La historia de Billy Batson, alias Shazam, nos ha acompañado en esta serie desde hace ya más de un año. Aunque por lo general haya sido el complemento de las aventuras principales de la Liga de la Justicia, en esta ocasión la trama acapara todo el protagonismo para que Geoff Johns y Gary Frank dispongan del espacio necesario para narrar un clímax a la altura de las circunstancias. No en vano, se trata de la batalla final entre nuestro protagonista y Black Adam, el hombre que anhela sus poderes.
Pero en el espectacular combate que transcurre en este cuaderno entran en juego más elementos. Entre ellos se encuentran los “hermanos” de Billy, esto es, Freddy, Mary y compañía. Pero la importancia de esa familia de la que habla la misteriosa Francesca transciende las páginas del cómic y se convierte en toda una referencia a la historia de Shazam anterior al Nuevo Universo DC. En otros tiempos, Billy, que respondía al nombre de Capitán Marvel, contaba con un nutrido grupo de ayudantes que conformaban la que fuera primera familia superheroica del cómic de superhéroes.
No en vano, su existencia se remonta a principios de los años cuarenta, cuando tantas Billy Batson era el principal activo de Fawcett Comics y vendía una cantidad de ejemplares mensuales impensable en la actualidad. Así, a medida que sus colecciones proliferaban, los diferentes autores que se ocupaban de ellas incorporaron a nuevos personajes con los que cubrir páginas de historieta. Así, en 1941 apareció el Capitán Marvel Jr., esto es, Freddy Freeman, el muchacho con problemas de movilidad que en el nUDC ejerce de pícaro oficial de su instituto. Un año después, llegó Mary Marvel, entonces la hermana perdida de Billy, la primera versión femenina de un personaje de postín, ya que era muy anterior a las mismísimas Batwoman y Supergirl. El núcleo de la Familia Marvel se amplió con personajes de todo tipo, por lo general sencillos y afables, como cierto tigre que ya nos resulta familiar a estas alturas.
La desaparición del Capitán Marvel, su posterior retorno ya como propiedad de DC y las subsiguientes revisiones de sus orígenes afectaron también a los aliados de Batson, que aparecían o desaparecían según encarnaciones como la ideada por Jerry Ordway, guionista y dibujante que nos ofreció en los años noventa una de las mejores épocas de estos personajes. Y lo logró, precisamente, incorporando a toda la corte de Batson que otros autores habían descartado por considerar que infantilizaban sus andanzas.
Entre estos últimos, evidentemente, no se encuentran Johns y Frank. Los compañeros de casa de Shazam han tenido gran protagonismo casi desde el principio, y algunos ya se han ganado el cariño de unos lectores que seguro que celebrarán los hechos de este cuaderno, cuando los huérfanos se vuelven más familia que nunca. Y teniendo en cuenta que seguiremos viendo a Shazam en la inminente La guerra de la Trinidad y más allá, es muy probable que sigamos disfrutando de su presencia.

Fran San Rafael
Artículo originalmente publicado en las páginas de Liga de la Justicia núm. 20.
Pero en el espectacular combate que transcurre en este cuaderno entran en juego más elementos. Entre ellos se encuentran los “hermanos” de Billy, esto es, Freddy, Mary y compañía. Pero la importancia de esa familia de la que habla la misteriosa Francesca transciende las páginas del cómic y se convierte en toda una referencia a la historia de Shazam anterior al Nuevo Universo DC. En otros tiempos, Billy, que respondía al nombre de Capitán Marvel, contaba con un nutrido grupo de ayudantes que conformaban la que fuera primera familia superheroica del cómic de superhéroes.
No en vano, su existencia se remonta a principios de los años cuarenta, cuando tantas Billy Batson era el principal activo de Fawcett Comics y vendía una cantidad de ejemplares mensuales impensable en la actualidad. Así, a medida que sus colecciones proliferaban, los diferentes autores que se ocupaban de ellas incorporaron a nuevos personajes con los que cubrir páginas de historieta. Así, en 1941 apareció el Capitán Marvel Jr., esto es, Freddy Freeman, el muchacho con problemas de movilidad que en el nUDC ejerce de pícaro oficial de su instituto. Un año después, llegó Mary Marvel, entonces la hermana perdida de Billy, la primera versión femenina de un personaje de postín, ya que era muy anterior a las mismísimas Batwoman y Supergirl. El núcleo de la Familia Marvel se amplió con personajes de todo tipo, por lo general sencillos y afables, como cierto tigre que ya nos resulta familiar a estas alturas.
La desaparición del Capitán Marvel, su posterior retorno ya como propiedad de DC y las subsiguientes revisiones de sus orígenes afectaron también a los aliados de Batson, que aparecían o desaparecían según encarnaciones como la ideada por Jerry Ordway, guionista y dibujante que nos ofreció en los años noventa una de las mejores épocas de estos personajes. Y lo logró, precisamente, incorporando a toda la corte de Batson que otros autores habían descartado por considerar que infantilizaban sus andanzas.
Entre estos últimos, evidentemente, no se encuentran Johns y Frank. Los compañeros de casa de Shazam han tenido gran protagonismo casi desde el principio, y algunos ya se han ganado el cariño de unos lectores que seguro que celebrarán los hechos de este cuaderno, cuando los huérfanos se vuelven más familia que nunca. Y teniendo en cuenta que seguiremos viendo a Shazam en la inminente La guerra de la Trinidad y más allá, es muy probable que sigamos disfrutando de su presencia.

Fran San Rafael
Artículo originalmente publicado en las páginas de Liga de la Justicia núm. 20.