Conceptualmente, el nacimiento del Nuevo Universo DC partió de la voluntad de acercar el panteón superheroico de DC Comics a una nueva generación de lectores, prescindiendo de la continuidad construida durante décadas de historia(s) para, en su lugar, hacer tabula rasa argumental. Así, las primeras entregas de cada colección han servido para reformular los orígenes de los personajes y grupos protagonistas, construyendo versiones actualizadas de los mismos no solo adecuadas a los tiempos que corren, sino también accesibles para un público potencialmente más amplio, no necesariamente docto en la materia.
Sin embargo, el caso que nos ocupa presenta ciertas peculiaridades: debido a la etapa de largo recorrido escrita por Grant Morrison, la franquicia que gira en torno a Batman se hallaba inmersa en un proceso de efervescencia creativa, que arrojó como resultado notables líneas argumentales y una enriquecedora evolución en la caracterización de enemigos y aliados del Hombre Murciélago. De ahí que, llegado el momento de renumerar sus colecciones, los cambios fueran menos drásticos, respetando en buena medida el trabajo realizado por el guionista escocés y planteando un acercamiento in media res a su particular biografía: la de un un héroe ya maduro y experimentado.
Ello no obsta para que, en su condición de sucesor de Morrison como “arquitecto” de la Gotham City contemporánea, Scott Snyder esté introduciendo cambios de forma paulatina. Alimentándose de la historia pasada del personaje, sí; pero aprovechando la oportunidad que se le brinda, también, para añadir matices de cosecha propia en connivencia con el equipo de guionistas responsable de otras series regulares relacionadas. En ese sentido, resultó especialmente oportuna la iniciativa impulsada por la editorial para celebrar el primer aniversario del Nuevo Universo DC: publicar números cero de diferentes colecciones que, en palabras del Editor Jefe Bob Harras, sirvieran para “narrar los orígenes de personajes y supergrupos, o rellenar los huecos en blanco relacionados con preguntas que los lectores se hayan podido plantear al respecto”. Más allá de las historias de complemento publicadas originalmente en Batman núm. 9 a 11 USA –que recibieron tratamiento individualizado en este artículo–, ese es el material recopilado en Batman: Año Cero: las entregas de Batman: El Caballero Oscuro, Detective Comics y Batman que lucieron dicho guarismo en su edición norteamericana, invirtiendo sus respectivas páginas en la exploración de diferentes aspectos relativos a las motivaciones, la formación y los primeros pasos de Batman y buena parte de sus aliados en su sempiterna cruzada contra el crimen.
Analizando los nombres que forman parte del equipo creativo responsable de estos especiales, destaca el de Gregg Hurwitz, novelista norteamericano de importancia creciente en el universo de ficción del Cruzado de la Capa: guionista de Batman: Pingüino, dolor y prejuicio –interesante aproximación a la figura de Oswald Cobblepot–, también escribió los guiones de Batman: El Caballero Oscuro – Ciclo de violencia. Una colección que retoma coincidiendo con el “Mes Cero” de DC Comics, dispuesto a arrojar luz sobre el periodo de duelo afrontado por una jovencísima versión de nuestro protagonista: “Quería contar la historia que hay más allá de lo sucedido en aquel callejón, a la salida del cine. Mostrar, finalmente, quién es Joe Chill, qué misterio oculta y cómo redefinió la visión del mundo de Bruce Wayne”. En su empeño, cuenta con la colaboración de Mico Suayan –talento emergente natural de Filipinas– y de los españoles Juan José Ryp y Vicente Cifuentes, dibujante y entintador, respectivamente. Juntos, se adentran en este aciago periodo de la vida del Caballero Oscuro, revisitando un mítico instante cuya versión original data de 1939 (Detective Comics núm. 33 USA) para explicar el comportamiento de “un chico traumatizado y definido por su enorme pérdida, obsesionado por encontrar las respuestas que la expliquen”.
