La alianza entre Batman y Superman ha sido un eje fundamental de los cómics de DC desde mediados de los años cincuenta, cuando los dos héroes más representativos de la casa empezaron a compartir aventuras en World's Finest Comics. Desde entonces, ha colaborado al margen de la Liga de la Justicia en diversas miniseries y en posteriores series regulares como la actual Batman/Superman. Y por si fuera poco, esa amistad pronto se trasladará a la gran pantalla por todo lo alto en el esperado filme que protagonizarán Hery Cavill y Ben Affleck en 2016.
Sin embargo, Batman es un personaje taciturno y de naturaleza desconfiada que, por muchas aventuras que comparta con el Hombre de Acero, siempre se reserva alguna sorpresa. La Liga de la Justicia lo averiguó por las malas en Torre de Babel, una saga crucial que se publicó en 2000 en las páginas de JLA, ya sin Grant Morrison y con Mark Waid al guion. En ella, Ra’s al Ghul pretendía diezmar la población mundial sembrando el caos de una forma peculiar: convirtiendo en galimatías todos los textos escritos. Al mismo tiempo, los miembros del grupo se veían neutralizados de una forma creativa y eficaz diseñada específicamente para cada uno de ellos (la kryptonita roja en el caso de Superman).
No obstante, quien había planeado aquello no era el ecoterrorista, sino el Caballero Oscuro, que tenía un plan diseñado para parar los pies a sus poderosos compañeros si alguno de ellos se pasaba de la raya. Por supuesto, Torre de Babel tuvo consecuencias inmediatas como la expulsión de Batman, y el resto de la Liga, Kal-El incluido, no volvió a confiar ciegamente en él hasta pasado cierto tiempo.
En el Nuevo Universo DC, la cosa no ha cambiado demasiado. Al fin y al cabo, el estatus del álter ego de Bruce Wayne no ha sufrido alteraciones considerables, y lo mismo se puede decir de su carácter. Consciente de las posibilidades que tiene un Batman desconfiado en el seno del grupo, Geoff Johns aprovechó la situación mientras preparaba La Guerra de la Trinidad, saga que afectó a principios de este año a las series del grupo. Cuando un encapuchado entró en la batcueva y robó el famoso anillo de kryptonita, las alarmas empezaron a saltar. El multimillonario guardaba cajas que contenían artefactos capaces de dejar fuera de juego a sus compañeros si era necesario. La única excepción era Wonder Woman, seguramente debido a algún motivo que el guionista aún no ha desvelado.
No obstante, es posible que la desconfianza natural del personaje sea una baza que juegue a favor de los héroes en Maldad eterna, la miniserie y evento editorial donde Johns, acompañado por el dibujante David Finch, ha retomado el asunto de las cajas de la batcueva. Cómo pretende utilizarlas y si surtirán algún efecto son cosas que aún están por ver. Eso sí, en ese caso, es posible que la frase que dice Superman en este cuaderno sea más cierta que nunca: “Es bueno tener amigos paranoicos”.

Fran San Rafael
Artículo originalmente publicado en las páginas de Superman: El Hombre de Acero núm. 6.
Sin embargo, Batman es un personaje taciturno y de naturaleza desconfiada que, por muchas aventuras que comparta con el Hombre de Acero, siempre se reserva alguna sorpresa. La Liga de la Justicia lo averiguó por las malas en Torre de Babel, una saga crucial que se publicó en 2000 en las páginas de JLA, ya sin Grant Morrison y con Mark Waid al guion. En ella, Ra’s al Ghul pretendía diezmar la población mundial sembrando el caos de una forma peculiar: convirtiendo en galimatías todos los textos escritos. Al mismo tiempo, los miembros del grupo se veían neutralizados de una forma creativa y eficaz diseñada específicamente para cada uno de ellos (la kryptonita roja en el caso de Superman).
No obstante, quien había planeado aquello no era el ecoterrorista, sino el Caballero Oscuro, que tenía un plan diseñado para parar los pies a sus poderosos compañeros si alguno de ellos se pasaba de la raya. Por supuesto, Torre de Babel tuvo consecuencias inmediatas como la expulsión de Batman, y el resto de la Liga, Kal-El incluido, no volvió a confiar ciegamente en él hasta pasado cierto tiempo.
En el Nuevo Universo DC, la cosa no ha cambiado demasiado. Al fin y al cabo, el estatus del álter ego de Bruce Wayne no ha sufrido alteraciones considerables, y lo mismo se puede decir de su carácter. Consciente de las posibilidades que tiene un Batman desconfiado en el seno del grupo, Geoff Johns aprovechó la situación mientras preparaba La Guerra de la Trinidad, saga que afectó a principios de este año a las series del grupo. Cuando un encapuchado entró en la batcueva y robó el famoso anillo de kryptonita, las alarmas empezaron a saltar. El multimillonario guardaba cajas que contenían artefactos capaces de dejar fuera de juego a sus compañeros si era necesario. La única excepción era Wonder Woman, seguramente debido a algún motivo que el guionista aún no ha desvelado.
No obstante, es posible que la desconfianza natural del personaje sea una baza que juegue a favor de los héroes en Maldad eterna, la miniserie y evento editorial donde Johns, acompañado por el dibujante David Finch, ha retomado el asunto de las cajas de la batcueva. Cómo pretende utilizarlas y si surtirán algún efecto son cosas que aún están por ver. Eso sí, en ese caso, es posible que la frase que dice Superman en este cuaderno sea más cierta que nunca: “Es bueno tener amigos paranoicos”.

Fran San Rafael
Artículo originalmente publicado en las páginas de Superman: El Hombre de Acero núm. 6.