Uno de los principales atractivos que tienen series como Injustice: Gods among us para los lectores más veteranos es que, en ellas, pueden ver situaciones que resultarían insólitas en el Universo DC convencional: la muerte de determinados personajes, la destrucción de Metropolis, el enfrentamiento abierto entre Aquaman y Superman (que no guerra entre Atlantis y la superficie, como hemos visto en recientes entregas de la colección del primero) y, este mismo mes, un enfrentamiento en Gotham City por el control del Asilo Arkham que va más allá de lo previsible en un héroe como el Hombre de Acero.
Es precisamente en este momento en que salta a la palestra Damian Wayne, más conocido como Robin, un personaje que ha resultado fundamental en la franquicia del Caballero Oscuro durante los últimos años. Como sabrán tanto nuevos como antiguos seguidores, son muchos los chavales que han portado el manto del Chico Maravilla, pero Damian tiene una característica única: ser hijo biológico de Bruce Wayne.
Aunque su existencia se insinuó en obras no necesariamente canónicas como Kingdom Come o Batman: Hijo del demonio, la creación del muchacho en sentido estricto se produjo en 2006 en la excelente saga Batman e hijo narrada por Grant Morrison y Andy Kubert. Ya entonces, el hijo de Batman y Talia al Ghul, heredera de uno de los peores enemigos del héroe, el ecoterrorista Ra’s al Ghul, demostró que sería un hueso duro de roer.
Criado por asesinos para ser precisamente eso, sus métodos distaban mucho de los de su padre, con quien no tuvo ocasión de relacionarse demasiado debido a los hechos de Batman R.I.P. No obstante, Damian pudo formarse como Robin bajo la supervisión de Dick Grayson, a quien vemos en Injustice: Gods Among Us en su papel actual y habitual de Nightwing. Juntos formaron un tándem de contrastes que resultó fascinante, pero estaba por ver cómo actuaría el recién llegado si se daba la ocasión de luchar al lado de su padre.
Esto sucedió con la llegada del Nuevo Universo DC en la colección Batman y Robin, que Peter J. Tomasi y Patrick Gleason han dedicado casi exclusivamente a mostrar las diferencias entre ambos personajes. Con enfrentamientos con diversos villanos como excusa, la relación paterno-filial se antojó compleja desde el principio por mucho que pusiera de su parte el Caballero Oscuro, para quien el asesinato es un acto inconcebible en un justiciero enmascarado. No obstante, la adversidad quiso que padre e hijo fueran acercando posturas y sentimientos poco a poco hasta que todo voló por los aires en el segundo número de Batman Inc., obra del propio Morrison y del dibujante Chris Burnham.
Pero ocurra lo que ocurra en otros lares, este cuaderno nos permite ver de primera mano cómo es Damian y hasta qué punto llega la diferencia de criterio que lo separa de su padre y del resto de la Batfamilia. Es una pena que, visto lo sucedido en el Asilo Arkham, su permanencia en esta colección quede en suspenso a la espera de los próximos acontecimientos.

Fran San Rafael
Es precisamente en este momento en que salta a la palestra Damian Wayne, más conocido como Robin, un personaje que ha resultado fundamental en la franquicia del Caballero Oscuro durante los últimos años. Como sabrán tanto nuevos como antiguos seguidores, son muchos los chavales que han portado el manto del Chico Maravilla, pero Damian tiene una característica única: ser hijo biológico de Bruce Wayne.
Aunque su existencia se insinuó en obras no necesariamente canónicas como Kingdom Come o Batman: Hijo del demonio, la creación del muchacho en sentido estricto se produjo en 2006 en la excelente saga Batman e hijo narrada por Grant Morrison y Andy Kubert. Ya entonces, el hijo de Batman y Talia al Ghul, heredera de uno de los peores enemigos del héroe, el ecoterrorista Ra’s al Ghul, demostró que sería un hueso duro de roer.
Criado por asesinos para ser precisamente eso, sus métodos distaban mucho de los de su padre, con quien no tuvo ocasión de relacionarse demasiado debido a los hechos de Batman R.I.P. No obstante, Damian pudo formarse como Robin bajo la supervisión de Dick Grayson, a quien vemos en Injustice: Gods Among Us en su papel actual y habitual de Nightwing. Juntos formaron un tándem de contrastes que resultó fascinante, pero estaba por ver cómo actuaría el recién llegado si se daba la ocasión de luchar al lado de su padre.
Esto sucedió con la llegada del Nuevo Universo DC en la colección Batman y Robin, que Peter J. Tomasi y Patrick Gleason han dedicado casi exclusivamente a mostrar las diferencias entre ambos personajes. Con enfrentamientos con diversos villanos como excusa, la relación paterno-filial se antojó compleja desde el principio por mucho que pusiera de su parte el Caballero Oscuro, para quien el asesinato es un acto inconcebible en un justiciero enmascarado. No obstante, la adversidad quiso que padre e hijo fueran acercando posturas y sentimientos poco a poco hasta que todo voló por los aires en el segundo número de Batman Inc., obra del propio Morrison y del dibujante Chris Burnham.
Pero ocurra lo que ocurra en otros lares, este cuaderno nos permite ver de primera mano cómo es Damian y hasta qué punto llega la diferencia de criterio que lo separa de su padre y del resto de la Batfamilia. Es una pena que, visto lo sucedido en el Asilo Arkham, su permanencia en esta colección quede en suspenso a la espera de los próximos acontecimientos.

Fran San Rafael