Eccediciones

JLA: La nueva frontera. Introducción

Entonces, los héroes recorrían la Tierra. Era una época más simple, y todos los niños de mi generación sabían cómo se llamaban dichos héroes. Hacíamos laboriosamente figuritas con plástico y un pegamento que aún no era perjudicial, todo a mano. Teníamos dibujos suyos en las paredes de nuestro cuarto. Era el momento en que el hombre había roto las ataduras de nuestro eterno hogar de este mundo y había surcado el cielo y el espacio como los dioses. A partir del vuelo del X15, lo imposible se hizo realidad.

La imaginación también era rica. La televisión, el medio de comunicación nuevo, unía los rincones más remotos del planeta, y los medios antiguos sentían la necesidad de darle la réplica. En el caso de los cómics, fue una época de experimentación tanto con el concepto de héroe como con lo que parecían miles de entornos donde ejercer el heroísmo. Los guionistas de DC colocaban a los hombres en peligro en toda situación posible: la guerra, la paz, la delincuencia, el espacio, el tiempo, el cielo o bajo el mar, e incluso había combinaciones im­probables como una isla donde los dinosaurios habían sobrevivido y se enfrentaban a los soldados del siglo XX.

Está claro que dicho mundo fue el de la infancia de Darwyn Cooke, que, ya de adulto y con un dominio de la narración y el dibujo que había curtido en el arte de la animación, decidió regresar a las iconografías gemelas de su juventud para combinarlas. La Nueva Frontera se ubica con firmeza en Estados Unidos justo cuando los años cincuenta dan paso a los sesenta, y aglutina los cambios sufridos por la cultura del país con los relatos vistos en nuestros cómics de una forma que resultaba imposible en aquel momento. Los guionistas y dibujantes de aquellos años veían los cambios como sucesos actuales que iban y venían, no como una pauta clara que emergía de la perspectiva de la historia. E incluso quienes quisieron formar parte de aquel cambio cultural (y dentro del mundo del cómic hay muchos ejemplos) tenían miedo a hablar con libertad en un momento en que la caza de brujas era el pasatiempo nacional y los cómics presentaban cica­trices por culpa de pinceladas finas cubiertas de brea y de plumas.

Así pues, Darwyn decidió retomar dicho mundo con las libertades del siglo XXI y contar un relato ambientado a mediados del anterior.

La primera libertad que ejerció fue la de cruzar las barreras invisibles que dividían con rigidez los cómics en aquella época: los austeros muros de los despachos de las editoriales que, a me­nudo, eran cárceles tanto para los personajes como para los auto­res. En los cómics de DC de 1960, resultaba inconcebible que los cómics bélicos de Bob Kanigher se toparan con los superhéroes que conformaban la Liga de la Justicia o que existieran en el mis­mo mundo que los Blackhawks. Dicho enfoque conllevaba ciertas ventajas creativas. No era necesario elaborar razones complejas en todas las historias para explicar por qué no acudía otro héroe a ayudar al protagonista a resolver un problema. Además, la nece­sidad de narrar un relato tras otro ambientado en el mundo ficticio de un solo personaje impulsaba a los guionistas a inventar repartos de villanos y secundarios más ricos que hoy en día. Darwyn vol­vió al comienzo y estructuró una historia que permitió combinar a los héroes y a sus respectivos repartos y abordar cuáles habrían sido sus puntos en común. El resultado del ejercicio es fascinante.

La segunda libertad que ejerció fue la de volver a contar historias sin sentirse atado a la forma en que se narraron por primera vez. Los últimos años han abierto el medio serializado a versiones alternati­vas de los orígenes de los personajes o de sus aventuras canónicas de formas que rehuía una generación de lectores convertidos en guionistas (como yo, por ejemplo). En el caso de La Nueva Fronte­ra, esto fue un lubricante crucial que permitió mezclar la mitología de los personajes así como crear temas comunes de suma importancia.

Y la última libertad fue la capacidad actual de introducir temas del mundo real en los universos ficticios de nuestros personajes. La Nueva Frontera aborda de forma ligera los grandes dilemas del período a medida que pasa de McCarthy a Kennedy, con to­ques de habilidad que conducen el relato a un escenario inmen­so donde resuenan los desafíos a los que plantábamos cara. Es un don muy especial que tienen los cómics, el de trascender el espacio y el tiempo, el de aunar realidad y ficción a la perfec­ción. Y Darwyn lo hace especialmente bien. Toda perla aporta un momento arquetípico y establece un escenario que los lectores pueden rellenar con lo que saben de la época… o pasar página rápidamente si no posee dicho conocimiento. A veces, esos ele­mentos son aportaciones duraderas a los mitos de nuestros perso­najes. Yo mismo sonreí al detectar el eco de una historia que escri­bí hace más de 25 años, una escena que aludía a la disolución de la Sociedad de la Justicia por culpa de una investigación del Congreso. Cuando añadí aquello a la historia de nuestros perso­najes dos décadas después de que, en teoría, hubiera sucedido, no esperaba encontrarme con que se utilizara tantos años después.

Sospecho que Darwyn tampoco sabe que su obra aparecerá en los relatos que cuenten otros narradores sobre nuestros héroes dentro de unos años. Tal vez sea un elemento visual, como la forma de moverse de Flash. O quizá se trate de una frase que encaja per­fectamente con algún personaje. Aquí hay muchas de esas, y solo el tiempo sabe qué perdurará. La historia de nuestros héroes es un mosaico tejido de forma intrincada por muchos autores a lo largo de diversas décadas, y con frecuencia, no sabemos qué series termina­rán siendo la piedra angular de algún elemento nuevo. No obstante, hubo un sabio que me dijo que los lectores detectan qué partes se añaden al mosaico con sinceridad. Y las que perduran son esas.

Así pues, regresa a una época de héroes para leer el re­lato que Darwyn Cooke necesitaba contar sobre cómo empe­zaron a recorrer la Tierra y la trascendieron. Y si no viviste aquella época, la vivirás a medida que pases las páginas...

Paul Levitz
2004

Artículo publicado en las primeras páginas de JLA: La nueva frontera ¡Ya a la venta!

Previa de JLA: La nueva frontera