¿Por qué no puede hacer una mujer lo mismo que Superman? Es una de las preguntas que sirvieron al psicólogo William Moulton Marston para crear a Wonder Woman en 1941, año en que la heroína más poderosa del mundo debutó en All-Star Comics núm. 8 en un relato dibujado por Harry G. Peter. Se trataba de Diana, la Princesa de las Amazonas, las famosas guerreras de la mitología griega, que habían pasado varios siglos aisladas del resto de la humanidad y, sobre todo, de los varones. Con una fuerza y una velocidad extraordinarias y un lazo mágico, la Mujer Maravilla llegó al "mundo del hombre" y lo revolucionó para siempre.
Desde entonces, a lo largo de las innumerables aventuras que se han publicado ininterrumpidamente, Wonder Woman ha adquirido más poderes (por ejemplo, el de volar); ha hecho numerosos enemigos como Cheetah, a la que vemos fugazmente en este cuaderno; y también se ha ganado la confianza y amistad de los demás superhéroes de la Tierra. De hecho, es un miembro esencial de la Liga de la Justicia, como ha demostrado en las diversas encarnaciones del grupo. También ha pasado por las manos de autores legendarios como Ross Andru, Gene Colan, Roy Thomas, George Pérez o, más recientemente, Phil Jiménez, Greg Rucka y Terry Dodson. Y por si los cómics fueran poco, también dio el salto a la televisión en la famosa serie protagonizada por Lynda Carter e incluso contó con su propia película de animación.
Actualmente, con el Nuevo Universo DC, Wonder Woman vive una de sus épocas doradas en una serie que los críticos consideran una de las mejores del relanzamiento. El guionista Brian Azzarello y los dibujantes Cliff Chiang y Tony Akins han convertido sus aventuras, publicadas por ECC en una colección regular cuatrimestral, en un cóctel que podríamos definir como la suma de superhéroes, culebrón familiar y película de mafiosos, y todo ello ambientado en el contexto que ofrece la riquísima mitología griega. Los dioses clásicos son más importantes que nunca, más incluso que en la celebrada etapa de Pérez, y sus intrigas, rencores, venganzas y ambiciones logran poner a prueba a la protagonista un número tras otro.
En esta entrega de Injustice: Gods Among Us, asistimos a una tremenda escena que enfrenta a Diana con uno de esos dioses, si bien aquí se nos presenta en su encarnación más típica, la del guerrero implacable con armadura que poco tiene que ver con el anciano amargado de Azzarello. Es cierto que la Wonder Woman de esta colección es más tradicional que la que protagoniza sus aventuras “canónicas”, pero no contradice la esencia del personaje. No en vano, Diana es una emisaria de paz que utiliza la violencia cuando es necesario, una contradicción que ha sido marca de la casa durante décadas. Huelga decir que la seguiremos viendo en las próximas entregas de esta serie, sobre todo teniendo en cuenta las muchas posibilidades que abre esa relación que, según ella misma dice, no le importaría entablar con el Hombre de Acero. ¿Llegará a suceder tal cosa?
Fran San Rafael
Artículo publicado originalmente en las páginas de Injustice: Gods among us núm. 3.
Desde entonces, a lo largo de las innumerables aventuras que se han publicado ininterrumpidamente, Wonder Woman ha adquirido más poderes (por ejemplo, el de volar); ha hecho numerosos enemigos como Cheetah, a la que vemos fugazmente en este cuaderno; y también se ha ganado la confianza y amistad de los demás superhéroes de la Tierra. De hecho, es un miembro esencial de la Liga de la Justicia, como ha demostrado en las diversas encarnaciones del grupo. También ha pasado por las manos de autores legendarios como Ross Andru, Gene Colan, Roy Thomas, George Pérez o, más recientemente, Phil Jiménez, Greg Rucka y Terry Dodson. Y por si los cómics fueran poco, también dio el salto a la televisión en la famosa serie protagonizada por Lynda Carter e incluso contó con su propia película de animación.
Actualmente, con el Nuevo Universo DC, Wonder Woman vive una de sus épocas doradas en una serie que los críticos consideran una de las mejores del relanzamiento. El guionista Brian Azzarello y los dibujantes Cliff Chiang y Tony Akins han convertido sus aventuras, publicadas por ECC en una colección regular cuatrimestral, en un cóctel que podríamos definir como la suma de superhéroes, culebrón familiar y película de mafiosos, y todo ello ambientado en el contexto que ofrece la riquísima mitología griega. Los dioses clásicos son más importantes que nunca, más incluso que en la celebrada etapa de Pérez, y sus intrigas, rencores, venganzas y ambiciones logran poner a prueba a la protagonista un número tras otro.
En esta entrega de Injustice: Gods Among Us, asistimos a una tremenda escena que enfrenta a Diana con uno de esos dioses, si bien aquí se nos presenta en su encarnación más típica, la del guerrero implacable con armadura que poco tiene que ver con el anciano amargado de Azzarello. Es cierto que la Wonder Woman de esta colección es más tradicional que la que protagoniza sus aventuras “canónicas”, pero no contradice la esencia del personaje. No en vano, Diana es una emisaria de paz que utiliza la violencia cuando es necesario, una contradicción que ha sido marca de la casa durante décadas. Huelga decir que la seguiremos viendo en las próximas entregas de esta serie, sobre todo teniendo en cuenta las muchas posibilidades que abre esa relación que, según ella misma dice, no le importaría entablar con el Hombre de Acero. ¿Llegará a suceder tal cosa?
Fran San Rafael
Artículo publicado originalmente en las páginas de Injustice: Gods among us núm. 3.