Mientras escribo esta introducción, estoy dando los últimos retoques a la portada de este volumen. También me doy cuenta de que este año se cumple el 40 aniversario de mi primer encuentro con Batman. Desde Adam West hasta Batman: Año uno, siempre ha sido mi personaje favorito de ficción.
Al entrar en la adolescencia y empezar a considerar el arte como una carrera, redescubrí las maravillas de los cómics. Un especial de Spiderman de Stan Lee y John Romita, recogido en una visita a casa de mi primo, reactivó mi interés por los cómics. Mi segunda visita a una tienda para comprar más cómics me condujo hasta Batman, ese viejo amigo de la infancia. Quizá fuera cosa del destino, pero el cómic que estaba en la estantería de las novedades era el número 439 de Detective Comics. Lo compré esperando reencontrarme con mis amigos de la infancia, el Dúo Dinámico.
Pero lo que me encontré fue una historia que cambió mi percepción sobre Batman (y los cómics) para siempre. Ese cómic contenía una historia llamada La noche del acosador, de Steve Englehart y Sal Amendola. La considero mi historia favorita de Batman de todos los tiempos. En ella, Batman no soltaba las bromitas a las que yo estaba acostumbrado y se vengaba de criminales en una tragedia irónica. Lo mejor de la historia es que Batman no decía ni una palabra. Es el ejemplo perfecto de un personaje destilado hasta su esencia más pura. Una semana más tarde, en mi visita al kiosco, me topé con La luna del lobo, de Len Wein y Neal Adams. Estaba enganchado. De por vida.
En los años siguientes, mi vida tuvo multitud de cambios de carrera, pero en el fondo de mi mente siempre estaban los cómics… y Batman. Es un personaje tan fundamental y universalmente conocido que muchos artistas con talento han sido capaces de encontrar la manera de hacerlo interesante durante más de 65 años. Gracias a la fe que depositaron en mí gente como Bruce Timm y Mark Chiarello cuando vieron mi trabajo, fui capaz de dar mi visión del Caballero Oscuro. Más adelante encontrarás algunas notas sobre el trabajo recopilado en este volumen, que constituye casi toda mi obra relacionada con Batman. Es interesante remarcar que todos los cómics mencionados fueron editados originalmente por Mark Chiarello. Cuando sales de la continuidad y miras las cosas a largo plazo, Mark es una de las fuerzas que mantienen el estatus de icono de Batman y lo hacen interesante para otra generación. Mi más sincero agradecimiento por dejarme cantar estas pequeñas canciones.
BATMAN: EGO. Este fue mi primer proyecto para DC. Me había pasado años considerando la posibilidad de dedicarme a los cómics y tenía varias ideas en mente. Creo que es mi primera historia publicada y, como tal, me presioné mucho para mostrar algo realmente único. Sabía lo que quería hacer con Batman y sabía que quería contar una historia que abarcara toda su mitología. Todo surgió de una idea simple y absurda: ¿Y si Bruce Wayne y Batman pudieran sentarse a hablar sobre lo que hacen? ¿Son la misma persona? ¿Dos personas completamente diferentes? ¿Dos caras de la misma moneda? Esta premisa tan tonta me emocionaba. Me permitiría que los dos hablaran sobre momentos importantes de sus vidas desde diferentes ángulos. Para evitar cualquier separación literal física, situé la historia en los momentos posteriores a un gran trauma psicológico. Nuestro escenario es el paisaje de la mente atormentada de Bruce, lo que nos permite movernos de un lugar a otro sin transiciones. Tras revisarla, considero Ego un primer intento meritorio, pero fallido.
DONDE REINAN LOS MONSTRUOS, de Gotham Knights núm. 23 (con el guionista Paul Grist). Mi primera incursión en la distinguida serie Batman: Black and White, de Mark Chiarello. Recuerdo que me encantaba el guion de Paul y que disfruté con el diseño de Madame X. Esta historia se hizo utilizando un lápiz HB, un lápiz negro Prismacolor y tintas gruesas donde había negros.
EL MONUMENTO, de Gotham Knights núm. 33 (con el dibujante Bill Wray). Mi segunda historia para Batman: Black and White, esta vez como guionista. Originalmente, Art Adams debía ilustrarla, pero los calendarios hicieron que Mark sugiriese a Bill Wray. Como fan acérrimo del trabajo de Bill, pensé que era una buena elección. Su Batman es la síntesis perfecta del Caballero Oscuro de Frank Miller y el Superduperman de Wally Wood. Bill tomó mi soso guion y lo convirtió en una parodia hilarante.
