Eccediciones
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Hacia una nueva dimensión

Tras la tempestad que supuso La muerte de la familia y el proceso de luto –todavía en curso– aprovechado para conferir mayor protagonismo a Harper Row, llega la calma previa a la saga más extensa de cuantas han desarrollado Scott Snyder y Greg Capullo hasta la fecha. Tiempo habrá para explayarse sobre la historia con la que los autores prometen reinterpretar los primeros años de actividad del Hombre Murciélago, dando continuidad, de paso, al especial recopilado en Batman: Año cero. Pero mientras tanto, es el momento de celebrar el regreso de Capullo a los lápices tras su brevísimo descanso, y de comentar el arco argumental en dos partes que comienza este mes.

Planteado a modo de pequeño interludio con el que tomar aire de cara a próximos acontecimientos, El hombre de ninguna parte nació como un intento por parte de Snyder de rendir tributo a Batman: La serie animada: aquella producción televisiva que durante la década de los 90 hizo las delicias de los seguidores del Mejor Detective del Mundo. Con dos ilustres de la talla de Bruce Timm y Paul Dini como grandes artífices, la aclamada serie y sus posteriores continuaciones (Las aventuras de Batman y Robin y Las nuevas aventuras de Batman) presentaban una estructura de episodios mayoritariamente autoconclusivos, que supo sacar todo el partido a la inagotable galería de villanos del Caballero Oscuro: El Joker, Dos Caras, el Pingüino, Mr. Frío, Ra’s al Ghul... Todos disfrutaron de su cuota de protagonismo, dando pie a algunas de las mejores historias que se recuerden en los 74 años de existencia de Bruce Wayne, su álter ego y el colorido elenco de secundarios que siempre acechan las inmediaciones de Gotham City.

Ante la posibilidad de homenajear tamaño referente, el guionista comenta lo siguiente: “Podría decirse que de algún modo se trata de mi intento de hacer un episodio de la serie de animación, que era realmente divertida y bombástica, a través de un par de números de misterio detectivesco”. Y así lo hace, echando mano en este capítulo de dos villanos hasta ahora poco utilizados en el Nuevo Universo DC; el primero de ellos es el Segador, personaje que a lo largo de las cuatro últimas décadas ha contado con diferentes encarnaciones, siendo la primera el Dr. Benjamin Gruener: creado por Denny O’Neil y Neal Adams (Batman núm. 237, 1971), era un ciudadano alemán criado en el seno de una familia judía, que durante su reclusión en un campo de concentración presenció la muerte de sus seres queridos a manos del Coronel Kurt Schloss. Tras sobrevivir al Holocausto, viajo a Estados Unidos en busca de venganza, asesinando a Schloss durante un desfile de Halloween; una rendición de cuentas que propició la intervención de Batman, terminando el enfrentamiento con la aparente muerte de Gruener al precipitarse al vacío desde las alturas de una presa. Decimos aparente porque 38 años más tarde fue rescatado del olvido por Tony Daniel (Batman núm. 692, 2009), estableciendo que había sido criogenizado y posteriormente reanimado por orden de Máscara Negra. El segundo Segador fue creado por Mike W. Barr y Alan Davis (Detective Comics núm. 575, 1987) para convertirlo en el gran antagonista de Batman: Año dos, donde se estableció la identidad del nuevo portador de la guadaña: Judson Caspian, ilustre gothamita que tras el asesinato de su esposa decidió llevar al extremo el concepto de vigilantismo, recurriendo incluso al asesinato de los malhechores. Finalizado un exilio temporal en tierras europeas, regresó a Gotham para retomar su tétrico manto, provocando la intervención de un preocupado Batman que propuso una tregua a los grandes capos criminales de la ciudad; una medida desesperada, que derivó en la colaboración del Hombre Murciélago con el más inesperado aliado: Joe Chill, responsable del asesinato de Thomas y Martha Wayne. Y para complicar aún más la situación, Barr señaló a la hija de Caspian, llamada Rachel, como interés romántico de Bruce. Un intrincado argumento, que finalizó con un nuevo enfrentamiento entre Batman y el Segador, corriendo este último una suerte similar a la de su predecesor.

Poco tardaron Barr y Davis en retomar al personaje a través de Batman: Círculo mortal (Batman: Full circle, 1991), un especial propiciatorio de la enésima vuelta de tuerca relacionada con este villano, que tuvo en Joseph Chill Jr. –efectivamente, el hijo de Joe Chill– a su tercera encarnación. Snyder retoma ahora al personaje a través de un flashback que no solo sirve para establecer un tono que guarda ciertos paralelismos con Batman: La serie animada, sino también para subrayar el duro trance que está experimentando nuestro protagonista. En cuanto al segundo villano que por fin recibe mayor atención dentro del Nuevo Universo DC, será el mes que viene cuando le dedicaremos tiempo y espacio, en aras de preservar el factor sorpresa. Pero vaya por delante una pista: fue uno de los internos de Arkham Asylum que protagonizaron un intento de fuga en las primeras páginas de Batman núm. 1...

Curiosamente, John Layman y Jason Fabok también aprovechan la entrega de Detective Comics de este mes para plantear una versión remozada de Kirk Langstrom, más conocido como Manbat: un científico creado por Neal Adams y Frank Robbins hace más de cuatro décadas (Detective Comics núm. 400; 1970), cuyo famoso suero también causará estragos en las páginas de Batman Inc. Y el momento elegido para su reaparición es realmente especial, ya que de no haberse producido la renumeración que acarreó el nacimiento del Nuevo Universo DC, la colección más antigua del Cruzado de la Capa habría alcanzado con esta las 900 entregas. Preguntado sobre la responsabilidad implícita en encargarse de un número tan señalado, el guionista reconoció que “inicialmente sentí presión, ya que soy realmente lento a la hora de escribir. Pero en cuanto supe que este número sería tan extenso, me obligué a aportar todo cuanto pudiera, intentando que las historias incluidas estuvieran de algún modo interconectadas. En líneas generales, creo que es un gran número, del que estoy muy orgulloso”. Layman se refiere al hecho de que con motivo de la celebración, desde la editorial decidieron que este cómic fuera más extenso, incluyendo una historia principal –curiosamente titulada El 900, en alusión a un bloque de viviendas de Gotham City– y varias historias de complemento; de ahí que la presente edición también cuente con un mayor número de páginas, en las que hacen acto de presencia buena parte de los aliados de nuestro protagonista, todavía afectados por las revelaciones de La muerte de la familia (Batman núms. 12 a 16).

Así, la cronología del Caballero Oscuro sigue encontrando su punto de intersección en esta cabecera mensual, donde las colecciones Detective Comics y Batman están impulsando un proceso de adaptación de la mitología del personaje a los tiempos que corren. La construcción, en definitiva, de un futuro prometedor a partir de la reinterpretación de un brillante pasado que pronto adquirirá una nueva dimensión...

David Fernández

Artículo originalmente incluido en las páginas de Batman núm. 18.