Desde su primera aparición en 1940, el Joker es el principal enemigo de cuantos tiene Batman en su galería de villanos. Sin embargo, no fue hasta finales de los ochenta cuando realmente tomó un papel decisivo en la historia del Hombre Murciélago. Y es que en un breve período de tiempo se publicaron dos relatos históricos y con gran protagonismo por su parte: Una muerte en la familia y La broma asesina. Cabe recordar que en la primera aventura Jason Todd (el segundo Robin) murió a manos del Payaso del Crimen, y en la segunda, Barbara Gordon (Batgirl) quedó en estado parapléjico. Estos dos hechos supusieron además un punto de inflexión en la relación entre Batman y el Joker: ahora, las víctimas no solo eran personas anónimas, también miembros de la familia del héroe.
A partir de los años noventa parecía que el Joker quedaba en un segundo plano en detrimento de otros villanos, pero en realidad solo esperaba el momento idóneo para volver por todo lo grande. Y este llegó en la recta final de la saga Tierra de Nadie, cuando asesinó a la esposa de James Gordon, dañando si no a Batman, sí a su mejor amigo, además de a su hija, Barbara. De nuevo, el Joker atacaba directo al corazón de la familia.
En el presente siglo, y después de algunos intentos más o menos acertados, faltaba una historia en la que el Joker volviese a brillar con luz propia. Hacía mucho tiempo que no dañaba a un miembro relacionado con Batman, además. A sabiendas de ello, el guionista Scott Snyder planteó una ambiciosa saga que sacudiría de nuevo los cimientos del Hombre Murciélago y que con el título La muerte de la familia sugería que, de nuevo, Robin sería la víctima. Pero ¿cuál de todos ellos? A raíz de esto, el evento implicó las series Jóvenes Titanes y Capucha Roja y los Forajidos, pues en ellas aparecen dos antiguos compañeros de Batman. El guionista Scott Lobdell organizó entonces un pequeño cruce entre ambas, en el que el protagonismo recae sobre el resucitado Jason Todd. Así pues, los cómics recopilados en este tomo no solo traen al mejor Joker, también presentan un nuevo encuentro entre víctima y verdugo. Queda por saber si será el definitivo.
Raúl G. Peribáñez
A partir de los años noventa parecía que el Joker quedaba en un segundo plano en detrimento de otros villanos, pero en realidad solo esperaba el momento idóneo para volver por todo lo grande. Y este llegó en la recta final de la saga Tierra de Nadie, cuando asesinó a la esposa de James Gordon, dañando si no a Batman, sí a su mejor amigo, además de a su hija, Barbara. De nuevo, el Joker atacaba directo al corazón de la familia.
En el presente siglo, y después de algunos intentos más o menos acertados, faltaba una historia en la que el Joker volviese a brillar con luz propia. Hacía mucho tiempo que no dañaba a un miembro relacionado con Batman, además. A sabiendas de ello, el guionista Scott Snyder planteó una ambiciosa saga que sacudiría de nuevo los cimientos del Hombre Murciélago y que con el título La muerte de la familia sugería que, de nuevo, Robin sería la víctima. Pero ¿cuál de todos ellos? A raíz de esto, el evento implicó las series Jóvenes Titanes y Capucha Roja y los Forajidos, pues en ellas aparecen dos antiguos compañeros de Batman. El guionista Scott Lobdell organizó entonces un pequeño cruce entre ambas, en el que el protagonismo recae sobre el resucitado Jason Todd. Así pues, los cómics recopilados en este tomo no solo traen al mejor Joker, también presentan un nuevo encuentro entre víctima y verdugo. Queda por saber si será el definitivo.
Raúl G. Peribáñez