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JLA: Tierra 2

Durante el periodo de tiempo comprendido entre los años 1997 y 2000, el guionista Grant Morrison centró buena parte de sus esfuerzos creativos en una titánica tarea: el relanzamiento de la colección JLA, que abordó como consecuencia de su deseo de explorar el Universo DC en toda su amplitud. En su empeño, contó con la complicidad del editor Ruben Diaz para recuperar la alineación original del supergrupo —“un panteón de divinidades Pop Art”, en palabras del escocés—, y con el desempeño del dibujante Howard Porter, junto al cual reinterpretó “mitos de ciencia ficción en forma de cómic, sin adornos ni adulteraciones, que devolvieran a los superhéroes el respeto y la dignidad de los que habían sido despojados durante una década de ‘realismo’ y duras críticas”. Ni que decir tiene que triunfaron en su empeño. Pero lo que ahora centra nuestra atención es un proyecto muy especial que el guionista ideó a modo de coda de su etapa al frente de la Liga de la Justicia de América: nos referimos a la novela gráfica JLA: Tierra 2, originalmente publicada en el año 2000.

Coincidiendo con el inicio del nuevo siglo, Morrison decidió echar un vistazo al glorioso pasado de la editorial, encontrando su fuente de inspiración para este proyecto en una historia clásica obra de Gardner Fox y Mike Sekowsky: Crisis en Tierra-Tres, serializada en Justice League of America núms. 29 y 30 (1964). Dicho relato narraba el enfrentamiento entre la Liga y el Sindicato del Crimen de América, grupo de malhechores procedente de una realidad alternativa en la que reinaban las fuerzas del mal. Así, este juego de espejos ofreció a los lectores la posibilidad de asistir al enfrentamiento entre los superhéroes más populares de DC y unos antagonistas que representaban la perturbadora perversión de las motivaciones y la moralidad de los héroes. Como resultado, uno de los puntos álgidos de la Edad de Plata del cómic americano.

Más que actualizar dicha historia, Morrison optó por relatar una nueva aventura protagonizada por los mismos personajes, obviando enfrentamientos anteriores entre ambos grupos: “Decidí simplificar las cosas, de modo que pudiera contar mi historia sin necesidad de cargar con toneladas de equipaje en forma de continuidad. El escenario es el siguiente: el Sindicato del Crimen vive en la Tierra de Antimateria. Formaron el grupo al mismo tiempo que la JLA y han experimentado cambios similares. Nunca se han enfrentado antes, de modo que ésta es la historia de su primer encuentro. Todo lo que necesitáis saber está en este libro”. ¿Y qué podremos encontrar en el universo alternativo ? Básicamente, una inversión de los valores predominantes en el Universo DC: “Los habitantes de la Tierra de Antimateria viven en un mundo dominado por las mentiras, la codicia y la hipocresía, donde el vicio y la corrupción son un modo de vida y los malos siempre ganan. El mal es recompensado, la crueldad celebrada y la gente vive aterrorizada por sus superiores: desde las mafias locales, hasta la policía corrupta, los periodistas comprados, el Ayuntamiento y, en la cúspide de la pirámide, el Sindicato del Crimen de Amérika”. Supervillanos que, como comprobarán los lectores, cuentan con orígenes reversos inspirados en los de los personajes que conocemos.

Sin duda, una propuesta tremendamente atractiva, redondeada por la aportación de uno de los dibujantes más talentosos del medio. Entre los lectores de ECC Ediciones es sobradamente conocida la especial química que comparte Morrison con su compatriota Frank Quitely, tal y como acreditan diferentes títulos de nuestro catálogo como Flex Mentallo, We3, All Star Superman o Batman y Robin. Así que podrán presuponer el nivel que vuelve a alcanzar esta sinergia. Las páginas de este tomo hablan por sí solas; pero la nueva edición disponible desde el pasado 31 de diciembre contiene hasta ¡44 páginas! de extras que atestiguan las peculiaridades de su proceso creativo: páginas de guion, bocetos, diseño de personajes, anotaciones, planificación de páginas y biografías. La oportunidad perfecta para volver a disfrutar de esta obra, contando con material de complemento que permite su apreciación desde una nueva perspectiva.

David Fernández