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El horror de Glasgow

La escritora escocesa Denise Mina se sumó a la nómina de guionistas de Hellblazer en marzo de 2006. Por entonces, las coordenadas fundamentales del título estaban definidas con exactitud. El carácter del protagonista había sido minuciosamente trazado durante más de 20 años de historietas. En ese período, John Constantine había atravesado múltiples turbulencias y parecía difícil añadir algo nuevo a su agitada biografía. Mina era consciente de este escollo y lo salvó con elegancia cuidándose mucho de darle un vuelco a la serie. A cambio, produjo 13 episodios admirables que encajaban a la perfección con la idea que miles de lectores tenían sobre el personaje. Además, la obra se benefició del admirable trazo y del extraordinario pulso narrativo de Leonardo Manco (a quien la escritora calificó en su sitio web de “hombre de genio, caballero y gran tipo”). Pero ¿quién es Denise Mina?

Hija de un ingeniero, nació en Glasgow en 1966. Su infancia transcurrió a caballo entre diversas ciudades (París, Londres, Invergordon, Bergen y Perth, entre otras). Abandonó el instituto a los 16 años y terminó compaginando la asistencia a una escuela nocturna con el desempeño de un puñado de empleos alimenticios. A la edad de 20 años se matriculó en la Universidad de Glasgow para estudiar Derecho. Su expediente académico le valió una beca de doctorado de la Universidad de Strathclyde que aprovechó para escribir su primera novela: Garnethill (traducida al castellano como Muerte en Glasgow y publicada originalmente en 1998). Esta obra mereció el premio John Creasey a la mejor obra policíaca de autor novel que otorga la prestigiosa Crime Writers’ Association. Fue el inicio de una carrera sobresaliente que se ha saldado hasta la fecha con una docena de novelas policiales (entre las que destacan los ciclos literarios del detective Alex Morrow y de la periodista Paddy Meehan). Además, Mina ha escrito varias recopilaciones de cuentos, tres obras de teatro, un drama para la radio británica y un puñado de cómics entre los que destacan sus colaboraciones con Leonardo Manco, tanto la adaptación de la trilogía Millenium como los 13 episodios de Hellblazer agrupados en este volumen.

Mina descubrió Hellblazer cuando su novio Steve Evans le enseñó un ejemplar de la serie y le dijo: “Tienes que leer este cómic. Es todo aquello en lo que andas metida”. La escritora escocesa se identificó inmediatamente con el pasado punk del protagonista y se sintió atraída por su ideario y su carisma. Cuando el editor Jonathan Vankin le preguntó si estaría interesada en escribir el título, Mina respondió literalmente que se comería sus propias tripas si hiciera falta. Con todo, solo pudo hacerse cargo de la serie durante un año porque tenía otros compromisos literarios. En ese período elaboró una historia en 12 entregas fiel a las constantes del cínico ocultista: magia, humor, horror y un escenario urbano al borde del apocalipsis.

Para escribir esta historia, Mina se inspiró en las declaraciones de pacientes que habían sobrevivido a una muerte clínica. Muchos de los testimonios coincidían a la hora de señalar una serie de rasgos comunes en la experiencia post mortem: luz al final del túnel, encuentro con amigos difuntos, sensación de bienestar. La escritora escocesa planteó una hipótesis inquietante: ese escenario de paz espiritual era un señuelo para atraer presas. Pero ¿cuál era la identidad del cazador que empleaba semejante trampa? La mayoría de los episodios que comprende este volumen se centran en descubrir a ese trampero sobrenatural.

El relato se compone de dos partes (con un breve hiato entre ambas dibujado por Cristiano Cucina). La primera es una pesquisa casi detectivesca que conduce a John Constantine a la ciudad de Glasgow en ayuda de un hombre aquejado de exceso de empatía. La segunda se centra en el intento de evitar la expansión de un apocalipsis cuyas raíces se hunden en la Alta Edad Media y que se resuelve in extremis mediante una hábil pincelada de humor negro.

Mina radicó a Constantine en Glasgow porque la ciudad poseía un sustrato sórdido en que el cínico ocultista podía moverse como pez en el agua. El dibujante Leonardo Manco plasmó el clima de tensión imperante en la ciudad por medio de una vigorosa combinación de ritmo narrativo, estética fotográfica e iluminación tétrica y sombría. A la vista de estas páginas, resulta evidente que nos encontramos ante uno de los mejores y más sólidos artistas de la serie (como demostró previamente con el guionista Mike Carey, y a posteriori con Andy Diggle).

Estos 13 episodios pueden leerse como una novela policíaca sobre un telón de fondo sobrenatural. Pero también como el tributo de Denise Mina al conjunto de la serie. Para lograr ese efecto, la escritora escocesa rescató varios personajes íntimamente asociados a Constantine (como Angie Spatchcock, Gemma Masters y Chas Chandler) e hizo guiños a episodios más o menos conocidos de la biografía del mago (como su relación amorosa con Kit Ryan o su relación homicida con la mona Putilla). El resultado conserva intacta la esencia de Hellblazer y sitúa a Constantine ante uno de los apocalipsis más originales de su carrera. Un logro notable si se considera que el mago de Liverpool llevaba más de 200 episodios a sus espaldas.

Jorge García

Artículo publicado originalmente en Hellblazer: Denise Mina. ¡Ya disponible en tu librería favorita!

Previa de Hellblazer: Denise Mina