EL GRAN GOLPE DE SELINA. Durante mi etapa en Catwoman con Ed Brubaker y Doc Allred, vi la posibilidad de hacer una historia que rellenara los huecos en la vida de Selina y, quizá, le diera una motivación para las acciones altruistas que Ed y yo mostrábamos en la serie mensual. Dicho esto, Selina era un personaje sencillamente genial que parecía la elección perfecta para una historia de atracos. Junté a Selina con Jeff y Stark, los dos malos que había usado en la entonces aún inédita Déjà Vu (confuso, lo sé; lee más abajo). Jeff es mi Chow Yun-Fat, mi actor favorito del cine de acción de Hong Kong. Stark es mi Lee Marvin y debe su nombre al escritor de novela negra Richard Stark (pseudónimo de Donald Westlake), famoso por su serie de novelas Parker. La película clásica A quemarropa (1966) es una adaptación de la primera aparición de Parker y está protagonizada por Lee Marvin en una actuación sublime. La otra piedra angular de El gran golpe de Selina fue Slam Bradley, el personaje había convertido en fan desde la decisión de Ed y mía de llevarlo hasta el mundo de Selina. La serie regular enfatizaba el contraste de Slam con Selina, y por tanto solo veíamos sus borracheras y necesidades. Yo quería mostrar el otro lado del hombre: el detective callejero, el aventurero romántico y, sobre todo, el irlandés ligeramente loco que actúa con gran justicia y violencia cuando se enfrenta a cabrones malvados. También colé a Burgess Meredith (Swifty) y Pam Grier (Crystal) y monté un reparto excepcional. Esta historia sigue siendo mi favorita de cuantas he escrito y dibujado.
CITA CON UN CABALLERO, de Solo núm. 1 (con el dibujante Tim Sale). La intención original era incluir esta historia al final del tomo de Selina, pero se quedó fuera cuando montamos el volumen. Tim Sale me había preguntado si podía trabajar con él en una historia de Catwoman para su número de Solo. Me encantaba este guion, y fue una pena que no entrara en el tomo. Su tema romántico encajaba con los puntos fuertes de Tim, así que lo hicimos al estilo Marvel. Le envié un borrador del guion y Tim aumentó el número de páginas para poder desarrollar algunas escenas. Una historieta genial con uno de los artistas más reconocibles de la industria.
DÉJÀ VU, de Solo núm. 5. Esta requiere cierta explicación. Si has leído la primera parte de esta introducción, recordarás que he mencionado La noche del acosador. En 1998, mientras trabajaba en la serie Batman Animated, hice una versión de esta historia con el estilo de la serie. Me quedé anonadado cuando Bruce Timm se ofreció para escribirla. La terminamos y la enviamos a DC, pero decidieron no comprárnosla. Cuando llegó el momento de hacer mi número de Solo, sabía que quería hacer esa historia. Cuando la revisé, vi lo diferente que era respecto a mi trabajo actual, así que decidí empezar de cero. Hablé con Bruce y le dije que esperaba que no le importase, pero que quería reescribir la historia para que mi número de Solo pudiera ser realmente un Solo. A Bruce le pareció bien y me puse manos a la obra. Eso sí, mantuve algunas frases de Bruce, como mi favorita: “Ese Stark. Menudo personaje”. Los más avispados verán aquí a Jeff y Stark de El gran golpe de Selina. Debo un gran agradecimiento a Steve Englehart, Sal Amendola y Dick Giordano por el original que humildemente adapté.
Aparte de algunas portadas e ilustraciones, supongo que eso es todo. Espero poder estar alejado unos años de Batman, y no porque haya cambiado de opinión respecto al personaje. Es agotador estar con él. Siempre está serio, siempre está trabajando y su cruzada nunca termina. Cada vez que aparece, tiene que ser mágica. Tienes que sacar tus mejores armas, porque él siempre lo hace. Una nueva revelación. Un nuevo ángulo. Una nueva historia. El tío siempre te deja hecho polvo.
Estoy seguro de que un día volveré a Gotham, pero por ahora prefiero ser uno más y relajarme mientras leo una buena historia de Batman. Si me disculpas, voy a leer El fantasma de los cielos mortales, de Goodwin y Toth.
Gracias por leerme.
Darwyn Cooke
Este de Gotham. Marzo de 2007.
