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Este mundo es nuestro

¿El mal ha triunfado? El final de Liga de la Justicia núm. 22, conclusión a su vez de La Guerra de la Trinidad, supuso la llegada del Sindicato del Crimen, un grupo formado por versiones malignas de la Liga que, al parecer, derrotó a los héroes de nuestro mundo antes de llegar al momento triunfal que viven en este cuaderno. Maldad Eterna, la miniserie cuyo inicio tenéis entre manos, será el eje central del Nuevo Universo DC durante los próximos meses, en los que los villanos camparán a sus anchas... o no tanto. Y es que Geoff Johns y David Finch, los autores responsables de esta colección, nos tienen reservadas varias sorpresas marca de la casa empezando por el estupor de Lex Luthor o esa "cosilla" que le ocurre a Nightwing.

Pero no adelantemos acontecimientos y centrémonos, de momento, en esos personajes que repiten una y otra vez la consigna “este mundo es nuestro”, es decir, en el mencionado Sindicato del Crimen. Johns y Finch, por no hablar del resto de autores que los abordarán en mayor o menor medida próximamente, recuperan a unos villanos clásicos de DC que crearon Gardner Fox y Mike Sekowsky en 1964 con motivo de uno de aquellos encuentros periódicos entre la Liga y la Sociedad de la Justicia de América que hoy conocemos por el título genérico de Crisis en Tierras Múltiples.

Así, en Justice League of America (primera serie) núm. 29, entrábamos en contacto por primera vez con Tierra 3, un mundo paralelo donde los superhéroes no existían y donde los supervillanos siempre triunfaban. Eso sí, sus congéneres no los veían con buenos ojos e intentaban detenerlos... sin éxito. Un mal día, Ultraman, la versión malvada de Superman, robó un enorme fragmento de kryptonita que le dio el poder de ver otras dimensiones donde sí había héroes a los que decidieron atacar. Y para lograrlo, tras enfrentarse a ellos individualmente, los llevaban a Tierra 3 gritando la palabra mágica “Volthoom”. Hoy en día, para los lectores de Green Lantern, ese nombre recordará al Primer Lantern y al caos que desató recientemente, pero en su momento se trataba de una cosa distinta: era el monje que había entregado el anillo a Power Ring, el homólogo malvado de Hal Jordan.

Huelga decir que la JLA y la JSA derrotaron finalmente al Sindicato del Crimen, pero no sería la última vez que los viéramos en acción. Especialmente notable fue su aparición en la mítica Secret Society of Super-Villains en 1978, donde Gerry Conway y Mike Vosburg narraron cómo diversos villanos como Zafiro Estelar o el Prof. Zoom viajaban a Tierra 3 sin querer, donde se topaban con Power Ring, Superwoman y compañía. Pero había un héroe que los había seguido en aquel viaje. Se trataba del Capitán Cometa, que tuvo que soportar la airada recepción de los ciudadanos de aquel mundo, que estaban hartos de que los seres con superpoderes se dedicaran a cometer constantes fechorías. No menos estelar fue la aparición del Sindicato en Crisis en Tierras Infinitas. No en vano, Marv Wolfman y George Pérez arrancaron su famosa serie limitada de 1985 con la destrucción de Tierra 3 y la muerte de estos personajes. Paradójicamente, su desaparición terminó siendo heroica, ya que trataron de detener la ola de antimateria con ayuda del que, entonces, ya era su archienemigo: Lex Luthor, el único héroe local. Como vemos, la presencia de nuestro magnate favorito en Maldad eterna no es ninguna casualidad, ya que, históricamente, ha sido tan adversario del Sindicato como la propia Liga de la Justicia.

Luthor volvió a presentarse como antagonista de Ultraman y sus secuaces muchos años después, cuando estos villanos volvieron a la palestra de la mano de un equipo creativo de auténtico lujo formado por Grant Morrison y Frank Quitely. En 2000, década y media después de Crisis en Tierras Infinitas, había llegado el momento de recuperar el concepto de “villanos con poderes de héroes” aunque, por aquello de ausencia de Multiverso, su mundo natal se llamara Tierra 2. Su aparición se produjo en una espectacular novela gráfica titulada JLA: Tierra 2 que ECC Ediciones ha recopilado recientemente. En ella, como es habitual, Morrison llevó al extremo la idea de Fox y Sekowsky y amplió la maldad del Sindicato a todo su mundo natal, que se convirtió en una suerte de espejo donde lo normal era ser un corrupto y lo anormal era enfrentarse al mal como hacían Luthor o el comisario de policía de Gotham City. Y por supuesto, aquella sociedad invertida no recibió con los brazos abiertos a los héroes de nuestra Liga de la Justicia.

Uno de los elementos establecidos por Morrison en aquella novela gráfica era la relación sentimental que Owlman y Superwoman, esto es, Lois Lane, mantenían a espaldas de Ultraman... o eso creían ellos. Dicho romance se mantuvo en posteriores apariciones del grupo (por ejemplo, en la etapa de JLA escrita por James Robinson), y todo indica que se conserva en este Sindicato del Crimen de Tierra 3 que llega por todo lo alto para quedarse, por lo menos durante unos meses en los que tendremos ocasión de conocer mejor a sus miembros. Por ejemplo, en Liga de la Justicia núm. 23, ya a la venta, Geoff Johns, Sterling Gates y Szymon Kudranski nos revelan una aventura de Owlman y el Infiltrado en su mundo natal en la que obtenemos cierta información sobre su origen y se nos habla de unos secretos muy bien guardados que tal vez estén dispuestos a compartir. Y en la misma colección se verá dentro de poco el espectacular origen de Ultraman contado por el propio Johns y dibujado por Ivan Reis.

Y eso no es todo. A lo largo de los próximos meses, ECC Ediciones os ofrece una amplia selección de títulos relacionados con Maldad eterna que amplían los hechos de la serie principal (como Maldad eterna: La rebelión de los Villanos) o profundizan en este “ejército” de supervillanos de que se ha rodeado el Sindicato del Crimen con la inestimable ayuda del Infiltrado. Con todo, se trata de un evento que amplía las fronteras del nUDC y nos deja como telón de fondo una inquietante pregunta: ¿qué ha sido de las Ligas de la Justicia?

Fran San Rafael

Artículo originalmente publicado en las páginas de Maldad Eterna núm. 1.