Eccediciones
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Kara y Helena

Corría el año 1961 cuando, en las páginas de The Flash núm. 123, se publicó “El Flash de dos mundos”, una historia de apenas 18 páginas que marcaría el Universo DC para siempre. Realizado por Gardner Fox y Carmine Infantino, bien supervisados por el editor Julius Schwartz, el relato contaba cómo Barry Allen, el Velocista Escarlata de la época, viajaba por accidente a otra dimensión donde conocía a su homónimo de la Edad de Oro. Dicho mundo se llamaba Tierra 2, y fue el recurso empleado por la editorial para rescatar a sus personajes originales, aquellos que habían caído en el olvido a principios de los años cincuenta.

Así, la Sociedad de la Justicia de América y sus muchos miembros no tardaron en regresar ocasionalmente para vivir aventuras con los héroes que protagonizaban los cómics de la casa. No obstante, los Flash, Green Lantern, Hawkman, Superman y demás que habían inaugurado el género superheroico no contaban con su propia serie, cosa que cambió en 1976, año en que resucitó la cabecera All-Star Comics como parte de un proyecto en expansión que terminaría siendo un fracaso estrepitoso, pero eso ya es otra historia. En la primera aventura, el guionista Gerry Conway y el dibujante Ric Estrada no se conformaron con la formación habitual de la JSA, a la que añadieron a tres personajes mucho más jóvenes que servirían para atraer a un público más amplio y menos nostálgico. Dos de ellos, Robin y Star-Spangled Kid, ya eran de sobra conocidos; no obstante, la tercera era una recién llegada. Se trataba de Power Girl, versión de la Supergirl de Tierra 1 que, igual que esta, era la prima del Superman de su mundo. Kara Zor-L era tan poderosa como su pariente, pero se alejaba de la Chica de Acero habitual por su exuberancia y por ser mucho menos ingenua. Arropada y protegida por Clark Kent y Lois Lane, la muchacha se había criado según las costumbres de Krypton gracias a la nave que la había sacado del malogrado planeta y, aunque al principio le costara adaptarse a un nuevo hogar al que llegó cuando ya tenía cierta edad, terminó integrándose y adquiriendo una identidad secreta, la de Karen Starr, programadora informática.

La cancelación de All-Star Comics volvió a relegar a la JSA, incluida Power Girl, a un papel secundario. No obstante, la joven adquirió un papel más destacado después de Crisis en Tierras Infinitas, cuando se convirtió en una mujer aún más decidida y aguerrida que, por desgracia, también era una contradicción andante. Y es que, después del evento, las aventuras de Superman empezaron desde cero de la mano de John Byrne, como podemos ver en El Hombre de Acero, y una de las condiciones impuestas por el autor consistió en que Kal-El fuera el único kryptoniano que seguía con vida tras la destrucción de su mundo. Si a esto sumamos que Tierra 2 no existía ni había existido nunca tras la fusión de todas las tierras alternativas, Kara quedó en una tierra de nadie que desembocaría en una una remodelación considerable vista en Secret Origins núm. 11 (1987), obra de Paul Kupperberg y Mary Whilsire. En aquella historia, se estableció que su parentesco con Superman había sido fruto de una confusión y que su origen, en realidad, se remontaba a la mítica Atlantis, la nación donde había vivido su abuelo, el hechicero Arión, que la había enviado al futuro para protegerla de un mago malvado.

Con aquellas raíces alteradas, que pasaban de ser alienígenas a sobrenaturales, Power Girl ingresó en la Liga de la Justicia Internacional, donde destacó por su mal humor y por... su gato. El animalito adquirió casi tanto protagonismo como su dueña, que tras la marcha del guionista Keith Giffen sufriría todo tipo de penurias, incluido un embarazo exprés. Terminadas las aventuras de aquella Liga tan peculiar, Kara retomó un papel secundario con que la vimos aquí y allá, como en las andanzas de las Aves de Presa, grupo extraoficial del que nunca tuvo buen recuerdo tras un grave incidente en un barco repleto de rehenes.