Artículo publicado en las páginas de Grandes autores de Batman: Darwyn Cooke - Batman: Ego ¡Ya a la venta!
Al entrar en la adolescencia y empezar a considerar el arte como una carrera, redescubrí las maravillas de los cómics. Un especial de Spiderman de Stan Lee y John Romita, recogido en una visita a casa de mi primo, reactivó mi interés por los cómics. Mi segunda visita a una tienda para comprar más cómics me condujo hasta Batman, ese viejo amigo de la infancia. Quizá fuera cosa del destino, pero el cómic que estaba en la estantería de las novedades era el número 439 de Detective Comics. Lo compré esperando reencontrarme con mis amigos de la infancia, el Dúo Dinámico.
Pero lo que me encontré fue una historia que cambió mi percepción sobre Batman (y los cómics) para siempre. Ese cómic contenía una historia llamada La noche del acosador, de Steve Englehart y Sal Amendola. La considero mi historia favorita de Batman de todos los tiempos. En ella, Batman no soltaba las bromitas a las que yo estaba acostumbrado y se vengaba de criminales en una tragedia irónica. Lo mejor de la historia es que Batman no decía ni una palabra. Es el ejemplo perfecto de un personaje destilado hasta su esencia más pura. Una semana más tarde, en mi visita al kiosco, me topé con La luna del lobo, de Len Wein y Neal Adams. Estaba enganchado. De por vida.
En los años siguientes, mi vida tuvo multitud de cambios de carrera, pero en el fondo de mi mente siempre estaban los cómics… y Batman. Es un personaje tan fundamental y universalmente conocido que muchos artistas con talento han sido capaces de encontrar la manera de hacerlo interesante durante más de 65 años. Gracias a la fe que depositaron en mí gente como Bruce Timm y Mark Chiarello cuando vieron mi trabajo, fui capaz de dar mi visión del Caballero Oscuro. Más adelante encontrarás algunas notas sobre el trabajo recopilado en este volumen, que constituye casi toda mi obra relacionada con Batman. Es interesante remarcar que todos los cómics mencionados fueron editados originalmente por Mark Chiarello. Cuando sales de la continuidad y miras las cosas a largo plazo, Mark es una de las fuerzas que mantienen el estatus de icono de Batman y lo hacen interesante para otra generación. Mi más sincero agradecimiento por dejarme cantar estas pequeñas canciones.
BATMAN: EGO. Este fue mi primer proyecto para DC. Me había pasado años considerando la posibilidad de dedicarme a los cómics y tenía varias ideas en mente. Creo que es mi primera historia publicada y, como tal, me presioné mucho para mostrar algo realmente único. Sabía lo que quería hacer con Batman y sabía que quería contar una historia que abarcara toda su mitología. Todo surgió de una idea simple y absurda: ¿Y si Bruce Wayne y Batman pudieran sentarse a hablar sobre lo que hacen? ¿Son la misma persona? ¿Dos personas completamente diferentes? ¿Dos caras de la misma moneda? Esta premisa tan tonta me emocionaba. Me permitiría que los dos hablaran sobre momentos importantes de sus vidas desde diferentes ángulos. Para evitar cualquier separación literal física, situé la historia en los momentos posteriores a un gran trauma psicológico. Nuestro escenario es el paisaje de la mente atormentada de Bruce, lo que nos permite movernos de un lugar a otro sin transiciones. Tras revisarla, considero Ego un primer intento meritorio, pero fallido.
DONDE REINAN LOS MONSTRUOS, de Gotham Knights núm. 23 (con el guionista Paul Grist). Mi primera incursión en la distinguida serie Batman: Black and White, de Mark Chiarello. Recuerdo que me encantaba el guion de Paul y que disfruté con el diseño de Madame X. Esta historia se hizo utilizando un lápiz HB, un lápiz negro Prismacolor y tintas gruesas donde había negros.
EL MONUMENTO, de Gotham Knights núm. 33 (con el dibujante Bill Wray). Mi segunda historia para Batman: Black and White, esta vez como guionista. Originalmente, Art Adams debía ilustrarla, pero los calendarios hicieron que Mark sugiriese a Bill Wray. Como fan acérrimo del trabajo de Bill, pensé que era una buena elección. Su Batman es la síntesis perfecta del Caballero Oscuro de Frank Miller y el Superduperman de Wally Wood. Bill tomó mi soso guion y lo convirtió en una parodia hilarante.
