Eccediciones

Grandes Autores de Batman: Dennis O'Neil - Chamán

En cierto modo, es una lástima que 1989 tuviera que ser el verano en que un fenómeno llamado “Batman” hizo su aparición en la gran pantalla. Los amantes del arte secuencial debieron de lanzar un suspiro colectivo de aflicción porque la segunda ola de batmanía que barría el país en un cuarto de siglo tu­viera que venir, una vez más, de un medio distinto al de los cómics. Es un poco injusto que todo el bombo y platillo, todo el fervor y la expectación que inundó a las masas se centrara en torno al 23 de junio y no a ese día, ahora olvidado, de agosto, cuando Batman: Legends of the Dark Knight llegó a los quioscos.

Esto no quiere decir que la publicidad para dicha película no ayudara a las ventas de este título en su nacimiento. Montado sobre la ola de publicidad, que era como una bola de nieve que ni siquiera el calor del verano lograba reducir, las ventas del primer número de Legends crecieron como la espuma. Es solo que la razón de que este cómic se realizara, especialmente tan rápido como se hizo, no debería haber venido de un acontecimiento en otro medio, sino sencillamente de que este libro era magnífico y los creadores implicados, absolutamente geniales.

Recordando las antiguas oficinas de DC en el 666 de la Quinta Avenida, dividi­das en compartimentos consecutivos, y el tumulto interno acerca de este pro­yecto, es casi un milagro de hoy en día que este cachorro saliera a tiempo como lo hizo. Como muestra de lo que se cocía, en la oficina nos preguntábamos por qué Legends, o cualquier nuevo título regular de Batman, no salía a la venta ese mismo día 23 de junio, tan promocionado en vallas publicitarias y revistas de todos los Estados Unidos. ¿A qué estábamos esperando? ¿Es que alguien tenía alguna duda de que esta película haría historia en taquilla? E incluso si había algo de nerviosismo, ¿qué había de malo en publicar un tercer cómic mensual de uno de los personajes que más venden de DC? Para especular aún más, y haciendo castillos en el aire, si Legends hubiera salido sin el apoyo de cada multicine detrás, ¿qué daño habría hecho? Mejor dicho, ¿cuánto bien hubiera causado? Después de todo, ¿no fue aclamado como el primer cómic de Batman “en solitario” en 49 años? Pero Legends fue también el primer libro de Batman en venderse exclusivamente en el cada vez mayor número de tien­das especializadas de cómics de todo el país. Eso, en sí mismo, significaba casi con total seguridad que iba a ser altamente rentable. Por supuesto, también fue el primer libro dotado de una segunda cubierta “protectora” —en cuatro colores diferentes— que creó no solo un gran revuelo, sino cierta controversia. Incluso hubo rumores ridículos acerca de la escasez de una portada en color en particular (la mayoría de los informes dijeron que la rosa), pero esto no viene al caso. El caso es que Batman: Legends of the Dark Knight y Chamán en particular podrían haber sido un éxito por sí mismos. Uno puede pensar que ahora esto sería discutible. No es así. Pues este volumen recopilatorio que tie­nes entre las manos puede probar, y de hecho prueba, la validez y calidad de Chamán. Volveremos sobre esto más adelante.

Volviendo al verano del año 89... Esperamos. Y solo cuando fue evidente hasta para el más conservador y timorato que el trabajo de Tim Burton, Michael Keaton y Jack Nicholson había sido un éxito, decidimos subirnos al carro... ya lleno. Entonces, y solo entonces, alguien dijo: “Sí, sacar un nuevo título de Batman mensual podría ser una buena idea”. Y, como siempre ocurría en estos casos, lo querían ya. En primer lugar, por supuesto, se necesitaba a un guionista. Y si a alguien le queda alguna duda de que Denny O’Neil es el me­jor guionista de Batman, esta historia, llena de suspense y giros fascinantes, desde su escalofriante comienzo (en más de un sentido) en la ladera de una montaña al norte de Alaska durante una implacable tormenta de nieve, hasta su final en los caminos helados fuera de la Mansión Wayne, pasando por ese interludio una vez más en Alaska, y por último, tal y como concluyen todas las sagas eminentes de Batman, con interludios tanto en la batcueva como sobre los tejados de Gotham, debería disipar cualquier recelo a todos los ne­gativistas. Si no es así, deberían hacerse mirar el sentido del gusto. Para ser sinceros, hubo cierta discusión en la creación de Legends of the Dark Knight sobre si Denny debía editar el libro. Era, al fin y al cabo, el editor de todos los demás títulos del Murciélago. Pero uno no tiene más que fijarse de nuevo en la propia Chamán (y la exitosa Veneno en Legends, junto a los artistas Trevor Von Eeden, Russell Braun y José Luis García-López) para decir que, sin duda, se tomó la decisión acertada.

