Eccediciones

Dos orígenes y un renacimiento

 La verdadera génesis de la Cosa del Pantano es peculiar. Resulta que Len Wein se dirigía a DC Comics en una mañana gris de diciembre de 1970 cuando se le ocurrió escribir una historia sobre el amor, la traición y la venganza. No se sabe muy bien por qué, el protagonista iba a ser un monstruo. Nada más llegar a las oficinas, este genio puso sus ideas en papel y se las enseñó a Joe Orlando. El por aquel entonces editor de House of Mystery y House of Secrets le dio el visto bueno. Ahí se podría haber quedado el asunto, pero Wein se fue de fiesta el fin de semana siguiente y se encontró con un Berni Wrightson completamente devastado porque acababa de romper con su novia. Ambos hablaron sobre el tebeo y Wrightson accedió a dibujarlo para exorcizar a sus demonios interiores.

La Cosa del Pantano original vio la luz en el núm. 92 de House of Secrets, un ejemplar con fecha de portada de julio de 1971. En aquella primeriza historia, Wein nos narró la crónica de dos científicos enamorados de una misma mujer llamada Linda. Alex Olsen era el más afortunado de los dos, pues se había casado con ella. Desgraciadamente, su compañero no se iba a conformar con vivir un amor platónico. Mató a su camarada para desposar a la viuda. Parecía el crimen perfecto, pero Linda iba atando cabos y estaba a punto de descubrir la verdad. A su nuevo marido le entró el pánico y decidió asesinarla. Justo cuando estaba a punto de dar el golpe de gracia, un resucitado Alex apareció y ahogó a su “asesino”. ¡Había salvado a su amada! Esto habría sido un final feliz si no fuese porque el malogrado científico se había convertido en un engendro vegetal y lo único que consiguió fue aterrar a Linda. El monstruo prefirió desaparecer sin mediar palabra.

Este drama llegó al corazón de todo el mundo. El cuaderno de House of Secrets se convirtió en el cómic DC más vendido del mes. Las cartas de los lectores en las que solicitaban una continuación inundaban la editorial. Por supuesto, los editores estaban dispuestos a lanzar una serie regular de la Cosa del Pantano. Sin embargo, los creadores se negaban porque aquel episodio tenía un significado muy especial para ellos y no querían seguir con él. Efectivamente, Wein y Wrightson jamás dieron su brazo a torcer. Al menos, no de esa manera.

Un año más tarde, el escritor tuvo una genial ideal. Él se negaba a desarrollar nuevas aventuras de Olsen, pero… ¿qué pasaría si creaba otra Cosa del Pantano? Wein se ofreció para redactar los guiones de una nueva cabecera que se llamaría Swamp Thing y que estaría dibujada por Wrightson. En octubre de 1972 vio la luz el primer ejemplar de aquella colección. El nuevo origen del monstruo huyó de los dilemas afectivos. En aquella versión, Alec Holland y su mujer Linda eran dos científicos que estaban a punto de descubrir una fórmula capaz de crear vegetales prácticamente de la nada. Una maligna empresa temía que ese hallazgo fuese su ruina, así que contrataron a unos matones para que eliminasen al matrimonio. Los secuaces pusieron una bomba en el laboratorio y Alec “murió” en el pantano tras la explosión, cubierto de la fórmula bioregenerativa. En realidad acababa de nacer la Cosa del Pantano. Linda quería continuar la investigación, pero los sicarios la mataron. Alec enloqueció y acabó con la vida de sus enemigos ante los ojos del teniente Matt Cable, que creyó que aquel engendro era el verdadero asesino del matrimonio Holland.

La primera colección de Alec Holland constó de 24 números. A pesar de ser una creación tan querida por los autores, Wrightson abandonó la serie en el número 10 porque pensó que no tenía nada más que ofrecer. Wein hizo lo mismo en el número 13 pero por motivos de salud. Sus sucesores fueron el dibujante Nestor Redondo y los guionistas David Michelinie y Gerry Conway. El tebeo de despedida fue redactado por David Kraft e ilustrado por Ernie Chua. Aquella primera etapa de Swamp Thing estuvo plagada de aciertos y presentó a personajes tan inolvidables como la familia Arcane. Todos los escritores solían repetir una historia base en cada cuaderno en la que la Cosa del Pantano se enfrentaba a un engendro más sorprendente que él mismo. Además, Wein alternaba tramas secundarias como la búsqueda de venganza por parte de Alec y la caza al monstruo de Matt Cable y Abigail Arcane. Antes de marchar, Wein cerró todos esos argumentos y dejó a sus seguidores con un engendro que ya había colmado sus ansias de venganza y que quería vivir en soledad. Ni siquiera iba a ser perseguido por Matt y Abigail porque sus antiguos enemigos habían descubierto la verdadera identidad de la Cosa del Pantano. La pérdida de estas subtramas hizo que decayese el interés por la serie y, en parte, explica su cancelación.

En 1982, coincidiendo con la aparición de la película de imagen real de Wes Craven, Len Wein se propuso editar una nueva cabecera dedicada a la Cosa del Pantano que tomaría el título de Saga of the Swamp Thing. En esta ocasión encargó los guiones a Marty Pasko y los lápices a Tom Yeates. En la primera etapa de la colección hubo algún movimiento de autores no muy importante. El cambio más relevante se dio en el número 16, pues fue el primer ejemplar firmado por Steve Bissette. La “era Pasko” duró 19 números y nos presentó a una Cosa del Pantano mucho más social. Al igual que Wein, el escritor alternaba confrontaciones sorprendentes con tramas secundarias, como la cacería a la que se veía sometido Alec Holland por parte de la Corporación Sunderland. Aquellos despiadados villanos querían hacerse con la fórmula bioregenerativa investigando el cuerpo inerte de la Cosa del Pantano. Entre los puntos álgidos de la etapa Pasko nos encontramos con el retorno de Anton Arcane, así como con la creación de muchos personajes secundarios que después serían utilizados por Alan Moore. A pesar de que el tiempo ha empañado el recuerdo de aquellos tebeos –Moore dio un salto cualitativo y consiguió que muy poca gente se acordase de su predecesor–, lo cierto es que la obra de Pasko contiene muchos elementos que la emparientan con la de su sucesor.

Enrique Ríos