El debut de John Constantine tuvo lugar en las páginas de La Cosa del Pantano de Alan Moore en junio de 1985. Su presencia respondía a un pedido inusual de los dibujantes Steve Bissette y John Totleben: introducir en la serie a un personaje con el rostro del cantante Sting. Alan Moore satisfizo esta demanda superando con creces todas las expectativas. Desde la primera intervención, el cínico ocultista se robó todas las miradas. Y es que nacía armado con los atributos que lo distinguen hoy en día: cinismo, astucia, tabaquismo, gabardina y un halo de misterio. Los directivos de DC Comics aprovecharon esta súbita popularidad para lanzar al mercado un título mensual llamado Hellblazer donde el hechicero ejerció de protagonista durante 300 episodios (entre enero de 1988 y abril de 2013). Ahora, ECC recopila toda la colección en una serie de espléndidos volúmenes agrupados por autores.
Hellblazer fue el buque insignia de la línea Vertigo y se distinguió desde el principio por una sucesión de espléndidos guionistas (británicos, en su inmensa mayoría). Estos autores siguieron la pauta marcada por el escritor Jamie Delano, que ocupó el puesto de guionista por recomendación del mismísimo Alan Moore (amigo personal suyo). Durante 40 episodios, Delano sumergió a Constantine en el pozo negro del horror contemporáneo mientras ajustaba cuentas con las políticas liberales del gobierno de Margaret Thatcher. Su sucesor al frente de la serie —el irlandés Garth Ennis— acentuó el tono humorístico de la cabecera convirtiendo la grosería, la sátira y la irreverencia en ejes centrales de su estilo. El resultado fue una larga etapa que gozó de gran popularidad entre los aficionados y que se extendió a lo largo de casi 50 entregas (reunidas por ECC en tres volúmenes indispensables).
Paul Jenkins tomó el relevo de Ennis en 1994. Este guionista firmó una treintena de episodios que culminó en 1998 con una entrevista entre Constantine y el mismísimo Dios. En cambio, Warren Ellis se mostró más apegado a lo terrenal en una decena de relatos donde la ciudad de Londres actuaba como un personaje más. Esta etapa terminó de forma abrupta por la negativa de la editorial a publicar el polémico episodio Dispara. Pero si hubo un autor cuya estancia en Hellblazer estuvo marcada por la controversia, ese fue Brian Azzarello. El guionista de 100 balas radicó a Constantine en la geografía de Estados Unidos distanciando al personaje de la esfera de lo oculto y dividiendo con ello a la afición en bandos inconciliables de partidarios y detractores. Para hermanar a las dos hinchadas hubo que aguardar la llegada de Mike Carey en 2002.
El creador literario de Lucifer devolvió al mago a su país natal y le hizo pasar por un auténtico calvario durante 40 episodios. Sus reemplazos en el título —la novelista Denise Mina, primero, y el guionista Andy Diggle, después— se ocuparon de dos etapas relativamente cortas que desembocaron en los últimos 50 números de la serie, obra de Peter Milligan. El guionista de Liga de la Justicia Oscura se consagró al crepúsculo de Hellblazer, señalando el ocaso con dos sucesos impactantes...
Con 300 números a sus espaldas, Hellblazer es la cabecera más longeva de la línea Vertigo y, gracias a su brillante elenco de autores, una de las más prestigiosas. Descubre por qué en una recopilación imprescindible.
Jorge García
Artículo publicado originalmente en Hellblazer: Warren Ellis.
Hellblazer fue el buque insignia de la línea Vertigo y se distinguió desde el principio por una sucesión de espléndidos guionistas (británicos, en su inmensa mayoría). Estos autores siguieron la pauta marcada por el escritor Jamie Delano, que ocupó el puesto de guionista por recomendación del mismísimo Alan Moore (amigo personal suyo). Durante 40 episodios, Delano sumergió a Constantine en el pozo negro del horror contemporáneo mientras ajustaba cuentas con las políticas liberales del gobierno de Margaret Thatcher. Su sucesor al frente de la serie —el irlandés Garth Ennis— acentuó el tono humorístico de la cabecera convirtiendo la grosería, la sátira y la irreverencia en ejes centrales de su estilo. El resultado fue una larga etapa que gozó de gran popularidad entre los aficionados y que se extendió a lo largo de casi 50 entregas (reunidas por ECC en tres volúmenes indispensables).
Paul Jenkins tomó el relevo de Ennis en 1994. Este guionista firmó una treintena de episodios que culminó en 1998 con una entrevista entre Constantine y el mismísimo Dios. En cambio, Warren Ellis se mostró más apegado a lo terrenal en una decena de relatos donde la ciudad de Londres actuaba como un personaje más. Esta etapa terminó de forma abrupta por la negativa de la editorial a publicar el polémico episodio Dispara. Pero si hubo un autor cuya estancia en Hellblazer estuvo marcada por la controversia, ese fue Brian Azzarello. El guionista de 100 balas radicó a Constantine en la geografía de Estados Unidos distanciando al personaje de la esfera de lo oculto y dividiendo con ello a la afición en bandos inconciliables de partidarios y detractores. Para hermanar a las dos hinchadas hubo que aguardar la llegada de Mike Carey en 2002.
El creador literario de Lucifer devolvió al mago a su país natal y le hizo pasar por un auténtico calvario durante 40 episodios. Sus reemplazos en el título —la novelista Denise Mina, primero, y el guionista Andy Diggle, después— se ocuparon de dos etapas relativamente cortas que desembocaron en los últimos 50 números de la serie, obra de Peter Milligan. El guionista de Liga de la Justicia Oscura se consagró al crepúsculo de Hellblazer, señalando el ocaso con dos sucesos impactantes...
Con 300 números a sus espaldas, Hellblazer es la cabecera más longeva de la línea Vertigo y, gracias a su brillante elenco de autores, una de las más prestigiosas. Descubre por qué en una recopilación imprescindible.
Jorge García
Artículo publicado originalmente en Hellblazer: Warren Ellis.