica que Clark obtiene por ser el más importante de los últimos supervivientes de una raza alienígena. Además, Jonathan y Martha Kent jamás habrían adoptado a Clark y, por lo tanto, Superman habría perdido un contacto directo con los humanos. Sería un personaje muy diferente... O quizás no. En el ejemplar que tenéis entre manos, el mítico Cary Bates se une a Renato Arlem para narrarnos lo que habría sucedido si Kal-El hubiese llegado a la Tierra en compañía de sus padres. Y lo que nos tienen que contar no tiene desperdicio, sobre todo si tenemos en cuenta que esta es una aventura con la que cualquier seguidor del Hombre de Acero ha soñado en algún momento u otro.
Independientemente del contenido del cuaderno, debéis saber que vais a leer una rareza en toda regla. Este tebeo está enmarcado dentro de una línea editorial llamada Otros Mundos que se estrenó en 1989 con la publicación de la excepcional Batman: Gotham a luz de gas, de Brian Augustyn y Mike Mignola. En los años noventa, este sello publicó decenas de obras que reinterpretaban los personajes DC más populares con sustanciales modificaciones, de manera que se narraban historias alternativas a cada cual más sorprendente. Desgraciadamente, el recurso se explotó tanto que DC Comics decidió dar por finalizada la experiencia en 2005, ya que algunos de los últimos títulos no cumplían con los estándares de calidad establecidos por la línea. En 2009 se anunció que los Otros Mundos volverían, ofreciendo cómics tan buenos como los de sus inicios... pero hasta la fecha este es el único de este sello alternativo.
Enrique Ríos
Artículo originalmente publicado en las páginas de Superman: La última familia de Krypton.