Hurwitz no duda en calificar dicho cómic como uno de sus preferidos, entre cuantos ha escrito; de ahí que, cuando se le presentó la oportunidad de encargarse del guión de Detective Comics núm. 0 USA, no dudó en aceptar la propuesta: “Hace tiempo que quería trabajar con Tony Daniel, y teniendo en cuenta lo ocupado que está escribiendo y dibujando tantos proyectos, pensamos que podría ser divertido que le echara una mano encargándome del guion”. Dicho y hecho, ambos autores se pusieron manos a la obra para construir una historia centrada en el proceso de entrenamiento de Bruce Wayne en tierras orientales, durante el cual no solo tuvo que poner a prueba los límites de sus capacidades físicas, sino también elegir entre dos mundos, aparentemente incompatibles: el de un joven adinerado, con toda la vida por delante para superar las cicatrices emocionales creadas por la culpa y la pérdida; y el de quien consagra su existencia al cumplimiento de una misión, sin importar el precio a pagar... Un relato de iniciación y crecimiento personal, cuya contrapartida conocemos a través de la historia de complemento obra de James Tynion IV y Henrik Jonsson, respuesta a un interrogante que hasta ahora no había recibido contestación: ¿Cómo vivió el leal Alfred Pennyworth la ausencia del único superviviente de la Familia Wayne?
Completa el presente volumen un Batman núm. 0 USA encargado de cerrar el círculo: si los cómics anteriormente comentados abordan la asimilación de la pérdida y el proceso de formación de Bruce Wayne, este presta atención a los primeros pasos de su carrera superheroica. Un número que, firmado por el equipo creativo regular de la colección –los aclamados Scott Snyder y Greg Capullo–, parece estar ambientado en las sombras de Batman: Año Uno, el clásico de Frank Miller y David Mazzucchelli: “La estructura de Año Uno, que salta de mes en mes, dejaba cierto espacio para jugar con los periodos intermedios de tiempo sin necesidad de volver sobre lo ya contado. Así que pensé en esta historia centrada en el regreso de Bruce a Gotham, un tanto inseguro, pero también arrogante”. Nuevamente, Snyder echa mano de la rica historia del Hombre Murciélago, dirigiendo su mirada hacia la primera encarnación de Capucha Roja (Detective Comics núm. 168 USA, 1951); todo un clásico que, a la luz del desenlace de esta historia, muy probablemente será retomado en el futuro.
James Tynion IV y Andy Clarke se encargan de cerrar este volumen con una nueva historia que amplía el alcance de Batman: Año Cero, hasta convertirlo en un completo relato del origen de un mito cuya influencia resultará decisiva para mantener viva una esperanza: la de cambiar el cruento rostro de Gotham City, honrando así la memoria de dos vidas segadas antes de tiempo, cuya ausencia se convirtió en la materia emocional con la que se forjó la leyenda del Caballero Oscuro.
David Fernández
Artículo publicado originalmente en las páginas de Batman: Año cero. Previa de la obra (portada y cinco páginas interiores), en este enlace.
Sin embargo, el caso que nos ocupa presenta ciertas peculiaridades: debido a la etapa de largo recorrido escrita por Grant Morrison, la franquicia que gira en torno a Batman se hallaba inmersa en un proceso de efervescencia creativa, que arrojó como resultado notables líneas argumentales y una enriquecedora evolución en la caracterización de enemigos y aliados del Hombre Murciélago. De ahí que, llegado el momento de renumerar sus colecciones, los cambios fueran menos drásticos, respetando en buena medida el trabajo realizado por el guionista escocés y planteando un acercamiento in media res a su particular biografía: la de un un héroe ya maduro y experimentado.
Ello no obsta para que, en su condición de sucesor de Morrison como “arquitecto” de la Gotham City contemporánea, Scott Snyder esté introduciendo cambios de forma paulatina. Alimentándose de la historia pasada del personaje, sí; pero aprovechando la oportunidad que se le brinda, también, para añadir matices de cosecha propia en connivencia con el equipo de guionistas responsable de otras series regulares relacionadas. En ese sentido, resultó especialmente oportuna la iniciativa impulsada por la editorial para celebrar el primer aniversario del Nuevo Universo DC: publicar números cero de diferentes colecciones que, en palabras del Editor Jefe Bob Harras, sirvieran para “narrar los orígenes de personajes y supergrupos, o rellenar los huecos en blanco relacionados con preguntas que los lectores se hayan podido plantear al respecto”. Más allá de las historias de complemento publicadas originalmente en Batman núm. 9 a 11 USA –que recibieron tratamiento individualizado en este artículo–, ese es el material recopilado en Batman: Año Cero: las entregas de Batman: El Caballero Oscuro, Detective Comics y Batman que lucieron dicho guarismo en su edición norteamericana, invirtiendo sus respectivas páginas en la exploración de diferentes aspectos relativos a las motivaciones, la formación y los primeros pasos de Batman y buena parte de sus aliados en su sempiterna cruzada contra el crimen.