La incorporación de Geoff Johns a la plantilla de guionistas de DC supuso un soplo de aire fresco para ella. No solo ingresó de nuevo en la JSA, sino que, además, en 2005 recuperó sus raíces kryptonianas, primero en la serie JSA Clasificado y, después, en Crisis Infinita, donde se reencontró con su primo y con la Lois Lane de la Tierra 2 original. Terminada la trama, Kara volvió a ser la única superviviente de un mundo difunto, lo cual la dejó bastante descolocada. Fue en aquella situación en la que se inauguró su primera serie mensual, obra de Justin Gray, Jimmy Palmiotti y Amanda Conner. El tono humorístico encajaba a la perfección con la personalidad de la protagonista y recordaba a los mejores tiempos de la JLI y, en ella, Kara creó su propia multinacional, se rodeó de un nutrido cartel de secundarios y se enfrentó a amenazas tan graves como la del Ultra-Humanita, uno de los peores enemigos de su primo.

Como toda exiliada, Power Girl echaba de menos a muchas personas, y una de ellas era su amiga Helena Wayne, más conocida como la Cazadora. Este personaje debutó un año después que Kara, en 1977, en dos cómics realizados por Paul Levitz y Joe Staton que se publicaron el mismo mes. Por una parte, DC Super Stars núm. 17 narró su origen. Por otra, All-Star Comics núm. 69 supuso su presentación oficial ante la JSA, grupo en que ingresaría de inmediato. Helena era la hija de Batman y Catwoman en aquella dimensión alternativa, y, como tal, se había criado en un ambiente privilegiado que le había permitido formarse en combate y también como abogada. De hecho, terminó siendo socia del bufete regentado por Dick Grayson, alias Robin, al que consideraba poco menos que un hermano mayor. Tan plácida vida tocó a su fin cuando Silky Cernac, un antiguo esbirro de la retirada Catwoman, la chantajeó para que volviera a las andadas. Selina terminó muriendo en trágicas circunstancias, tras lo cual su hija se confeccionó un uniforme que aunaba elementos de los que lucieron en su día sus dos progenitores. Y después de llevar ante la justicia a Cernak con su ya inseparable ballesta, decidió seguir luchando contra el crimen con la identidad de Cazadora. Como todo personaje relacionado con Batman, adquirió cierta popularidad que, si bien no bastó para merecer una colección regular, sí fue suficiente para que protagonizara diversos seriales de complemento en cabeceras como Batman Family o, de forma un poco más forzada, Wonder Woman.

Mientras tanto, en el seno de la JSA, Kara y Helena se hicieron amigas de inmediato, ya que tenían más o menos la misma edad y compartían aventuras con héroes mucho mayores cuyo criterio, en ocasiones, no era tan abierto como el suyo, cosa que se puso de manifiesto durante la saga fundacional del grupo juvenil Infinity Inc. Y todavía se unieron más cuando Batman murió, con lo cual ambas eran huérfanas que buscaban un lugar en el mundo. Sin embargo, una vez más, Crisis en Tierras Infinitas lo cambió todo. Power Girl, como ya hemos visto, siguió presente en el Universo DC con un origen distinto, pero la Cazadora, directamente, desapareció del mapa. En los cómics de la época, no había cabida para una posible hija de Batman y Catwoman, así que la idea se desechó. No obstante, sí existió una enmascarada llamada Cazadora que luchaba contra el crimen en Gotham City aunque no tuviera nada que ver con el personaje de Tierra 2 más allá del nombre de pila.

Helena Bertinelli, pues aquel era su nuevo apellido, era la única superviviente de una familia de mafiosos exterminada por sus rivales, de ahí que ella, ya adulta, decidiera convertirse en el azote de los bajos fondos. Los expeditivos métodos que mostró, por ejemplo, en su serie regular, hicieron que Batman la rechazara como aliada en múltiples ocasiones, y la relación que mantenían nunca terminó de ser fluida. No ocurría lo mismo con otros miembros de la “familia” como el Robin Tim Drake, uno de los mejores amigos de aquella Cazadora. Su redención empezó a gestarse en las páginas de JLA durante la célebre etapa de Grant Morrison, y continuaría de la mano de Gail Simone en Birds of Prey, donde compartió aventuras con Barbara Gordon, la Batgirl original, que decidió darle un voto de confianza.

