Antes de Capucha Roja y los Forajidos, una de las pocas veces que Jason Todd, Roy Harper y Koriand’r protagonizaron la misma serie fue en 1986, en The New Teen Titans. Por aquel entonces, la princesa de Tamaran había vuelto a su planeta de origen, una circunstancia que, entre otras, dejó a los Nuevos Titanes prácticamente desarticulados. Consciente de que algo había que hacer, Donna Troy recurrió a viejos amigos formando un grupo que recordaba al que protagonizara los cómics de finales de los años setenta. En todo un golpe de nostalgia, el guionista Marv Wolfman quiso redondear la jugada introduciendo a Robin, pero como ahora Dick Grayson se hacía llamar Nightwing, tuvo que recurrir a Jason Todd. Así es como el Chico Maravilla coincidió durante un breve período de tiempo con Roy y poco después con Koriand’r, si bien los tres a la vez nunca lo hicieron. Esto es comprensible, pues Jason falleció en las páginas de Batman núm. 429 (enero de 1989).
La muerte de este personaje fue un punto de inflexión en la trayectoria del Hombre Murciélago; uno más en una época de continua revolución. Paradójicamente, ese afán de renovación fue lo que llevó a la caída de Jason. Y es que si el guionista Gerry Conway había concebido originalmente su historia como una simple recreación de la de Dick Grayson, Max Allan Collins se animó a cambiarla en Batman núm. 408 (junio de 1987) para darle una personalidad propia, ignorante de que su criatura se ganaría el odio de los lectores. Porque el nuevo Jason no tenía nada que ver con su predecesor: a la pérdida de su familia se sumaba la vida callejera que había sufrido durante años, una experiencia que había endurecido su carácter. Distinguirlo así de Dick no tenía por qué ser negativo de no ser porque esa actitud agresiva y rebelde se volvió tan exagerada que los lectores no aceptaron el cambio. Había preocupación en las oficinas de DC Comics, donde Dennis O’Neil recibía pocas cartas de lectores que admiraran a Jason, pero muchas que destacaban lo odioso que les parecía. El editor se dio cuenta de que había que hacer algo para resolver esta situación, por lo que planteó junto al guionista Jim Starlin una historia que pondría en peligro la vida del héroe y cuyo destino dependería de la decisión de los lectores. Finalmente, Robin terminó siendo asesinado a sangre fría por el Joker.
Las consecuencias de la muerte de Jason se dejaron notar también en las páginas de The New Titans núm. 55 (junio de 1989), cuando Dick supo de lo ocurrido y se despidió del muchacho visitándole en el cementerio. La relación entre ambos era tirante dado el temperamento que mostraba Jason, lo cual no quitaba que Dick se sintiera dolido por su falta. Pese a todo, sería recordado durante los años venideros, sobre todo por Batman, pero también por el tercer Robin, Tim Drake, siempre empeñado en evitar sus errores. En este sentido, es destacable Robin núm. 10 (septiembre de 1994), donde una distorsión en el tiempo propició una aventura en la que Jason y Tim se conocieron personalmente y se pudieron evidenciar las diferencias entre ambos. Esta vez, los lectores sí aceptaron el cambio y el nuevo Robin tuvo una gran acogida.
En cambio, hay otros personajes que tradicionalmente no han generado gran expectación entre los aficionados. Ese es el caso de Roy Harper, conocido originalmente como Speedy, un joven arquero que hacía para Green Arrow la función de Robin, es decir, la del héroe juvenil con el que el lector se podía sentir identificado y mediante el cual se aclaraban algunos recovecos de la historia. Como todo buen compañero, fue incluido en las filas de los Jóvenes Titanes, donde además fue indicado como miembro fundador en Teen Titans núm. 53 (febrero de 1978). Pero pese a tener una amplia trayectoria a sus espaldas, siempre había tenido un papel discreto hasta que Dennis O’Neil y Neal Adams le utilizaron como vehículo para hacer una crítica al consumo de drogas entre los jóvenes. Como consecuencia de la soledad que padecía, Roy cayó en el mundo de la drogadicción, una desgracia que le perseguiría durante los próximos años. Pero más allá de este impactante capítulo, esto no redundó en un mayor protagonismo y nuestro héroe permaneció en un segundo plano incluso cuando Marv Wolfman y George Pérez crearon los Nuevos Titanes. De hecho, el único momento relevante que vivió este personaje de la mano de estos autores fue en The New Teen Titans núm. 21 (junio de 1986) al revelarse que tenía una hija.
