La llamada Edad de Plata daba sus últimos coletazos en 1968 cuando desembarcó en DC Comics un guionista llamado Dennis O’Neil de la mano del editor Dick Giordano. Por aquel entonces, hacía falta un revulsivo que bajara del Olimpo a los dioses que eran los héroes DC para abordar cuestiones más mundanas sin que perdieran su esencia. No era tarea fácil, pero O’Neil se convirtió en la persona perfecta para realizarla. No en vano, privó a Wonder Woman de sus poderes, arruinó a Green Arrow, que se terminó convirtiendo en una especie de activista, y revolucionó a Batman.
El Caballero Oscuro venía de una época gloriosa marcada por la famosa serie de televisión de los años sesenta cuya atmósfera distendida se había extendido a unos cómics que distaban mucho del planteamiento inicial de Bob Kane. No se puede decir que aquello fuera negativo, ya que el personaje siempre se ha caracterizado por un enfoque versátil y adaptable a los tiempos; sin embargo, concluido el éxito televisivo, no estaba de más retomar aquellas raíces que pasaban por oscurecer sus andanzas, aparcar temporalmente a los villanos más coloridos y enviar a Robin a la universidad para que su mentor volviera a operar en solitario como en sus inicios. Para ello, O’Neil y el editor Julius Schwart contaron con un prometedor dibujante llamado Neal Adams, cuyo estilo realista ya empezaba a romper moldes.
El resultado fueron las historias que recopila este volumen, una antología imprescindible que muestra uno de los momentos cruciales de la trayectoria del Hombre Murciélago. En las próximas páginas, asistimos a las primeras apariciones de los villanos creados por O’Neil y Adams, esto es, Manbat, cuyo origen bien podría haber sido un relato de terror de la Warren, o el hoy indispensable Ra’s al Ghul, el ecoterrorista que pretende limpiar la Tierra reduciendo la población humana. Pero los autores no se limitaron a crear sus propios personajes. También supieron tratar de forma magistral a clásicos como Dos Caras o el inevitable Joker, cuyo enfoque se convirtió en un clásico instantáneo y en toda una demostración de maestría de cómo deben ser las fechorías del Príncipe Payaso del Crimen.
Si te has acercado a este volumen por nostalgia, ya sabes que lo atesorarás en la estantería durante muchos años. Si vas a leer estas historias por primera vez, felicidades. Estás a punto de rendirte para siempre a los pies de dos genios que abordaron como pocos han hecho al mejor personaje de cómic del mundo.
Fran San Rafael
Artículo publicado originalmente en las páginas de Grandes autores de Batman: Dennis O'Neil y Neal Adams - Los padres del demonio. ¡Ya a la venta!
El Caballero Oscuro venía de una época gloriosa marcada por la famosa serie de televisión de los años sesenta cuya atmósfera distendida se había extendido a unos cómics que distaban mucho del planteamiento inicial de Bob Kane. No se puede decir que aquello fuera negativo, ya que el personaje siempre se ha caracterizado por un enfoque versátil y adaptable a los tiempos; sin embargo, concluido el éxito televisivo, no estaba de más retomar aquellas raíces que pasaban por oscurecer sus andanzas, aparcar temporalmente a los villanos más coloridos y enviar a Robin a la universidad para que su mentor volviera a operar en solitario como en sus inicios. Para ello, O’Neil y el editor Julius Schwart contaron con un prometedor dibujante llamado Neal Adams, cuyo estilo realista ya empezaba a romper moldes.
El resultado fueron las historias que recopila este volumen, una antología imprescindible que muestra uno de los momentos cruciales de la trayectoria del Hombre Murciélago. En las próximas páginas, asistimos a las primeras apariciones de los villanos creados por O’Neil y Adams, esto es, Manbat, cuyo origen bien podría haber sido un relato de terror de la Warren, o el hoy indispensable Ra’s al Ghul, el ecoterrorista que pretende limpiar la Tierra reduciendo la población humana. Pero los autores no se limitaron a crear sus propios personajes. También supieron tratar de forma magistral a clásicos como Dos Caras o el inevitable Joker, cuyo enfoque se convirtió en un clásico instantáneo y en toda una demostración de maestría de cómo deben ser las fechorías del Príncipe Payaso del Crimen.
Si te has acercado a este volumen por nostalgia, ya sabes que lo atesorarás en la estantería durante muchos años. Si vas a leer estas historias por primera vez, felicidades. Estás a punto de rendirte para siempre a los pies de dos genios que abordaron como pocos han hecho al mejor personaje de cómic del mundo.
Fran San Rafael
Artículo publicado originalmente en las páginas de Grandes autores de Batman: Dennis O'Neil y Neal Adams - Los padres del demonio. ¡Ya a la venta!