Y mientras Bertinelli vivía todo tipo de aventuras, nada se supo de Helena Wayne hasta que, con la llegada de Crisis Infinita, se estableció que Tierra 2 sí había existido. Con aquel nuevo cambio, Power Girl sí había tenido una mejor amiga a la que echaba mucho de menos, e incluso ambas protagonizaron una aventura retroactiva publicada en Superman/Batman que contó con dibujos de Kevin Maguire, uno de los artistas que se ocupan del volumen que tienes entre manos. No obstante, en 2011, el Nuevo Universo DC volvió a dejar en el aire la existencia (y el origen) de estas dos mujeres de armas tomar. Por suerte para sus muchos seguidores, Karen Starr no tardó en aparecer en las páginas de Mr. Terrific, una de las primeras colecciones del relanzamiento que fueron víctimas de la cancelación, donde la joven mantenía una relación esporádica con el protagonista. Por su parte, la Cazadora seguía siendo Helena Bertinelli en la miniserie escrita por Paul Levitz y dibujada por Marcus To que apareció en Estados Unidos poco antes de la aventura que acabamos de leer.

Pero la sorpresa sería mayúscula cuando DC Entertainment anunció en 2012 una segunda oleada de títulos ambientados en el Nuevo Universo DC. Dos de ellos estarían relacionados con una Tierra 2 contemporánea, una pizarra en blanco que, como la original, serviría para recuperar a personajes como Jay Garrick o Alan Scott. Y de aquella serie, Tierra 2, que empieza a publicar este mismo mes ECC Ediciones, surgía otra titulada Las mejores del mundo donde volverían Power Girl y la Cazadora tal como habían sido al principio, esto es, la una como prima de Superman y la otra como hija de Batman. Eso sí, sus aventuras transcurrirían en el nUDC convencional, el mismo donde vivían la Liga de la Justicia y compañía.

¿Y cómo encajaba el planteamiento con lo que había estado ocurriendo? ¿Por qué habían abandonado su Tierra 2 natal? ¿A qué se debe que la Cazadora se hiciera llamar “Bertinelli” y no “Wayne” en la mencionada miniserie? La respuesta la tenemos en las primeras páginas de esta entrega, donde todo queda claro y dispuesto para que vivamos una aventura apasionante al lado de estas dos mujeres. Y nuestros maestros de ceremonias son tres autores de renombre que, por qué no decirlo, merecen el apelativo de “leyendas del cómic”. El primero es el propio Paul Levitz, cocreador de Helena Wayne en los años setenta y máximo artífice del éxito experimentado por la Legión de Superhéroes una década después (y también actualmente, ya que vuelve a ocuparse de las andanzas de los campeones del siglo XXXI). Los dibujantes elegidos son tan magistrales como distintos, de ahí que se ocupen de tramas separadas para que el cambio no sea excesivamente brusco. Las aventuras ambientadas en el presente corren a cargo de George Pérez, autor que no necesita presentación para los seguidores del cómic estadounidense tras su paso por Nuevos Titanes, Justice League of America, The Brave and the Bold, Wonder Woman y tantas otras. Por su parte, Kevin Maguire, un auténtico genio de la expresión facial que nos deslumbró con la primera encarnación de la JLI, se ocupa de las páginas que transcurren en el pasado, en las que se explica cómo fue la transición de Tierra 2 al nuevo hogar de nuestras protagonistas.

En resumen, Las mejores del mundo, la nueva colección de ECC Ediciones, supone una oportunidad única para volver a ver en acción a dos personajes clásicos que, como tantos otros, han sufrido cambios considerables que abren las puertas a los nuevos lectores ávidos de más personajes de este fascinante universo de ficción. Y quienes ya conocieran a Helena y a Kara seguro que reconocerán en estas páginas el que siempre ha sido su rasgo más característico: que son dos amigas que se apoyan a muerte por difíciles que sean las circunstancias y los enemigos que deben combatir.

Fran San Rafael