Sin embargo, en los años noventa y por decisión editorial, Dick Grayson se alejaba cada vez más de los Nuevos Titanes para integrarse, de nuevo, en el mundo de Gotham City. Consciente de ello, Wolfman recurrió a Roy Harper para cubrir el papel de líder del equipo, renombrándole como Arsenal. Cabe señalar que desde que Dick adoptara la identidad de Nightwing, estaba abierta la veda a los cambios de nombre como una señal de madurez, y Roy era uno de los dos Titanes originales que todavía no lo había hecho. Esto se produjo al fin en The New Titans núm. 99 (julio de 1993), con una portada en la que el personaje dejaba en tierra su viejo traje rojo y amarillo para lucir una vestimenta más agresiva y cargada de tecnología punta. Desgraciadamente, Wolfman parecía estar en horas bajas y la serie en declive, por lo que fue cancelada en el número 130.
La aventura de Roy Harper como líder del equipo terminó, pero al menos había servido para recuperar la atención de los lectores. Así es que en 1998 protagonizó su propia serie limitada, en la cual se hacía hincapié en su origen relacionado con una tribu india –de ahí que a partir de entonces luciera unos tatuajes en honor a su herencia navaja– y en la que dejó a un lado todo aquel armamento sofisticado para volver al arco y las flechas, manteniendo –eso sí– el nombre de Arsenal. También se enfatizó la relación que mantenía con su mentor, quien por aquel entonces había fallecido y cuyo título protagonizaba el hijo biológico de Oliver Queen. Esta miniserie permitió sentar las bases del personaje de cara a futuras aventuras, las cuales tendrían lugar en la serie The Titans.
Esa última cabecera surgió como parte de una corriente de nostalgia hacia la vieja y clásica forma de hacer cómics, y la escritora Devin Grayson rindió homenaje a la historia del grupo reuniendo a personajes de todas las etapas, entre ellos Koriand’r. La princesa de Tamaran despertaba celos en su hermana, quien traicionó a su propio pueblo aliándose con la bélica Ciudadela. Aquella permitió seguir con vida a los tamaranos a cambio de que Koriand’r fuese vendida como esclava, un acuerdo por el que la muchacha permaneció cautiva durante años, si bien los experimentos que hicieron en ella le concedieron poderes estelares, de ahí su nombre código: Starfire. Su personalidad, ingenua e inocente en la intimidad y guerrera en público, le permitió ganarse el corazoncito de los lectores, como también el de Dick Grayson, con quien estuvo a punto de casarse en The New Titans núm. 100 (agosto de 1993).
Sin embargo, en 2003 DC Comics sacudió sus cimientos con la publicación de Día de graduación, cuyos acontecimientos llevaron al lanzamiento de Teen Titans y Outsiders, una de corte clásico y otra más agresiva y rebelde. La nueva serie de los Jóvenes Titanes contaba con la presencia de Koriand’r, si bien esta terminó emigrando a los Outsiders, donde le esperaba Roy Harper, que aquí hacía de líder de un equipo militarista. Las dos colecciones se vieron afectadas por Crisis Infinita de varias formas. Concretamente, Koriand’r se perdió en las profundidades del espacio –como se pudo presenciar en 52– y, cuando volvió a la Tierra, se unió a otra formación de los Titanes. En ese mismo equipo también estaba Roy, que ahora se hacía llamar Red Arrow y que compaginaba su presencia allí con su afiliación a la mismísima Liga de la Justicia.
También como consecuencia de Crisis Infinita, Jason Todd volvió de entre los muertos y comenzó a atormentar a Batman y a todos los que le rodeaban, a veces desde las sombras como en Batman: Silencio, otras veces de forma activa, como en Teen Titans núm. 29 (diciembre de 2005). A medida que se dejaba ver en multitud de cómics, adoptó varias identidades, aunque Capucha Roja –un sutil guiño hacia el Joker, que en otros tiempos también se había hecho llamar así– es la más afianzada.
