Eccediciones
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El regreso del ángel caído

La serie Lucifer concluyó en junio de 2006 con un acto supremo de rebeldía. En el transcurso del último episodio, el protagonista —Lucifer Estrella del Alba— se emancipaba completamente de la tutela de su padre —Dios— abandonando el reino concebido por este e internándose en el vacío más allá de la Creación. Un desenlace simbólico para una serie muy singular, a medio camino entre la fantasía, el folklore y la mitología. En 2015, se anunció el lanzamiento de una nueva cabecera que retomaba la historia del monarca demoníaco allí donde el guionista Mike Carey y el dibujante Peter Gross la habían dejado. El guion corría a cargo la novelista Holly Black y el dibujo era de Lee Garbett. El resultado es una obra con entidad propia, pero con las raíces firmemente asentadas en el pasado del personaje.

En el Universo DC, Lucifer tuvo varias encarnaciones. La más célebre se presentó en el número 4 de la serie Sandman, en abril de 1989. Aquel episodio (escrito por Neil Gaiman y dibujado por Sam Kieth y Mike Dringenberg) pintaba al monarca del Infierno como un demonio bello, elegante y estilizado. Gaiman le confirió un aura de rebeldía que lo convirtió enseguida en uno de los personajes preferidos por los lectores. En episodios posteriores de la serie, Lucifer abandonaba su puesto como monarca del Infierno y viajaba al mundo terrenal. Cuando finalizó Sandman, el ángel caído se había instalado en un restaurante de la ciudad de Los Ángeles donde pasaba las noches tocando el piano. El guionista británico Mike Carey retomó la historia a partir de ahí, ampliando el universo de este carismático demonio en una serie limitada de tres números titulada The Sandman Presents: Lucifer, que tuvo su prolongación en una cabecera mensual de 75 episodios (recogidos por ECC en una colección de siete tomos).

Lucifer: Cielo frío reúne las seis primeras entregas de la nueva serie dedicada al soberano del Infierno. En ellas, Holly Black se muestra fiel a las versiones luciferinas firmadas por Gaiman y Carey. Pero las inserta en una trama detectivesca en que el demonio debe descubrir al culpable del asesinato de Dios. El argumento recupera secundarios ya conocidos —como Mazikeen, Azazel o Gabriel—, pero permite a los nuevos lectores prescindir de todo lo anterior. Black refuerza esta sensación de autosuficiencia respecto a lecturas pasadas añadiendo creaciones de cuño propio que prometen dar mucho juego en el futuro (como Rosemary, Medjine o Lorin). El resultado es una obra atractiva que restaura el magnetismo de un personaje memorable.

Jorge García

Artículo publicado en el tomo Lucifer: Cielo frío ¡Ya a la venta en tu librería favorita!

Previa de Lucifer: Cielo frío