EL GRAN GOLPE DE SELINA. Durante mi etapa en Catwoman con Ed Brubaker y Doc Allred, vi la posibilidad de hacer una historia que rellenara los huecos en la vida de Selina y, quizá, le diera una motivación para las acciones altruistas que Ed y yo mostrábamos en la serie mensual. Dicho esto, Selina era un personaje sencillamente genial que parecía la elección perfecta para una historia de atracos. Junté a Selina con Jeff y Stark, los dos malos que había usado en la entonces aún inédita Déjà Vu (confuso, lo sé; lee más abajo). Jeff es mi Chow Yun-Fat, mi actor favorito del cine de acción de Hong Kong. Stark es mi Lee Marvin y debe su nombre al escritor de novela negra Richard Stark (pseudónimo de Donald Westlake), famoso por su serie de novelas Parker. La película clásica A quemarropa (1966) es una adaptación de la primera aparición de Parker y está protagonizada por Lee Marvin en una actuación sublime. La otra piedra angular de El gran golpe de Selina fue Slam Bradley, el personaje había convertido en fan desde la decisión de Ed y mía de llevarlo hasta el mundo de Selina. La serie regular enfatizaba el contraste de Slam con Selina, y por tanto solo veíamos sus borracheras y necesidades. Yo quería mostrar el otro lado del hombre: el detective callejero, el aventurero romántico y, sobre todo, el irlandés ligeramente loco que actúa con gran justicia y violencia cuando se enfrenta a cabrones malvados. También colé a Burgess Meredith (Swifty) y Pam Grier (Crystal) y monté un reparto excepcional. Esta historia sigue siendo mi favorita de cuantas he escrito y dibujado.
CITA CON UN CABALLERO, de Solo núm. 1 (con el dibujante Tim Sale). La intención original era incluir esta historia al final del tomo de Selina, pero se quedó fuera cuando montamos el volumen. Tim Sale me había preguntado si podía trabajar con él en una historia de Catwoman para su número de Solo. Me encantaba este guion, y fue una pena que no entrara en el tomo. Su tema romántico encajaba con los puntos fuertes de Tim, así que lo hicimos al estilo Marvel. Le envié un borrador del guion y Tim aumentó el número de páginas para poder desarrollar algunas escenas. Una historieta genial con uno de los artistas más reconocibles de la industria.
DÉJÀ VU, de Solo núm. 5. Esta requiere cierta explicación. Si has leído la primera parte de esta introducción, recordarás que he mencionado La noche del acosador. En 1998, mientras trabajaba en la serie Batman Animated, hice una versión de esta historia con el estilo de la serie. Me quedé anonadado cuando Bruce Timm se ofreció para escribirla. La terminamos y la enviamos a DC, pero decidieron no comprárnosla. Cuando llegó el momento de hacer mi número de Solo, sabía que quería hacer esa historia. Cuando la revisé, vi lo diferente que era respecto a mi trabajo actual, así que decidí empezar de cero. Hablé con Bruce y le dije que esperaba que no le importase, pero que quería reescribir la historia para que mi número de Solo pudiera ser realmente un Solo. A Bruce le pareció bien y me puse manos a la obra. Eso sí, mantuve algunas frases de Bruce, como mi favorita: “Ese Stark. Menudo personaje”. Los más avispados verán aquí a Jeff y Stark de El gran golpe de Selina. Debo un gran agradecimiento a Steve Englehart, Sal Amendola y Dick Giordano por el original que humildemente adapté.
Aparte de algunas portadas e ilustraciones, supongo que eso es todo. Espero poder estar alejado unos años de Batman, y no porque haya cambiado de opinión respecto al personaje. Es agotador estar con él. Siempre está serio, siempre está trabajando y su cruzada nunca termina. Cada vez que aparece, tiene que ser mágica. Tienes que sacar tus mejores armas, porque él siempre lo hace. Una nueva revelación. Un nuevo ángulo. Una nueva historia. El tío siempre te deja hecho polvo.
Estoy seguro de que un día volveré a Gotham, pero por ahora prefiero ser uno más y relajarme mientras leo una buena historia de Batman. Si me disculpas, voy a leer El fantasma de los cielos mortales, de Goodwin y Toth.
Gracias por leerme.
Darwyn Cooke
Este de Gotham. Marzo de 2007.
Artículo publicado en las páginas de Grandes autores de Batman: Darwyn Cooke - Batman: Ego ¡Ya a la venta!