En los últimos tiempos, las vidas de algunos de nuestros héroes se habían convertido en auténticas torturas. El caso de Roy Harper es el más sangrante, ya que un villano asesinó a su hija y a él le arrancó un brazo. Conscientes, tal vez, de que se habían sobreexcedido, editores y guionistas aprovecharon el lanzamiento del Nuevo Universo DC para suprimir algunos hechos y otorgar a los personajes un enfoque más ligero y accesible. Bajo esta premisa, el hábil guionista Scott Lobdell y el espectacular dibujante Kenneth Rocafort crean Capucha Roja y los Forajidos, donde un redimido Jason Todd forma equipo con dos personas con las que, vistos los precedentes, no debería guardar una gran relación. Pero, dado que es posible hacer tábula rasa, no hay más que aceptar todo lo que venga por delante.
Raúl G. Peribáñez
La muerte de este personaje fue un punto de inflexión en la trayectoria del Hombre Murciélago; uno más en una época de continua revolución. Paradójicamente, ese afán de renovación fue lo que llevó a la caída de Jason. Y es que si el guionista Gerry Conway había concebido originalmente su historia como una simple recreación de la de Dick Grayson, Max Allan Collins se animó a cambiarla en Batman núm. 408 (junio de 1987) para darle una personalidad propia, ignorante de que su criatura se ganaría el odio de los lectores. Porque el nuevo Jason no tenía nada que ver con su predecesor: a la pérdida de su familia se sumaba la vida callejera que había sufrido durante años, una experiencia que había endurecido su carácter. Distinguirlo así de Dick no tenía por qué ser negativo de no ser porque esa actitud agresiva y rebelde se volvió tan exagerada que los lectores no aceptaron el cambio. Había preocupación en las oficinas de DC Comics, donde Dennis O’Neil recibía pocas cartas de lectores que admiraran a Jason, pero muchas que destacaban lo odioso que les parecía. El editor se dio cuenta de que había que hacer algo para resolver esta situación, por lo que planteó junto al guionista Jim Starlin una historia que pondría en peligro la vida del héroe y cuyo destino dependería de la decisión de los lectores. Finalmente, Robin terminó siendo asesinado a sangre fría por el Joker.
Las consecuencias de la muerte de Jason se dejaron notar también en las páginas de The New Titans núm. 55 (junio de 1989), cuando Dick supo de lo ocurrido y se despidió del muchacho visitándole en el cementerio. La relación entre ambos era tirante dado el temperamento que mostraba Jason, lo cual no quitaba que Dick se sintiera dolido por su falta. Pese a todo, sería recordado durante los años venideros, sobre todo por Batman, pero también por el tercer Robin, Tim Drake, siempre empeñado en evitar sus errores. En este sentido, es destacable Robin núm. 10 (septiembre de 1994), donde una distorsión en el tiempo propició una aventura en la que Jason y Tim se conocieron personalmente y se pudieron evidenciar las diferencias entre ambos. Esta vez, los lectores sí aceptaron el cambio y el nuevo Robin tuvo una gran acogida.
En cambio, hay otros personajes que tradicionalmente no han generado gran expectación entre los aficionados. Ese es el caso de Roy Harper, conocido originalmente como Speedy, un joven arquero que hacía para Green Arrow la función de Robin, es decir, la del héroe juvenil con el que el lector se podía sentir identificado y mediante el cual se aclaraban algunos recovecos de la historia. Como todo buen compañero, fue incluido en las filas de los Jóvenes Titanes, donde además fue indicado como miembro fundador en Teen Titans núm. 53 (febrero de 1978). Pero pese a tener una amplia trayectoria a sus espaldas, siempre había tenido un papel discreto hasta que Dennis O’Neil y Neal Adams le utilizaron como vehículo para hacer una crítica al consumo de drogas entre los jóvenes. Como consecuencia de la soledad que padecía, Roy cayó en el mundo de la drogadicción, una desgracia que le perseguiría durante los próximos años. Pero más allá de este impactante capítulo, esto no redundó en un mayor protagonismo y nuestro héroe permaneció en un segundo plano incluso cuando Marv Wolfman y George Pérez crearon los Nuevos Titanes. De hecho, el único momento relevante que vivió este personaje de la mano de estos autores fue en The New Teen Titans núm. 21 (junio de 1986) al revelarse que tenía una hija.