Analizando los nombres que forman parte del equipo creativo responsable de estos especiales, destaca el de Gregg Hurwitz, novelista norteamericano de importancia creciente en el universo de ficción del Cruzado de la Capa: guionista de Batman: Pingüino, dolor y prejuicio –interesante aproximación a la figura de Oswald Cobblepot–, también escribió los guiones de Batman: El Caballero Oscuro – Ciclo de violencia. Una colección que retoma coincidiendo con el “Mes Cero” de DC Comics, dispuesto a arrojar luz sobre el periodo de duelo afrontado por una jovencísima versión de nuestro protagonista: “Quería contar la historia que hay más allá de lo sucedido en aquel callejón, a la salida del cine. Mostrar, finalmente, quién es Joe Chill, qué misterio oculta y cómo redefinió la visión del mundo de Bruce Wayne”. En su empeño, cuenta con la colaboración de Mico Suayan –talento emergente natural de Filipinas– y de los españoles Juan José Ryp y Vicente Cifuentes, dibujante y entintador, respectivamente. Juntos, se adentran en este aciago periodo de la vida del Caballero Oscuro, revisitando un mítico instante cuya versión original data de 1939 (Detective Comics núm. 33 USA) para explicar el comportamiento de “un chico traumatizado y definido por su enorme pérdida, obsesionado por encontrar las respuestas que la expliquen”.
Hurwitz no duda en calificar dicho cómic como uno de sus preferidos, entre cuantos ha escrito; de ahí que, cuando se le presentó la oportunidad de encargarse del guión de Detective Comics núm. 0 USA, no dudó en aceptar la propuesta: “Hace tiempo que quería trabajar con Tony Daniel, y teniendo en cuenta lo ocupado que está escribiendo y dibujando tantos proyectos, pensamos que podría ser divertido que le echara una mano encargándome del guion”. Dicho y hecho, ambos autores se pusieron manos a la obra para construir una historia centrada en el proceso de entrenamiento de Bruce Wayne en tierras orientales, durante el cual no solo tuvo que poner a prueba los límites de sus capacidades físicas, sino también elegir entre dos mundos, aparentemente incompatibles: el de un joven adinerado, con toda la vida por delante para superar las cicatrices emocionales creadas por la culpa y la pérdida; y el de quien consagra su existencia al cumplimiento de una misión, sin importar el precio a pagar... Un relato de iniciación y crecimiento personal, cuya contrapartida conocemos a través de la historia de complemento obra de James Tynion IV y Henrik Jonsson, respuesta a un interrogante que hasta ahora no había recibido contestación: ¿Cómo vivió el leal Alfred Pennyworth la ausencia del único superviviente de la Familia Wayne?
Completa el presente volumen un Batman núm. 0 USA encargado de cerrar el círculo: si los cómics anteriormente comentados abordan la asimilación de la pérdida y el proceso de formación de Bruce Wayne, este presta atención a los primeros pasos de su carrera superheroica. Un número que, firmado por el equipo creativo regular de la colección –los aclamados Scott Snyder y Greg Capullo–, parece estar ambientado en las sombras de Batman: Año Uno, el clásico de Frank Miller y David Mazzucchelli: “La estructura de Año Uno, que salta de mes en mes, dejaba cierto espacio para jugar con los periodos intermedios de tiempo sin necesidad de volver sobre lo ya contado. Así que pensé en esta historia centrada en el regreso de Bruce a Gotham, un tanto inseguro, pero también arrogante”. Nuevamente, Snyder echa mano de la rica historia del Hombre Murciélago, dirigiendo su mirada hacia la primera encarnación de Capucha Roja (Detective Comics núm. 168 USA, 1951); todo un clásico que, a la luz del desenlace de esta historia, muy probablemente será retomado en el futuro.
James Tynion IV y Andy Clarke se encargan de cerrar este volumen con una nueva historia que amplía el alcance de Batman: Año Cero, hasta convertirlo en un completo relato del origen de un mito cuya influencia resultará decisiva para mantener viva una esperanza: la de cambiar el cruento rostro de Gotham City, honrando así la memoria de dos vidas segadas antes de tiempo, cuya ausencia se convirtió en la materia emocional con la que se forjó la leyenda del Caballero Oscuro.
David Fernández
Artículo publicado originalmente en las páginas de Batman: Año cero. Previa de la obra (portada y cinco páginas interiores), en este enlace.