En estos días, solo puedes conseguir una página.
Hace unos pocos años, los lectores te concedían quizá cinco o seis números para decidir si iban a seguir o no un cómic en particular. Pero a medida que nuestra afición se hizo más cara y nuevas e innumerables opciones de entretenimiento surgieron para competir con las pobres y viejas revistas de historietas, ese margen se hizo más y más pequeño. Hoy, los creadores seríamos afortunados si encontrásemos a un aficionado dispuesto a darnos el beneficio de la duda durante un número completo. No, tienes que sorprenderlos con cada primera página o fallarás la prueba y todas tus esperanzas y sueños estúpidos irán de vuelta a la estantería.
Los chicos detrás de Green Arrow: Año uno lo han logrado sin duda alguna, como lo demuestra su perfecto inicio para esta historia, un prólogo inteligente, económico e increíblemente visual que establece al instante los temas, los personajes y la narrativa llena de acción que están a punto de desarrollarse.
No esperaría menos de Andy Diggle y Jock, dos de mis creadores favoritos de cómics actuales. Los dos han hecho un excelente trabajo con otros colaboradores, pero juntos constituyen uno de esos raros dúos guionista/dibujante que sacan constantemente lo mejor el uno del otro. Son más grandes que la suma de sus partes, al igual que los proverbiales arco y flechas. (Dejaré que ellos se peleen por ver quién es cada cosa.)
Llamar a cualquier reimaginado y simplificado origen de un personaje “Año uno” es un movimiento bastante atrevido, ya que invita a comparaciones con el sin duda incomparable relato de Batman de Frank Miller y David Mazzucchelli, pero la historia que tienes entre tus manos en realidad viste ese manto bastante bien. Tiene toda la diversión de la época de la flecha guante de boxeo, cuando el personaje fue creado por Mort Weisinger y George Papp, la absoluta relevancia social del revolucionario team-up Green Arrow/Green Lantern de Dennis O’Neil y el realismo manchado de sangre de El arco del cazador de Mike Grell (una hermosa pieza narrativa de la era injustamente calumniada como “sombría y descarnada” que se mantiene sorprendentemente bien).
De todos modos, por muy bien que Diggle y Jock hayan insuflado nueva vida a un viejo personaje favorito, toda esta aventura no habría funcionado tan a la perfección sin los colores de David Baron, quien ayuda a convertir a China White (¡me encanta ese nombre!) en una nueva villana realmente aterradora. Merece también una mención especial el rotulista Jared K. Fletcher, que hace que incluso mis desafinados diálogos canten a tono en las páginas de Ex Machina.
Así que si todavía estás tratando de decidir si deseas o no comprarte este cómic, deja ya de leer mis divagaciones sin sentido y pasa de una vez a la verdadera primera página.
Porque si piensas que mola, espera a ver la página 2...
Brian K. Vaughan
Enero de 2008
Además de ser escritor y productor en la serie de televisión Perdidos, Vaughan es el cocreador de Y, el último hombre y Los leones de Bagdad. Sus padres nunca le dejaron tener un equipo de tiro con arco, por mucho que les rogase.
Artículo publicado originalmente en las páginas de Green Arrow: Año Uno ¡Ya a la venta!