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Después de Flinch

No es fácil despedir una antología que ha conseguido juntar a dos leyendas del noveno arte tan dispares como Jim Lee, uno de los mejores dibujantes de superhéroes de todos los tiempos, y Berni Wrightson, también conocido con el sobrenombre de “maestro de lo macabro”. Desde luego, será muy difícil volver a ver juntos a artistas con estilos tan diversos como Bill Sienkiewicz, Javier Pulido, Danijel Zezelj, Frank Quitely o Craig Hamilton, por nombrar solo a algunos. Y lo mismo podríamos decir de los guionistas que se han dado cita en Flinch. Desgraciadamente, tal como dijo Geoffrey Chaucer –famoso por ser el padre de la literatura inglesa– en 1374, “hay un final para todo, también para las cosas buenas”, así que aquí se acaba lo que se daba. Ha llegado la hora de guardar los esqueletos en el armario, volver a poner los monstruos debajo de la cama y, sobre todo, es el momento de encender la luz y respirar tranquilos. O todo lo contrario. Flinch cerró sus puertas en enero de 2001, pero DC Comics nunca ha abandonado el género del terror.

Si nos centramos en la línea Vertigo, las historias lúgubres siempre han estado presentes de manera ininterrumpida, sobre todo gracias a la publicación de los 300 números –más especiales y miniseries– de Hellblazer. Esta cabecera protagonizada por el irreverente John Constantine prácticamente es un compendio de monstruos y demonios, aunque hay que reconocer que con el tiempo ha evolucionado. Inicialmente, Jamie Delano utilizó la colección para mostrar el lado más cruel de la psique humana. Tras su marcha, sus sucesores decidieron explorar otros aspectos del protagonista de Hellblazer y así, algunos se centraron en la faceta más gamberra de este personaje mientras otros expandían el legado de la familia Constantine o ahondaban en temas de carácter sexual. En cualquier caso, esta serie está llegando a su culminación de la mano de Peter Milligan, y al final nos encontramos con una visión de Constantine completamente inaudita: la de un hombre casado. Eso sí, el matrimonio está rodeado de demonios, muertes y resurrecciones... Los giros argumentales de Milligan son impredecibles.

Además de Hellblazer, las dosis de horror se encuentran principalmente en otra cabecera que, curiosamente, dio pie a la de Constantine. Evidentemente, se trata de Swamp Thing. El cierre de Flinch coincidió con el inicio de la publicación del tercer volumen de las aventuras del paladín del Verde, aunque esa andadura estuvo protagonizada por la hija de Alec Holland y no fue excesivamente tétrica. Tras una cancelación relativamente rápida, la Cosa del Pantano volvió a probar suerte en 2004 con un nuevo volumen que, esta vez sí, retomó el gusto por las historias del terror gracias a la colaboración de grandes conocedores del género. Por las páginas de Swamp Thing desfilaron Andy Diggle, Enrique Breccia, Eric Powell, John Totleben, Joshua Dysart, Martín Breccia y Richard Corben, entre muchos otros. Desafortunadamente, a pesar de este impresionante elenco de autores altamente reconocidos, la serie cerró tras 29 números, de manera que el personaje permaneció en el limbo hasta que fue recuperado hace poco en una jugada completamente inesperada... y es que el monstruo vegetal ahora forma parte del nuevo Universo DC y vive sus aventuras dentro del sello más oscuro de la línea de héroes de DC Comics. ¿Significa eso que los nuevos tebeos de Alec Holland ya no asustan? Para nada. Scott Snyder es el guionista de La Cosa del Pantano para DC Comics y de American Vampire para Vertigo. En ambas colecciones juega con el miedo de una manera diferente, pero en las dos consigue el mismo efecto: de vez en cuando genera un escalofrío en el lector con la revelación de un hecho terrorífico. Por supuesto, estos títulos son muy diferentes. American Vampire es sutil y oscura, La Cosa del Pantano es más explícita y en ocasiones utiliza recursos superheroicos. No obstante, ambos se asientan en la misma base: el horror primigenio.

Además de La Cosa del Pantano, el nUDC posee otro cómic capaz de dejar sin respiración a los lectores: Animal Man. Las aventuras de Buddy Baker están escritas por Jeff Lemire y coinciden en muchos aspectos con aquellos clásicos episodios imaginados por Jamie Delano que mezclaron pavor y ecología en la década de los noventa. Por lo tanto, volvemos a encontrar un ejemplo de serie ubicada en un universo de superhéroes que no tiene nada que envidiar a las del sello Vertigo.

Llegados a este punto hay que recordar que Flinch no es solo una cabecera de terror, también es una antología y, como tal, ha tenido sucesores. Los más obvios y recientes los encontramos en dos números unitarios: The Unexpected y Ghosts. Del primero ya hemos podido ver una muestra en estas mismas páginas, y el segundo salió a la venta en octubre del año pasado e incluye historias de horror escritas y/o dibujadas por gente tan importante como Geoff Johns, Joe Kubert, Gilbert Hernández, Paul Pope, Phil Jiménez o Jeff Lemire, entre otros. Sin embargo, Vertigo también publica compilaciones de otros tipos, de manera que a estos títulos hay que añadir Strange Adventures, Time Warp y Mystery in Space, tres especiales también firmados por grandes autores, pero que ilustran cuentos de ciencia ficción.

Y la cosa no termina aquí. Antes de la publicación de estos ejemplares, Vertigo probó suerte con Winter’s Edge, un recopilatorio que celebró la Navidad en tres ocasiones con historias principalmente protagonizadas por personajes de este sello, o Weird War Tales. Y ya en 2008 llegó la gran antología de Vertigo: House of Mystery. Sí, a primera vista parece una serie regular al uso, pero cada número de este tebeo incluye, además del relato habitual, una historieta corta escrita y/o dibujada por un autor invitado, y por lo tanto hablamos de una compilación en toda regla. Y no es de extrañar, ya que House of Mystery toma el nombre de una de las antologías más importantes jamás publicadas por DC Comics. Chaucer tenía razón al decir “hay un final para todo, también para las cosas buenas”, aunque algunos finales no son definitivos, simplemente son cambios.

Erique Ríos

Previa de Flinch núm. 3: Observándote.