Eccediciones
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Futuras promesas

La etapa de Charles Soule en La Cosa del Pantano es como una melodía in crescendo. En el anterior volumen disfrutamos del tradicional encuentro entre nuestro monstruo preferido y Superman, además de la obligada visita a Gotham City. Quizás ese cambio en el tono de la serie pillara a alguien por sorpresa, pero lo cierto es que estos acontecimientos son clásicos recurrentes en la mitología de Alec Holland. Algunas de sus más grandes historias transcurrieron en la ciudad de Batman o relataron encuentros con el Hombre de Acero. Sin embargo, Soule no se ha limitado a repasar éxitos de antaño. También ha ido explorando el pasado de los antecesores del monstruo y ha añadido nuevos personajes a la vez que ha redefinido algunos otros. En definitiva, Soule ha optado por ir tejiendo sus historias poco a poco, introduciendo los elementos que necesita para trabajar de una manera muy elaborada. Así que ahora estamos en un punto en el que la etapa del guionista ya empieza a tomar forma, y eso significa que la espectacularidad aumenta número a número.

Con esto en mente, hoy nos encontramos con un menú bastante curioso. Este ejemplar de La Cosa del Pantano abre con el número 23 de la cabecera norteamericana, que es el final de una historia coprotagonizada por Constantine que empezó en el anterior cuaderno. Después nos encontramos con el 23.1, porque en septiembre de 2013 las series regulares del nuevo Universo DC estuvieron protagonizadas por villanos. La de nuestro héroe pasó a narrar las desventuras de Arcane en un relato que fue uno los mejor valorados de aquel mes. Además, en él sucede algo que tendrá mucha repercusión en el futuro. Tras el 23.1 vienen el 24 y el segundo anual, que retoman la historia en curso pero que también revisitan el pasado. Y ya en el próximo ejemplar... ¡el clímax de un combate que dará mucho que hablar!

Enrique Ríos

Artículo publicado originalmente en La Cosa del Pantano núm. 5.