Eccediciones

DMZ Libro 2. Introducción, por Cory Doctorow

En toda guerra hay dos bandos:
los combatientes y los civiles.

Oh, sé que no es algo muy reconocido, pero es cierto. No hay mucha distancia ideológica entre, digamos, un puñado de fanáticos religiosos barbudos que quieren suicidarse volando rascacielos y un puñado de fanáticos trajeados que quieren espiar, marcar y encarcelar a todos los seres humanos de la Tierra y negarle el derecho a viajar a cualquiera cuyo nombre se parezca remotamente al de alguien que alguna vez haya dicho algo bueno sobre el terrorismo.

O no la hay cuando se compara la distancia ideológica entre esas dos pandas de monstruos psicópatas y el resto de gente que solo queremos subirnos a un avión sin que nos examinen el colon, que queremos ir a trabajar, a la iglesia o a la mezquita sin que un chalado nos bombardee por estar en el sitio incorrecto en el momento incorrecto.

Los auténticos “otros” no son gente de piel oscura con turbantes: son gente de todos los colores con armas, aviones y micros, sin importar en qué bando luchen.

Y te diré una cosa, es mutuo. Esos autoritarios que saben lo que nos conviene mejor que nosotros nos odian y nos temen más que a nada, a esa gente pequeña de ideas pequeñas. Culpan de todos los problemas de sus vidas a “nosotros”, esa nebulosa de forasteros que llega a sus ciudades, les quita sus trabajos, habla en una lengua extranjera (da igual que sea persa o brooklynés). ¿Una violación? Ese trabajador inmigrante parece sospechoso. ¿Un robo? ¿Qué hay de ese forastero con aires de ciudad? Pobreza, enfermedad... incluso los embotellamientos... todo es culpa de “otros” que han de sufrir una limpieza étnica para devolvernos a nuestra gloria prelapsaria.

Eso no quiere decir que no den la cara por nosotros si eso les da una excusa para tensar aún más la situación. Los fanáticos islámicos que pensaban que Sadam Hussein era el diablo encarnado están encantados de usar su muerte como excusa para inspirar a otra generación de yihadistas. Igual que los mierdas que no habrían meado sobre Manhattan ni aunque estuviera en llamas llevan con orgullo un lazo amarillo en sus Hummers y proclaman lo de “Jamás olvidemos” mientras olvidan que los ataques del 11-S fueron dirigidos a la Sodoma del Hudson, una ciudad llena de maricas, mujeres con corsés bifurcados y gente morena que huele a curry.

DMZ es una clase especial de cómic iracundo, la clase de cómic bélico iracundo que cuenta la historia del otro bando de la guerra. Los civiles no son solo carne de cañón o daños colaterales. Tenemos la misma voluntad, el mismo control sobre nuestros destinos que los tíos de las armas y las fotos de satélite. Pero eso no lo puedes ver por la forma en que aparecemos en la prensa... en lugar de eso, somos los cadáveres destrozados en las esquinas, los borregos descalzos a los que nos confiscan la crema para las hemorroides en los aeropuertos.

DMZ es una inspiración para aquellos que rechazamos terminar desmembrados y descalzos. Es un toque de atención para dejar de permitir que aprovechados codiciosos vendan guerras frescas para cimentar su autoridad y su rentabilidad.

Si de mí dependiera, este cómic sería una lectura obligatoria en todas las clases de civismo de Estados Unidos.

-30-
Cory Doctorow


Cory Doctorow es un autor premiado, bloguero, periodista y coeditor del blog Boing Boing. Entre sus novelas se incluyen Down and Out in the Magic Kingdom, Eastern Standard Tribe y Someone Comes to Town, Someone Leaves Town.

Artículo publicado en las primeras páginas de DMZ Libro 02 (de 5). ¡Ya disponible en tu punto de venta habitual!

Previa de DMZ Libro 02 (de 5)