Sin embargo, en los años noventa y por decisión editorial, Dick Grayson se alejaba cada vez más de los Nuevos Titanes para integrarse, de nuevo, en el mundo de Gotham City. Consciente de ello, Wolfman recurrió a Roy Harper para cubrir el papel de líder del equipo, renombrándole como Arsenal. Cabe señalar que desde que Dick adoptara la identidad de Nightwing, estaba abierta la veda a los cambios de nombre como una señal de madurez, y Roy era uno de los dos Titanes originales que todavía no lo había hecho. Esto se produjo al fin en The New Titans núm. 99 (julio de 1993), con una portada en la que el personaje dejaba en tierra su viejo traje rojo y amarillo para lucir una vestimenta más agresiva y cargada de tecnología punta. Desgraciadamente, Wolfman parecía estar en horas bajas y la serie en declive, por lo que fue cancelada en el número 130.
La aventura de Roy Harper como líder del equipo terminó, pero al menos había servido para recuperar la atención de los lectores. Así es que en 1998 protagonizó su propia serie limitada, en la cual se hacía hincapié en su origen relacionado con una tribu india –de ahí que a partir de entonces luciera unos tatuajes en honor a su herencia navaja– y en la que dejó a un lado todo aquel armamento sofisticado para volver al arco y las flechas, manteniendo –eso sí– el nombre de Arsenal. También se enfatizó la relación que mantenía con su mentor, quien por aquel entonces había fallecido y cuyo título protagonizaba el hijo biológico de Oliver Queen. Esta miniserie permitió sentar las bases del personaje de cara a futuras aventuras, las cuales tendrían lugar en la serie The Titans.
Esa última cabecera surgió como parte de una corriente de nostalgia hacia la vieja y clásica forma de hacer cómics, y la escritora Devin Grayson rindió homenaje a la historia del grupo reuniendo a personajes de todas las etapas, entre ellos Koriand’r. La princesa de Tamaran despertaba celos en su hermana, quien traicionó a su propio pueblo aliándose con la bélica Ciudadela. Aquella permitió seguir con vida a los tamaranos a cambio de que Koriand’r fuese vendida como esclava, un acuerdo por el que la muchacha permaneció cautiva durante años, si bien los experimentos que hicieron en ella le concedieron poderes estelares, de ahí su nombre código: Starfire. Su personalidad, ingenua e inocente en la intimidad y guerrera en público, le permitió ganarse el corazoncito de los lectores, como también el de Dick Grayson, con quien estuvo a punto de casarse en The New Titans núm. 100 (agosto de 1993).
Sin embargo, en 2003 DC Comics sacudió sus cimientos con la publicación de Día de graduación, cuyos acontecimientos llevaron al lanzamiento de Teen Titans y Outsiders, una de corte clásico y otra más agresiva y rebelde. La nueva serie de los Jóvenes Titanes contaba con la presencia de Koriand’r, si bien esta terminó emigrando a los Outsiders, donde le esperaba Roy Harper, que aquí hacía de líder de un equipo militarista. Las dos colecciones se vieron afectadas por Crisis Infinita de varias formas. Concretamente, Koriand’r se perdió en las profundidades del espacio –como se pudo presenciar en 52– y, cuando volvió a la Tierra, se unió a otra formación de los Titanes. En ese mismo equipo también estaba Roy, que ahora se hacía llamar Red Arrow y que compaginaba su presencia allí con su afiliación a la mismísima Liga de la Justicia.
También como consecuencia de Crisis Infinita, Jason Todd volvió de entre los muertos y comenzó a atormentar a Batman y a todos los que le rodeaban, a veces desde las sombras como en Batman: Silencio, otras veces de forma activa, como en Teen Titans núm. 29 (diciembre de 2005). A medida que se dejaba ver en multitud de cómics, adoptó varias identidades, aunque Capucha Roja –un sutil guiño hacia el Joker, que en otros tiempos también se había hecho llamar así– es la más afianzada.
En los últimos tiempos, las vidas de algunos de nuestros héroes se habían convertido en auténticas torturas. El caso de Roy Harper es el más sangrante, ya que un villano asesinó a su hija y a él le arrancó un brazo. Conscientes, tal vez, de que se habían sobreexcedido, editores y guionistas aprovecharon el lanzamiento del Nuevo Universo DC para suprimir algunos hechos y otorgar a los personajes un enfoque más ligero y accesible. Bajo esta premisa, el hábil guionista Scott Lobdell y el espectacular dibujante Kenneth Rocafort crean Capucha Roja y los Forajidos, donde un redimido Jason Todd forma equipo con dos personas con las que, vistos los precedentes, no debería guardar una gran relación. Pero, dado que es posible hacer tábula rasa, no hay más que aceptar todo lo que venga por delante.
Raúl G. Peribáñez