Uno de los principales atractivos de Breach es el apartado gráfico a cargo de Marcos Martín. El dibujante expresó en una entrevista para la web Zona Negativa que, para él, el elemento más atractivo era que la colección le transmitía “esa sensación de tebeo de superhéroes de los años setenta y ochenta, con personajes y situaciones muy dramáticas, de tragedia clásica, pero todo ello visto desde una perspectiva de ciencia ficción, muy próxima a Expediente X”. El dibujante también expresó su satisfacción por la oportunidad de trabajar con un personaje creado desde cero, sin una continuidad detrás.
A la hora de hablar del enfoque gráfico que exigía la colección y que adoptó, el artista lo define como televisivo: “La sensación que tenía al leer el guion era precisamente de serie de televisión al estilo de Expediente X. De ahí mi enfoque, bastante convencional, con muchos planos/contraplanos, sin romper nunca el eje, con muchos planos cortos (las miradas y los gestos de las manos son muy importantes en esta serie), con un ritmo pausado... Y también incorporé el recurso de los planos non-sequitur (viñetas que no guardan ningún tipo de relación lógica aparente entre ellas), más propios del manga, para contribuir a dar esa sensación de inquietud y desasosiego que para mí requería el tono de la historia”.
Martín ha descrito en numerosas ocasiones su planteamiento con respecto a la plasticidad del apartado gráfico: “Forma y contenido son indisociables”, indicó. Del mismo modo que utilizó los recursos narrativos del cómic para llevar al lector al mundo sensorial de Daredevil (un mundo de sonidos y olores, de percepciones aumentadas) o para dotar de una velocidad endiablada a los combates en los que participa el ágil Spiderman, Martín dedicó su talento y su conocimiento del medio en el que trabaja para hacer de Breach una experiencia única, diferente, con un sabor propio. “No se puede enjuiciar el dibujo en términos estéticos de bueno o malo, sino de si es adecuado respecto a lo que se quiere transmitir con la historia”, afirmó. “Forma y contenido, el cómo y el qué, se complementan hasta el punto de fundirse.”
Alberto Morán Roa

Artículo originalmente publicado como introducción de Breach núm. 2 (de 2).
A la hora de hablar del enfoque gráfico que exigía la colección y que adoptó, el artista lo define como televisivo: “La sensación que tenía al leer el guion era precisamente de serie de televisión al estilo de Expediente X. De ahí mi enfoque, bastante convencional, con muchos planos/contraplanos, sin romper nunca el eje, con muchos planos cortos (las miradas y los gestos de las manos son muy importantes en esta serie), con un ritmo pausado... Y también incorporé el recurso de los planos non-sequitur (viñetas que no guardan ningún tipo de relación lógica aparente entre ellas), más propios del manga, para contribuir a dar esa sensación de inquietud y desasosiego que para mí requería el tono de la historia”.
Martín ha descrito en numerosas ocasiones su planteamiento con respecto a la plasticidad del apartado gráfico: “Forma y contenido son indisociables”, indicó. Del mismo modo que utilizó los recursos narrativos del cómic para llevar al lector al mundo sensorial de Daredevil (un mundo de sonidos y olores, de percepciones aumentadas) o para dotar de una velocidad endiablada a los combates en los que participa el ágil Spiderman, Martín dedicó su talento y su conocimiento del medio en el que trabaja para hacer de Breach una experiencia única, diferente, con un sabor propio. “No se puede enjuiciar el dibujo en términos estéticos de bueno o malo, sino de si es adecuado respecto a lo que se quiere transmitir con la historia”, afirmó. “Forma y contenido, el cómo y el qué, se complementan hasta el punto de fundirse.”
Alberto Morán Roa

Artículo originalmente publicado como introducción de Breach núm. 2 (de 2).