de Bruno Lorenzo
Empezamos por lo más inmediato: Torpedo 1972 vol. 2: ¡Con lo que eso duele! ¿Cómo ha sido trabajar de nuevo con Enrique Sánchez Abulí y dar forma a una nueva aventura del personaje?
Volver a trabajar sobre Torpedo y junto a Enrique es siempre una excelente opción de aventuras.
Entendemos que entrar en una serie como Torpedo, que ya ha pasado por otras manos previamente, también requiere algún tipo de proceso de adaptación. ¿De qué manera has hecho tuyo el personaje?
Creo que eso sucede si tal personaje no ha tenido la evolución que sí ha tenido Torpedo. Para mí, fue como incursionar dentro de un personaje totalmente nuevo, respetando aquellas cosas que tenía. No olvidemos que me toca retomarlo con una edad avanzada y alguna que otra dificultad que el paso del tiempo deja en las personas.
La ambientación de este álbum es muy clara. A nivel gráfico, ¿en qué te has inspirado para dar forma a la atmósfera de Torpedo 1972 vol. 2: ¡Con lo que eso duele!?
No he buscado otra inspiración que la que me daba el guion. A mi entender, la atmósfera de una historia es muy importante, ya que debe trasladar al lector hasta la época y el lugar donde transcurre.
¿Cuán importante es que se sigan publicando en 2023 nuevas aventuras de Torpedo, un personaje tan significativo para el cómic hispanoamericano?
Tan importante como que se continúen publicando historias, todo tipo de ellas.
Otra novedad reciente ha sido la edición Deluxe de Batman: Ciudad rota y otras historias. Visto con perspectiva, ¿qué supusieron estas colaboraciones con Brian Azzarello para tu carrera?
El trabajo realizado junto a Azzarello supuso un salto cualitativo y cuantitativo en mi carrera. Es lo que viene de la mano de publicar en determinados mercados, y el americano es uno que marca la diferencia si lo sabes capitalizar. Es una gran pantalla al mundo, y las repercusiones de lo que allí se publica obtienen una rápida respuesta, buena o mala.
En concreto, muchos lectores sienten un apego especial por el Batman de Flashpoint, una versión del personaje en la que Thomas Wayne es el hombre bajo la capucha. ¿Por qué crees que ha calado tanto esta interpretación del Caballero Oscuro?
Supongo que porque dicho título necesitaba algo que lo refrescara. En los más de 80 años del personaje, son pocos los cambios de timón en sus historias, más allá de los cambios estéticos y la suma de villanos. Esta fue una historia corta pero contundente como para agitar el avispero.
Entroncando con esto, está la serie limitada Más allá de Flashpoint. Tú te encargaste del número 0 USA de este proyecto. ¿Cómo fue retomar a Thomas Wayne tantos años después y cómo surgió la oportunidad de realizar este trabajo?
El editor, junto a Geoff Johns, me hizo la propuesta, aunque mi primera respuesta fue negativa, ya que implicaba más páginas de las que finalmente hice. Después de meditarlo, y tras cierta insistencia, decidí aceptar el proyecto. Soy sincero al confesar que no soy muy dado a tomar ese tipo de historias, ya que no veo un buen argumento detrás, sino la necesidad de seguir sacando agua de un pozo que es sabido que viene secándose, en vez de buscar otro.
Antes de Batman: Ciudad rota y otras historias estuvo 100 balas, todo un hito del cómic noir. ¿Cuál es tu mejor recuerdo de tu estancia en este proyecto? ¿Y lo más duro de sacar adelante un título tan complejo y de tanta relevancia (si se puede decir, a día de hoy)?
Creo que el mejor recuerdo que guardo fue conocer en persona a Brian después de haber estado trabajando tres años sin cruzar palabra alguna. Lo más duro, pero a su vez sincero, fue escuchar del editor antes de comenzar el proyecto que la serie se cerraría al término del año de publicación si no vendía. Esas palabras actuaron como un resorte en mi interior, y supongo que también en el de Brian, lo que nos llevó a elevar en cada capítulo la vara de nuestras pretensiones. Lo demás lo hizo el boca a boca de los lectores.
Entre 2010 y 2014 colaboraste en otras series limitadas y especiales con DC. ¿Con qué te quedas de tu paso por Antes de Watchmen: Moloch y Noche oscura: Una historia verídica de Batman?
Sin duda con Noche oscura: Una historia verídica de Batman.
Además de hablar de las historias en las que has participado, también que- remos conocer algo más sobre ti. Por ejemplo, ¿cómo es un día normal, una jornada laboral estándar, para Eduardo Risso?
Mi comportamiento es casi el de un oficinista cualquiera. Si estoy en un proyecto con tiempos editoriales determinados, me involucro durante unas seis o siete horas diarias, con corte al mediodía para retornar a casa, almorzar y dormir una breve siesta que me permite recargar energías. Después, reservo tiempo para otras actividades deportivas, culturales y sociales.
Empezaste en los años ochenta en tu Argentina natal. ¿En qué ha cambiado Eduardo Risso en este tiempo? ¿Y el mundo del cómic?
He cambiado mucho... Es inevitable con el paso del tiempo, aunque sigo manteniendo las ganas de aprender y las ansias de renovarme cada tanto. Me aburre verme haciendo siempre lo mismo, pero soy consciente de que con el tiempo me he dado el espacio de “aburguesarme”, en el buen sentido, pero que no me deja hacer esos pretenciosos cambios que desearía con cada nuevo proyecto. No me siento tan atrevido como años atrás. El mundo del cómic también ha cambiado, por suerte. Creo que era inevitable que ambas cosas sucedieran, de lo contrario, estaríamos frente a algo en extinción, y no creo que eso suceda con el cómic, que está más vivo que nunca.
¿En qué estás centrado en estos momentos y qué tipo de proyectos te gustaría desarrollar en el futuro?
Acabo de terminar una miniserie de seis capítulos para DC, Sgto. Rock, con guion de Bruce Campbell, y ahora estamos a punto de comenzar un nuevo proyecto propio junto a Azzarello. Será un western y un nuevo desafío, ya que nunca antes tuve la oportunidad de entrar en ese género, salvo algunas pocas páginas de Jonah Hex. --(BL)