Luego estaban los dibujos. Y, por suerte para nosotros, estaba Ed Hannigan, uno de los mejores dibujantes (e ilustradores de portadas) de la industria. Su habilidad en la narración y la descripción dramática... bueno, la página 12 del segundo capítulo es por sí sola un auténtico retrato del Batman primigenio que debería tener derecho a su propio póster. Los dibujos de Ed los entintó John Beatty, un artista por derecho propio, y les hizo más que justicia. Si se necesitan pruebas, no hay más que observar su efectivo uso de las tramas en las escenas de la nieve del primer capítulo, el dibujo en los rostros en primer plano. Ambos deberían figurar para siempre entre los artistas que dibujaron a Batman tal y como debería ser siempre dibujado.

Las introducciones como esta siempre parecen mencionar la rotulación y el color de pasada. Bueno, que esto sirva como reconocimiento de que no es un agradecimiento de pasada, sino un agradecimiento sincero por haber tenido el privilegio de poder contar con que Richmond Lewis y John Costanza, y este último no es alguien ajeno a los libros de Batman, añadieran su simetría al conjunto estético de Chamán; sin ellos, la historia no habría cobrado la intensidad que cobró.

Grandes fueron las exclamaciones de admiración por las portadas de George Pratt, quien estaba trabajando en su obra maestra Enemy Ace: War Idyll en aquel momento, las cuales fueron pintadas encima de los lápices de Ed Hanni­gan (la primera de las cuales, irónicamente, fue cubierta por la ya mencionada “segunda portada”, lo que lleva a preguntarse qué hubiera hecho por las ventas de ese primer número si hubiera podido verse en los expositores). Y ya que  estamos, al menos debe mencionarse el llamativo logo de Dean Motter (que figuraba en dicha cubierta de la portada).

Cada uno de estos profesionales experimentados (algunos con más experien­cia que otros) se juntaron, mano con mano, matándose a trabajar, con el agua al cuello... Una fusión de talentos increíbles, en lo que cualquiera que conociera la fecha de entrega diría que fue un proverbial tiempo récord.

Esto no quiere decir que Chamán hubiera podido ser mejor. Sería un desafío para cualquiera, teniendo en cuenta la angustia del “no lo queremos bien, lo queremos ya”, conseguir un equipo creativo así de bueno y una historia tan dinámica y característica como Chamán.

Lo que quiero decir con todo esto es que si hubiésemos lanzado Legends seis meses antes, un año antes, quizá, solo quizá, la atención se hubiera puesto sobre Chamán y sus creadores. El entusiasmo no hubiera estado a la sombra del Batman de celuloide, sin importar cuál pudiera ser tu opinión sobre esa película. A pesar de que Legends le debe a ese gran espectáculo de 35 mm. su aparición y su aumento de rentabilidad, se podría decir que es una pena que no se pudieran ver en todos los partidos de béisbol cientos de gorras con el logo de Legends of the Dark Knight, o que cada hombre, mujer o niño que apenas ha empezado a andar no llevara una camiseta con el dibujo de una de las portadas de George Pratt (no es que eso sea algo muy difícil de piratear). Pero, por otro lado, de alguna manera hay que estar contento con que el verano de 1989 transcurriera como lo hizo. Que hubiera un fenómeno de Warner Bros. llamado Batman. Eventualmente alguien hubiera llegado con la idea de otro título mensual de Batman (incluso podría haber sido Legends), y es cierto que hemos logrado llegar a un cuarto título mensual con Batman: Shadow of the Bat (antes de la película de Batman vuelve, también. ¿Una lección aprendi­da?). Pero teniendo en cuenta todas las particularidades que ocurrieron, ¿ha­bría llegado a existir Chamán? Hubiera sido una lástima si las circunstancias hubieran estimado que no.

Desde Chamán, docenas de historias han sido y serán impresas bajo el título de Batman: Legends of the Dark Knight, creadas por autores tan talentosos como Morrison, Janson, Moench, Gulacy, Barr, Sears, Wagner, Hudnall, Anderson... Muchos más han pasado y muchos pasarán (algunas historias ya han sido publicadas en volúmenes recopilatorios, y otras lo serán). Pero cuando leas Chamán, sabrás por qué tenía que existir, y por qué esta fue la mejor his­toria y este el mejor equipo creativo para iniciar este importante evento en los cómics. (¿Es mi imaginación o todo esto es mejor si se lee mientras escuchas la banda sonora de...? Naaah.) Y a causa de lo bueno que es, uno no puede sino sentirse orgulloso de haber formado parte de ello. Este volumen recopila­torio es algo bien merecido, ya que tanto Denny, Ed, John, Richmond y John se merecen su lugar en la historia, la tradición, la leyenda del Caballero Oscuro.

Kevin Dooley

Artículo introductorio publicado en las páginas de Grandes Autores de Batman: Dennis O'Neil - Chamán ¡Ya disponible en vuestro punto de venta habitual!

Previa de Grandes Autores de Batman: Dennis O'Neil - Chamán