Se llama David y su apellido sigue siendo un misterio, pero seguro que el nombre de Manta Negra nos resulta mucho más familiar. No en vano, con permiso del Señor del Océano, ha sido el archienemigo de Aquaman desde que Bob Haney y Nick Cardy lo presentaron en 1967 en las páginas de Aquaman (primera serie) núm. 35. Obsesionado con derrotar al Príncipe de Atlantis y con conquistar el Reino, aquel pirata submarino con un peculiar disfraz de buzo causó estragos durante años hasta que cometió la peor fechoría de todas: provocar la muerte del hijo de su adversario.
Para entonces, poca cosa se sabía de él salvo que era afroamericano, cosa que había desvelado poco antes en el mítico Adventure Comics núm. 452 (1977). De su origen no se supo nada hasta principios de la década de los noventa, cuando el guionista Shaun McLaughlin le dio un pasado truculento. No en vano, odiaba a Aquaman porque no lo había salvado del barco donde, de niño, se había visto sometido a todo tipo de fechorías. Aquel origen sufrió las inevitables revisiones con el paso de los años a medida que ambos personajes se enfrentaban periódicamente con la acostumbrada acritud. De hecho, Manta Negra solo colgó el traje cuando el rey de Atlantis murió poco después de Crisis Infinita, y lo recuperó durante El día más brillante en cuanto se enteró de su resurrección.
La presencia de Manta Negra en esta última serie dejaba patente el interés que despertaba en Geoff Johns, guionista que, ya en el Nuevo Universo DC, lo convirtió en eje central de buena parte del primer año de la actual colección Aquaman que ECC Ediciones nos ofrece de forma cuatrimestral. Borrado de la continuidad el difunto príncipe de Atlantis, Johns tuvo que buscar algún elemento que detonase la eterna guerra que mantenían estos dos personajes. Así, se centró en el Dr. Shin, un personaje de nuevo cuño, que estaba obsesionado con demostrar que el joven Arthur Curry era atlante, y contrató al pirata Manta Negra para que obtuviera una muestra de ADN del muchacho. El ataque provocó un infarto al padre del futuro héroe, que juró venganza. El problema fue que, por error, terminó matando al padre de Manta, que también juró venganza a su vez.
El apoteósico combate, ilustrado por Ivan Reis, terminó con el villano encerrado en Belle Rêve, la prisión de máxima seguridad donde estuvo encerrado hasta el principio de la miniserie que tenemos entre manos. En Maldad eterna: Liga de la Justicia núm. 1, el propio Johns, acompañado por Tony Bedard y Claude St. Aubin, nos mostró a un Manta Negra más furioso que nunca. No en vano, el Sindicato del Crimen había matado supuestamente a Aquaman y le había arrebatado el derecho que él consideraba suyo a reclamar la cabeza del rey Atlantis. Así pues, rehusó unirse a su Sociedad Secreta y se marchó al mar, del que regresó el mes pasado para unirse al precario pero poderoso grupo de Lex Luthor. Al parecer, la némesis de Superman tiene un plan en el que encaja el personaje que nos ocupa... si es que logran entenderse.
Fran San Rafael
Artículo publicado originalmente en las páginas de Maldad Eterna núm. 4.
Para entonces, poca cosa se sabía de él salvo que era afroamericano, cosa que había desvelado poco antes en el mítico Adventure Comics núm. 452 (1977). De su origen no se supo nada hasta principios de la década de los noventa, cuando el guionista Shaun McLaughlin le dio un pasado truculento. No en vano, odiaba a Aquaman porque no lo había salvado del barco donde, de niño, se había visto sometido a todo tipo de fechorías. Aquel origen sufrió las inevitables revisiones con el paso de los años a medida que ambos personajes se enfrentaban periódicamente con la acostumbrada acritud. De hecho, Manta Negra solo colgó el traje cuando el rey de Atlantis murió poco después de Crisis Infinita, y lo recuperó durante El día más brillante en cuanto se enteró de su resurrección.
La presencia de Manta Negra en esta última serie dejaba patente el interés que despertaba en Geoff Johns, guionista que, ya en el Nuevo Universo DC, lo convirtió en eje central de buena parte del primer año de la actual colección Aquaman que ECC Ediciones nos ofrece de forma cuatrimestral. Borrado de la continuidad el difunto príncipe de Atlantis, Johns tuvo que buscar algún elemento que detonase la eterna guerra que mantenían estos dos personajes. Así, se centró en el Dr. Shin, un personaje de nuevo cuño, que estaba obsesionado con demostrar que el joven Arthur Curry era atlante, y contrató al pirata Manta Negra para que obtuviera una muestra de ADN del muchacho. El ataque provocó un infarto al padre del futuro héroe, que juró venganza. El problema fue que, por error, terminó matando al padre de Manta, que también juró venganza a su vez.
El apoteósico combate, ilustrado por Ivan Reis, terminó con el villano encerrado en Belle Rêve, la prisión de máxima seguridad donde estuvo encerrado hasta el principio de la miniserie que tenemos entre manos. En Maldad eterna: Liga de la Justicia núm. 1, el propio Johns, acompañado por Tony Bedard y Claude St. Aubin, nos mostró a un Manta Negra más furioso que nunca. No en vano, el Sindicato del Crimen había matado supuestamente a Aquaman y le había arrebatado el derecho que él consideraba suyo a reclamar la cabeza del rey Atlantis. Así pues, rehusó unirse a su Sociedad Secreta y se marchó al mar, del que regresó el mes pasado para unirse al precario pero poderoso grupo de Lex Luthor. Al parecer, la némesis de Superman tiene un plan en el que encaja el personaje que nos ocupa... si es que logran entenderse.
Fran San Rafael
Artículo publicado originalmente en las páginas de Maldad Eterna núm. 4.