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Ex Machina: Los secretos de la máquina

A menudo la gente se suele referir a los cómics hechos por más de un creador de forma despectiva como “libros de cadena de montaje”, dando a entender que cada etapa del trabajo se pasa desapasionadamente de un creador al siguiente para producir en serie tan rápido como sea posible. Y aunque Ex Machina alcanza en sus salidas una regularidad sorprendente, la descripción anterior no refleja nuestro proceso en lo más mínimo. Todos los artistas que hay detrás de la serie son buenos amigos, y a veces es difícil decir dónde comienza el trabajo de una persona y dónde termina el de otra.

Mis guiones a menudo comienzan con una idea visual brillante sugerida por el dibujante y cocreador Tony Harris durante una de nuestras llamadas telefónicas regulares. Mientras el viejo Harris y yo charlamos, nuestro entintador (primero el sorprendente Tom Feister, ahora el igualmente talentoso Jim Clark) podría darse cuenta de un pequeño error de continuidad en una de las páginas sin terminar del número anterior, y yo trataré de arreglarlo en el diálogo con la ayuda del extraordinario rotulista Jared K. Fletcher.

Mientras, J.D. Mettler nos enviará a todos un correo electrónico con sus incomparables colores, pidiendo opinión sobre cómo establecer el humor necesario para una escena en particular con una paleta específica. Esta red compleja que se extiende a través del país está guiada constantemente desde las oficinas de WildStorm por los incansables Ben Abernathy y Kristy Quinn.

Y esos son solo los nombres que ves en los créditos. Cada mes, nuestro equipo es asistido hábilmente por mucha más gente, desde el dedicado elenco de actores que Tony fotografía como fotorreferencias o las fuentes del gobierno que son tan amables de asesorarme con los entresijos de la vida del Ayuntamiento. Nuestra producción es mayor y más complicada que la de muchas películas independientes, pero todo el mundo implicado siente una responsabilidad más allá de nuestras contribuciones individuales a la serie, y creo que esto convierte a Ex Machina en un tipo único de cómic que se percibe como un trabajo nacido de una visión unificada. Ex Machina siempre ha sugerido que la
historia entre bastidores es infinitamente más interesante que la que el público llega a conocer, por lo que es lógico que finalmente revelemos el funcionamiento interno de los secretos de nuestra “máquina”. Espero que estéis de acuedo con que es grande.

Brian K. Vaughan
Los Ángeles, 2007

Hay un antiguo dicho que dice: “Yo soy mi peor crítico”. Sería totalmente cierto en mi caso, excepto por el hecho de que tengo mujer y dos hijos. Mi mujer y mis hijos, especialmente mi hijo, son mis peores críticos. Y no lo querría de ningún otro modo. Hay una honestidad en sus comentarios que los hace puros, la clase de honestidad que solo puedes conseguir de aquellos más cercanos a ti.

Cuando estaba dibujando Starman para DC Comics, mi editor era el legendario Archie Goodwin. Aparte del honor de trabajar para Archie, también sentía que era el mejor editor para el que había trabajado nunca. Tenía la misma honestidad acerca de mi trabajo que la que tiene mi mujer. Cada mes, cuando me llegaba la hora de tener hecha la portada del cómic, presentaba de uno a tres bocetos para su aprobación. Generalmente intentaba hacerle saber a Archie -de un modo indirecto- por cual de los bocetos me inclinaba, sin tratar de influir en su decisión. Ahora viene lo interesante. Mi mujer ve todo lo que hago antes de que salga por la puerta, en cada etapa, desde el boceto al dibujo, la tinta o el color. En los cuatro años que trabajé para Archie, mi esposa siempre eligió el boceto que Archie terminaría por escoger.

Todas las veces. Todas y cada una. Como artista, es muy importante confiar en tu habilidad, en tu talento. Pero igualmente importante es la gente que te rodea. Tus confidentes. A lo largo de los años he compartido estudio con otros artistas, escritores, pintores y amigos. Iban y venían, y a veces yo era el que me movía. Hoy en día, mis amigos de confianza, colaboradores y confidentes son los tipos con los que trabajo en Ex Machina. Sinceramente puedo decir que es la mejor colaboración que he experimentado en 19 años de trabajo en el mundo del cómic. Y aunque pensé que nunca volvería a pasar, encontré en Ben Abernathy la misma sensación de confianza y comodidad que recuerdo cariñosamente de los años que pasé trabajando para Archie Goodwin.

Y luego está Brian K. Vaughan. ¿Qué puedo decir que no se haya dicho ya? Todo está dicho, así que no lo repetiré. Pero puedo hablar de lo que significa trabajar con él. Me han bendecido trabajando con un montón de escritores con talento, pero esta relación laboral es la colaboración más sincera que he experimentado. Yo llegué a Ex Machina al final del acuerdo de Brian con WildStorm, así que fue una conmoción y una sorpresa que estuviera tan abierto a lo que yo tuviera que decir y que mostrarle.

La Gran Máquina pasó de ser un superhéroe típico con una capa al lelo vestido de cuero, con mochila cohete y casco que todos amamos hoy. Y una vez que estuve a bordo, tuve otras ideas también. Se las presenté a Brian y para mi sorpresa le gustaron. Tengo que decir que no estaba acostumbrado a esto por parte de los escritores; muchos de ellos son muy protectores en lo referente a sus guiones y quieren que se plasme en el dibujo exactamente lo que está escrito. Brian también quería eso, pero a la vez quería que su guion se interpretara. Le gusta colaborar. Suerte para mí. ¿Adivináis en quién más confío? En vosotros. En realidad no tengo opción. El equipo de Ex Machina puso un libro sobre política en vuestras manos y todos lo “pillasteis”. Lo hicisteis volar. Y todos los del equipo lo pillamos también. Creo que por eso todos nosotros firmamos tan rápido. Había mucha gente que no creía que pudiera funcionar, así que me pregunto: ¿creéis que ahora han cambiado de opinión?

Tenía la esperanza de daros a todos un regalo especial con este libro. Una mirada hacia dentro de la Máquina. Cómo funciona y cómo trabajamos. Espero que lo hayamos conseguido y ahora mismo estéis el doble de entusiasmados de lo que estábais con Ex Machina antes de leer esto. ¡Lo curioso es que acabamos de llegar a la mitad del camino! Me di cuenta de esto el otro día cuando comencé a trabajar con el número 28. Queda mucho más por venir, muchas más grandes historias y con suerte algunos saltos creativos en el dibujo.

Mi opinión es que solo estamos entrando en calor y el futuro se muestra brillante. Muchas gracias por hacer posible que vea mis sueños hechos realidad en un gran proyecto como este.

Tony Harris, 2006